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Informe de la ONU: más de 34,000 muertos iraquíes
civiles en 2006
Por Kate Randall
20 Enero 2007
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio web
en su inglés original el 18 de enero, 2006
La Organización de las Naciones Unidas emitió
un informe el martes pasado que reporta que 34,452 civiles iraquíes
murieron en el 2006 debido a bombardeos, bombas, ejecuciones extra
judiciales y otras formas de violencia.
La población de Irak es de 27 millones. Si estas cifras
se comparan a la población de Estados Unidos, que consiste
de 300 millones de habitantes, la cantidad de muertos sobrepasaría
370,000, equivalente a la aniquilación de toda una ciudad
del tamaño de Cincinnati, en el estado de Ohio.
El informe de la ONU, que admite que la cuenta menosprecia
la verdadera cantidad de iraquíes muertos el año
pasado, pinta un horripilante cuadro de una sociedad destruida
por la violencia sectaria y militar y el colapso de las condiciones
básicas de vida. Es una catástrofe sin muchos precedentes
en la historia moderna, consecuencia directa de la invasión
y ocupación de ese país por Estados Unidos.
La Misión de Asistencia de la ONU para Irak compiló
el estudio por medio de una cuenta de mano de las muertes durante
todo el año. Este se valió de informes provenientes
de los hospitales, depósitos de cadáveres y otras
autoridades municipales en todo Irak. Primer esfuerzo por contar
la cantidad de muertos, ésta cifra es casi tres veces mayor
que el cálculo de la Prensa Asociada, que obtuviera de
cifras proveídas por varios ministerios iraquíes.
Las cifras de la PA llegan a 12,347.
El gobierno de Estados Unidos rehúsa publicar todas
las cifras relacionadas a las bajas iraquíes. Esta indiferencia
y desprecio hacia la vida de los iraquíes encuentra su
reflejo en la actitud del gobierno en Bagdad, respaldado por EE.UU.
Un vocero del gobierno iraquí tildó de "exagerado"
el informe de la ONU y le declaró al New York Times que
las fuentes que le proporcionaron las cifras al informe eran "erróneas".
De acuerdo al periódico, el vocero siguió con que
el gobierno no tenía "ningún sistema para llegar
a cifra tan amplia" acerca de las desapariciones, por medio
de la muerte violenta, de su propio pueblo.
La cifra de 34,000 y pico, aunque deja a uno boquiabierto,
es mucho más baja que los resultados de una encuesta, conducida
casa por casa, por la Facultad Bloomberg de Salubridad Pública
de la Universidad de Johns Hopkins. Ese estudio, publicado en
octubre, calculó que más de 650,000 iraquíes,
o sea, el 7 por ciento de la población antes de la guerra,
había perecido entre el comienzo de la invasión
en marzo, 2003, y julio, 2006, debido a la guerra y a la ocupación.
El día que la ONU publicó su informe fue de los
más sangrientos en dos meses, con otros 142 iraquíes
muertos o descubiertos muertos, consecuencia de ataques por bombardeos
contra autobuses en las afueras de la Universidad de Al-Mustansiriya
y otros blancos destinados a sufrir masacres.
El informe fue publicado menos de una semana después
que el 11 de enero George Bush anunciara una enorme expansión
de la guerra en la que más de 21,000 tropas de combate
estadounidenses serían enviadas a Irak. Bush dejó
bien claro en su discurso por televisión que el derramamiento
de sangre sería peor y que éste afectaría
a las tropas estadounidenses e iraquíes durante los próximos
meses y semanas,
El gobierno y la prensa pintan, de la manera más cínica,
que esta intensificación de la violencia militar es para
proteger al pueblo iraquí de la violencia sectaria, cada
vez mayor, desatada por los sunnitas y shiítas para hacer
una limpieza étnica. El hecho es que una mayoría
de los iraquíes muertos y heridos desde la invasión
han resultado de los ataques militares de Estados Unidos y de
la explosión de la violencia sectaria, consecuencia directa
de la ocupación estadounidense, que intencionalmente enardeciera
las pasiones sectarias e instalara un gobierno fundamentalista
shiíta alineado con la política colonial tradicional
de división y conquista.
El nuevo esfuerzo para "darle seguridad a la población"
de Irak marca la intensificación de la violencia militar
y el terror, cuyo objetivo es ahogar en un baño de sangre
a la resistencia iraquí que se opone a la ocupación
extranjera.
Por su parte, los Demócratas del Congreso de Estados
Unidos han dejado bien claro que no van a actuar para bloquear
la expansión de la guerra por Bush, ni por medio de la
reducción de fondos, ni por acciones que le pongan fin
a la guerra o que resulten en el retiro de las tropas estadounidenses
de ese país.
El informe de la ONU pinta un cuadro escalofriante de las condiciones
en el país ocupado, donde un promedio de 94 personas fueron
muertas o encontradas muertas en 2006.
Aproximadamente el 50 por ciento de las muertes ocurrió
en la capital, y la mayoría de éstas murieron a
razón de balazos o a causa de asesinatos aparentemente
por ejecución.
Entre los hechos descubiertos por el informe de la ONU que
el New York Times cita se encuentra lo siguiente:
"La cantidad de muertos, por lo menos en los en los depósitos
de cadáveres de Bagdad, ha duplicado desde 2005".
"La expansión de la violencia ha llegado a tal
punto que los hospitales y los depósitos ya no pueden con
más cadáveres. El informe reporta que recientemente
se han descubierto varias fosas comunes".
"Los secuestros han cambiado totalmente la composición
de los vecindarios. Sinex, mercado al por mayor en el centro de
Bagdad y cuya clientela era enormemente mixta, lentamente se vacía
de sunnitas".
"Las consecuencias que el informe describe", concluye
el periódico, "es una sociedad en colapso".
De acuerdo a los cálculos del estudio de la ONU, desde
enero a diciembre del año pasado, 34,452 civiles murieron
violentamente y 36,685 fueron heridos. Los heridos incluyen a
2,222 mujeres y 777 niños.
Desde febrero, 2006, otras 470,094 personas han sido desplazadas
internamente, convirtiéndose en refugiados en su propio
país. La cifra más alta de iraquíes desplazados
se encuentra en la provincia de Anbar, donde 10,105 familias han
abandonado sus hogares.
Anbar, en su mayoría sunnita, es centro de resistencia
a la ocupación. El enorme desplazamiento de civiles no
se le puede atribuir a la violencia sectaria. Más bien
se debe al bombardeo, a los cohetes teledirigidos y al fuego de
ametralladoras; es decir, a los ataques militares de Estados Unidos
contra la población civil en general y a los arrestos y
tortura de los que se supone son insurgentes.
En Bagdad, cadáveres no identificados y aparentemente
muertos por ejecución, se encuentran a diario en grandes
cantidades. Parientes aterrados de las víctimas por lo
regular rehúsan recoger a sus muertos de los seis Institutos
Médico-Legales que se encuentran en varias regiones del
país por miedo a las represalias. Muchos creen que los
policías del gobierno son culpables de muchas de las matanzas.
El informe describe que un ambiente de terror impregna a todo
el país: "Ninguno de los grupos religiosos y étnicos,
incluyendo a mujeres y a niños, ha escapado el enorme ciclo
de violencia que crea el pánico y interrumpe la vida cotidiana
a muchas familias iraquíes, lo cual obliga a los padres
a no enviar a sus hijos a la escuela e interrumpe el flujo normal
de la capital y sus afueras".
El informe describe un detalle especialmente espantoso de la
vida en Irak: la situación de las mujeres, sobretodo en
las provincias del norte del país, quienes más y
más se ven obligadas a obedecer códigos morales
arbitrarios de comportamiento que rara vez se aplicaban antes
de la invasión estadounidense.
El informe de la ONU hace notar que 239 mujeres se habían
inmolado durante los primeros ocho meses del 2006. Aunque a la
mayoría de estos casos se les considera "accidentes"
y "atentados de suicidio", lo más probable es
que hayan sido resultado de "homicidio por honor". El
informe declara: "La mayoría de las que han sido víctimas
de homicidio por honor sufren heridas horribles que de ninguna
manera parecen haber sido causadas por accidentes mientras cocinaban
o repostaban de combustible a sus estufas de gas ".
La viudas de la violencia iraquí luchan a diario para
proteger y mantener a sus familias bajo condiciones en que los
empleos son escasos y los proyectos para proveer trabajo a las
mujeres fueron abandonados cuando los NGOs internacionales, debido
a la violencia sectaria, se fugaron en masa a fines del 2005.
Los niños cada vez son más vulnerables. Muchos
han perdido a varios miembros de sus familias. Varios padres desesperados
venden a sus hijos fuera de Irak para que trabajen como prostitutas
o trabajadores no adultos. O los ofrecen a personas que los adoptan
ilegalmente.
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