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Presidentes Latinoamericanos se reúnen con Bolivia
al borde de la guerra civil
Por Rafael Azul
30 de diciembre del 2008
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 16 de Septiembre del 2008.
Los presidentes de nueve naciones latinoamericanas se reunieron
en la capital chilena de Santiago el lunes para una cumbre de
emergencia de la recién creada Unión de Naciones
Sudamericanas (UNASUR) para tratar con la crisis en Bolivia.
El gobierno boliviano de Evo Morales ha estado bajo ataque
por una coalición derechista de terratenientes y hombres
de negocios en la parte este del país con el apoyo encubierto
de Washington. Han lanzado una serie de manifestaciones violentas,
saqueos de las oficinas gubernamentales, sabotajes de la economía
y una masacre de campesinos que apoyan el gobierno.
Morales ganó obtuvo la presidencia en 2005 a base de
un programa nacional reformista para la distribución de
la tierra y mayor control gubernamental sobre el sector energético.
El mes pasado Morales ganó el apoyo de casi dos tercios
de los votantes bolivianos en un referéndum que ratificó
su mandato y rechazó su retiro.
Sin embargo, la derrota en las encuestas sólo ha envalentonado
a la derecha, la cual unilateralmente ha declarado la "autonomía"
en cuatro de las provincias del este y ha rechazado control gubernamental
central sobre las ganancias de las reservas de gas del estado,
las cuales se concentran en la región.
Bajo el ataque de la derecha, Morales intenta encontrar una
salida negociada que apacigüe a la rica clase terrateniente
mientras le haga mantener el apoyo de las masas bolivianas.
Este es también el objetivo de los jefes de estado latinoamericanos
que se han reunido en Chile. Temen que el descenso de Bolivia
a una completa guerra civil desestabilice la toda la región
y cause la disrupción económica al limitar los suministros
cruciales de energía, particularmente a Brasil y Argentina.
Al llegar a Santiago, Morales declaró su motivo: "explicar
a los presidentes de Sudamérica el golpe de estado cívico
por los gobernadores de algunas provincias bolivianas en días
recientes".
El presidente Venezolano Hugo Chávez acusó que
Bolivia es la víctima de una "conspiración
internacional". Añadió que "Están
tratando de derrocar al Presidente Evo Morales y la conspiración
ha sido elaborada, manufacturada y apoyada por el gobierno imperialista
de los Estados Unidos".
Chávez ofreció mandar tropas venezolanas a Bolivia,
oferta que el comando militar boliviano prontamente criticó
acérrimamente.
El presidente brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva está
jugando un papel importante en las deliberaciones de la cumbre
y ha reafirmado la hegemonía del capital brasileño,
el cual domina a la economía Boliviana bastante. La economía
de Brasil domina a Latinoamérica y como cual es el compinche
comercial más importante de Bolivia debido al compartimiento
más largo de sus exportaciones de gas natural.
Tanto como el gobierno de Morales y como la oposición
hicieron declaraciones dando la bienvenida a Brasil como árbitro
del conflicto. Por su parte, Brasilia ha hecho declaraciones formales
sobre la "no intervención" en relación
a Bolivia, lo cual es una proscripción aparentemente dirigida
más hacia Venezuela que a Washington. A la misma veza apoya
el gobierno constitucional del país.
Según la información, el gobierno de Lula ha
abogado por la "cautela" e insiste que la cumbre "prescinda"
de Washington en cualquiera declaración que emita.
Dado el amargo carácter del conflicto en Bolivia, el
éxito de tal mediación no está de ninguna
manera asegurado.
El 11 de Setiembre, una columna de 1,000 campesinos que iban
a una concentración pro-gubernamental en la ciudad de Cotija,
en la esquina noroeste de Bolivia, fue interceptada por pandillas
paramilitares mientras cruzaban el Río Tahuamanu. El fuego
indiscriminado de ametralladoras recibió a los campesinos.
Testigos oculares describieron como mujeres y niños fueron
acribillados mientras huían hacia el río. Muchos
de los que lograron en llegar al puente que cruza el río
fueron empujados hacia el agua mientras los artilleros disparaban
desde arriba. La cantidad de víctimas es hasta hora 25,
con 106 perdidos. Cotija es la capital de la provincia de Pando.
El presidente Morales acusó a Leopoldo Fernández,
gobernador de Pando, de organizar la masacre.
El 12 de Setiembre, Morales declaró un estado de sitio
y envío tropas hacia la provincia de Pando. Pando es una
de las cinco provincias orientales insurgentes que han amenazado
con separarse del país. Las cinco Pando, Beni, Santa
Cruz, Chiquisaca y Tarija componen lo que se conoce como
la creciente región oriental. Situada al este de la falda
de montañas de la cordillera de los Andes, contiene mayor
cantidad de las reservas nacionales de gas natural, el recurso
más lucrativo de Bolivia. Los gobernadores de las cinco
provincias coordinaron sus acciones a través del Consejo
Nacional Democrático (CND).
Mientras las tropas se trasladaban a Cotija para hacer respetar
el estado de sitio, fueron encontrados con ametralladoras que
resultaron en dos muertes más. Fernández llamó
a los habitantes de la zona a que resistieran la intervención
del ejército. Hay informes de campesinos siendo perseguidos
en los bosques cerca de El Porvenir.
Estados semi feudales dominan a las cinco provincias insurgentes.
En Bolivia, menos del 5% de los terratenientes controlan el 91%
de la tierra arable. Por otra parte, el 80% de la población
rural se ve obligada a subsistir en el 3% de la tierra, lo que
constituye una de la distribuciones de tierra más desiguales
en el mundo.
La mayoría de lo enormes estados existe en la creciente
región oriental; los mini-estados existen en las tierras
occidentales más pobres de la Cordillera de los Andes.
Los estados explotan a los campesinos, en su mayoría indios
guaraníes que casi no tienen ningún derecho y existen
bajo condiciones de contratos que casi los obligan a ser servidumbre
o esclavos. La constitución Boliviana, enmendada por el
gobierno de Morales, dispone que toda tierra en barbecho o sin
título establecido sea transferida a los campesinos. Aunque
mínimas, tales medidas son inaceptables para los terratenientes
orientales, quienes ejercen control político sobre la región
oriental.
Previamente en la semana, pandillas armadas en la provincia
de Santa Cruz atacaron y saquearon oficinas del Instituto Nacional
de Reforma Agraria, de la compañía de Teléfonos
(ENTEL) y de la oficina de rentas internas en la ciudad de Santa
Cruz.
A pesar de estas provocaciones criminales, la reacción
de Morales ha sido hasta el momento conciliatoria. En su conferencia
de prensa, el presidente Boliviano llamó a los gobernadores
de los cinco estados rebeldes quienes encabeza la insurrección
a que cesen sus ataques contra los oleoductos y refinerías
de combustible y gas natural. Brasil reportó que su suministro
había sido reducido en un 10% durante los últimos
15 días debido a la violencia.
Morales señaló que ha llevado a cabo charlas
con Mario Cosio, gobernador de Tarija, mostrándola como
evidencia de que el gobierno está listo para establecer
negociaciones y aceptar parte de las exigencias por la autonomía.
Cosio declaró que el Presidente ha exigido que los edificios
gubernamentales ocupados y los complejos sean desocupados por
los rebeldes y que él haría llegar la petición
a los demás gobernadores.
La reacción de las pandillas anti-gubernamentales fue
apoderarse de las oficinas de la Comisión de Elecciones
al día siguiente.
El embajador de los Estados Unidos, un experto
en partición
Durante el fin de semana, las autoridades bolivianas expulsaron
al Embajador Estadounidense, Phillip Goldberg, por reunirse con
líderes de las provincias secesionistas. Goldberg es aparentemente
un especialista en dividir a naciones en existencia; divisiones
tramadas por el imperialismo. Durante la división de Yugoslavia,
fue funcionario del Ministerio de Estado en Bosnia y participó
en la negociación de los Acuerdos de Dayton. Luego se convirtió
en el embajador estadounidense en Kosovo, siguiendo la guerra
de la OTAN contra Serbia que aseguró la división
de ésta.
Millones de dólares del gobierno de los EE.UU. se canalizan
cada año a Bolivia a través de la Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, siglas
en inglés) y a través de la Fundación Nacional
para la Democracia (NED, siglas en inglés). USAID ha rechazado
revelar la identidad de grupos que reciben el dinero. A la NED
se le conoce como partidaria de grupos de derecha por todo el
mundo, desde Ucrania hasta Haití.
El gobierno Boliviano también ha indicado que los incidentes
de la semana pasada en Santa Cruz comenzaron inmediatamente después
que el líder cívico de Santa Cruz, Branco Marinkovi,c
retornara de un viaje a los Estados Unidos. Por su parte, Goldberg
se ha reunido en secreto con Rubén Costas, gobernador de
Santa Cruz que también dirige el ala radical de los separatistas,
días antes del levantamiento en Santa Cruz.
En paralelo a la insurrección contra Morales, el gobierno
venezolano reportó la semana pasada que había descubierto
un golpe de estado para derrocar al presidente Hugo Chávez.
Como en Bolivia, existe gran evidencia de una "campaña
de desestabilización" por parte del gobierno de los
EE.UU.
En ambos casos, el objetivo es reemplazar los actuales regímenes
con gobiernos que sean flexibles hacia las exigencias de las empresas
energéticas basadas en los Estados Unidos. Lo esencial
de esta campaña es la lucha para controlar el gas natural
de Bolivia y Venezuela.
En Venezuela, un programa de radio transmitió grabaciones
de personal militar retirado debatiendo planes para un golpe de
estado para derrocar al presidente venezolano, Hugo Chávez.
El plan tenía en sus miras el Palacio de Miraflores, cámara
de gobierno de Venezuela. La grabación incluyó las
voces del vicealmirante Carlos Alberto Millan Millan, quién
era también Inspector General de las Fuerzas Armadas Nacionales;
el general de la Guardia Nacional, Wilfredo Barroso Herrera; y
Eduardo Baez Torrealba, quien estuvo involucrado en el efímero
golpe de Abril del 2002.
Los conspiradores debatieron entre sí la posible toma
del Palacio de Miraflores y de las instalaciones de las emisoras
de televisión. Se escucha a Herrera aconsejando que todo
esfuerzo se dirija "hacia donde el señor' esté.
Si está en Miraflores, los esfuerzos van hacia allá".
Se entiende que el señor' es Chávez.
También debaten la posibilidad de capturar o llevarse
abajo la aerolínea de Chávez mientras viajaba éste
de una región del país a otra, lo cual indica que
tienen acceso a los aviones de la fuerza aérea y a los
pilotos que pueden volarlos.
En un discurso el 12 de Septiembre, Chávez denunció
el complot y anunció el lanzamiento de una investigación.
Retiró al embajador venezolano de los EE.UU. y anunció
que Venezuela en solidaridad con Bolivia también
estaba expulsando a su embajador estadounidense, Patrick Duddy.
Usando fuertes palabras dirigidas a Washington, Chávez
dijo: "Basta con tanta basura de ustedes". También
amenazó con que, en caso de una intervención, Venezuela
pararía de exportar petróleo a los Estados Unidos.
Los Estados Unidos importa 20% de su petróleo de Venezuela.
La presidenta argentina Cristina Kirchner, quién llamó
a la cumbre de emergencia de UNASUR, proclamó que el propósito
del encuentro era apoyar a Morales y de prevenir una repetición
del golpe que derrocara al presidente chileno, Salvador Allende,
el 11 de Septiembre de 1973, hace 35 años.
La alusión de Kirchner a Allende fue adecuada de varias
maneras. Tal como Allende, Morales ha reaccionado a los ataques
de sus enemigos con una serie de medidas tintas a medida que negocia
con aquellos que quieren cortarle el cuello. Mientras sus enemigos
masacran a campesinos, saquean edificios gubernamentales y toman
las carreteras, refinerías y gaseoductos, reduciendo así
los suministros de combustible a la zona occidente de Bolivia,
Brasil y Argentina, la reacción de Morales a la campaña
de desestabilización del imperialismo estadounidense y
la derecha concuerda con el carácter clasista de su gobierno:
una burguesía nacional que teme ante todo el movimiento
de la clase trabajadora. Su santo y seña es: ¡Negocia
a cualquier precio!
El intento de Chávez de usar bombarderos rusos como
contrapeso a las amenazas de los EE.UU. es una ilusión
para resucitar las rivalidades de la Guerra Fría, y trae
a la memoria nada menos que el adagio de Marx: la primera vez
tragedia, la segunda farsa.
La derrota de los conspiradores derechistas alineados con el
imperialismo estadounidense en Bolivia y Venezuela no puede asegurarse
en la base del "Socialismo Andino" de Morales o "el
Socialismo del Siglo Veintiuno" de Chávez. Ambos expresan
los intereses de ciertas capas de sus burguesías nacionales.
Para derrotarlos se requiere ante todo la movilización
independiente de las masas bolivianas y venezolanas. Ello significa
la unificación política de la clase trabajadora
en alianza con el campesinado en la lucha para establecer un gobierno
de trabajadores basado en un programa revolucionario de expropiación
genuina de las vastas propiedades de tierra, las reservas energéticas
e instituciones financieras y una economía planificada
que haga uso de la riqueza de la región para mejorar los
estándares de vida de los trabajadores y campesinos bolivianos
y venezolanos.
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