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Demócratas critican aumento de tropas, pero rehusan
reducir fondos para la guerra
Por Patrick Martin
13 Enero 2007
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio web
en su inglés original el 9 de enero, 2007.
Dos de los dirigentes principales del Partido Demócrata
han revelado su oposición a los planes del gobierno de
Bush para enviar más tropas a Irak, pero al mismo tiempo
le han indicado a la Casa Blanca que no habrá ningún
esfuerzo para prevenir el aumento de las bajas y el derramamiento
de sangre en ese país, cuya ocupación que ya entra
en su quinto año.
La hipocresía de los Demócratas tiene sus causas.
Para ellos es imprescindible dirigirse a dos públicos a
la vez: a los votantes quienes, en su mayoría gente de
la clase trabajadora y la clase media, votaron por los candidatos
Demócratas para expresar su oposición a la guerra;
y a la clase gobernante de Estados Unidos, cuyos intereses sociales
y económicos el Partido Demócrata siempre se ha
comprometido a defender internamente y a nivel mundial..
Un porcentaje preponderante de la opinión pública
se opone al plan de Bush para aumentar las fuerzas militares en
Irak. Una encuesta reciente muestra que sólo el 11% de
la población está favor de enviar más tropas,
y más del 50% apoya el retiro de todas las fuerzas militares
estadounidenses para finales del 2007. Otra encuesta revela que
aún cuando las alternativas presentadas al público
habían sido escritas para favorecer el aumentoa los
participantes se les pidió que presumieran que el aumento
de tropas estabilizaría Irakla mayoría todavía
se mostró más en contra que a favor.
El dirigente de la Mayoría (Demócrata) en el
Senado, Harry Reid, y la presidente de la Cámara de Representantes,
Nancy Pelosi, trataron de apaciguar este sentimiento anti bélico
con una carta dirigida a Bush, publicada el 5 de enero. El sábado,
Read, en nombre del Partido Demócrata, siguió esta
acción con una respuesta al discurso semanal de Bush por
la radio. Pelosi apareció el domingo en el programa de
entrevistas, Face the Nation, por la cadena nacional CBS.
La carta le ofrece a Bush la cooperación del Congreso
Demócrata para "encontrar un fin a la guerra en Irak."
También cita la cantidad de tropas estadounidenses que
han muerto en el conflicto, la cual actualmente sobrepasa los
3000, y hace un llamado para llegar a la decisión de "comenzar
el retiro de nuestras fuerzas durante los próximos cuatro
a seis meses".
"Nuestras tropas y el pueblo de Estados Unidos ya se han
sacrificado enormemente por el futuro de Irak", escriben.
"Luego de 4 años de combate, decenas de miles a soldados
estadounidenses heridos, y más de $300.000.000.000, ha
llegado la hora de ponerle fin a la guerra. Por consiguiente le
instamos, de la manera más directa posible, que rechace
todo plan para aumentar la participación de nuestras tropas
en Irak".
La carta de los Demócratas para nada se opone a las
razones para lanzar la guerra, pero sí expresa el deseo
de contribuir al "éxito" de la intervención
militar bajo el mandato de Bush. No satisfechos con esto, los
Demócratas puntualizan que ésta también es
la postura del pueblo estadounidense y pintan los resultados de
las elecciones como producto de un público que más
cree en que la intervención en Irak ha fracasado en alcanzar
los objetivos de guerra de Bush que en oponerse a la guerra en
sí.
"El pueblo estadounidense mostró en los comicios
de noviembre que no cree que la política actual en Irak
va a lograr el éxito", escriben Pelosi y Reid. Pero
esto efectivamente acepta la lógica de la Casa Blanca y
sus partidarios neo conservadores: que el público apoyará
la victoria de la guerra sin importar la cantidad de muertos y
heridos y que, por consiguiente, la política del gobierno
debería basarse en el triunfo militar.
Las diferencias de los Demócratas con Bush no tienen
nada que ver con la legitimidad de la decisión inicial
de Bush para invadir y ocupar a Irak, pero sí con que la
victoria militar sea posible. Los dirigentes Demócratas
de ambas cámaras del Congreso preponderantemente apoyaron
a la invasión y ocupación, y que casi todos los
miembros Demócratas del Congreso han apoyado la guerra
concretamente al votar a favor del abastecimiento de fondos al
presupuesto militar.
El lenguaje de la carta le hace hincapié a la cobardía
de los Demócratas. Reid y Pelosi se despiden con un ruego
a Bush: "Apreciamos que considere seriamente estos puntos
de vista". Pero no es solamente el lenguaje de la carta lo
que pone en relieve la cobardía de los Demócratas,
sino también el momento de su revelación: pocos
días antes de que Bush apareciera por la televisión
nacional para anunciar su plan de aumento de tropas, plan que
ya se había diseñado antes del Partido Demócrata
emitir su crítica.
La dirección general de los dirigentes Demócratas
que están apunto de tomar las riendas del poder es enfocar
varias medidas cosméticas basadas en la política
interna del país: darle más auge a los reglamentos
que rigen la ética en el Congreso; aumentar el sueldo mínimo,
mejorar minúsculamente el plan nacional de medicinas
llamado Medicarey las subvenciones a estudiantes universitarios.
Y, claro, evitar por más tiempo posible todo debate con
la Casa Blanca en cuanto a la guerra en Irak.
Uno de los dirigentes Demócratas principales, Rahm Emmanuel,
por el estado de Illinois, le dijo al Washington Post:
""Se donde hay apoyo para más tropas y donde
se encuentra el apoyo para el aumento del salario mínimo.
Prefiero seguir haciendo lo que estamos haciendo".
El menosprecio al tema de la guerra fue un desafío directo
a la opinión pública. Una encuesta llevada a cabo
por la cadena nacional de televisión, CBS, y publicada
el 4 de enero, descubrió que el 45 por ciento de los votantes
quiere que el Congreso se enfoque sobre Irak. Estas cifras hay
que compararlas con el 7 por ciento de la población que
considera que la economía es la prioridad más importante.
El siete por ciento considerar que el seguro médico es
el tema de mayor importancia, mientras que el 6 por ciento se
vira hacia la cuestión de los inmigrantes.
Esta decisión fue esencialmente una repetición
de la estrategia política llevada a cabo por los dirigentes
Demócratas en las elecciones para el Congreso en 2002,
aún cuando trataban de limitar los debates de la campaña
a temas sobre la situación interna del país y evitar
la cuestión primordial de la guerra. Esto sucedió
a pesar de que el gobierno de Bush buscaba el voto sobre una resolución
para autorizar la acción militar y la cual fue adoptada
por el Senado y la Cámara de Representantes pocos días
antes de los comicios.
Los Demócratas de la Cámara de Representantes
se vieron obligados a dirigirse al tema de la guerra sólo
por las exigencias de las necesidades políticas, cuando
se veía bastante claro que Bush pronunciaría un
discurso por la televisión nacional en el cual iba a anunciar
la decisión de enviar más tropas a Irak. De acuerdo
al Washington Post, Pelosi convocó una reunión
de todos los presidentes de los comités con jurisdicción
apropiada; es decir, los comités que se encargan de los
Servicios Armados, Asuntos Extranjeros, Espionaje, Seguridad de
la Patria y de Supervisión y Reformas Gubernamentales.
Se tomó la decisión de adelantar las audiencias
que iban a tomar lugar al fin de mes al jueves, día después
del discurso de Bush.
El foco de las audiencias será bastante limitado. No
habrá ningún análisis de las mentiras del
gobierno de Bush en cuanto las armas para la destrucción
en masa y los vínculos de Irak con Al Qaida. El motivo
s simple: intimidar a la opinión pública durante
los días antes de la guerra. Como ha dicho Joseph Biden,
jefe del Comité del Senado sobre los Asuntos Extranjeros,
"Nuestro propósito no consiste en visitar el pasado
de nuevo, sino ayudar a formar un consenso acerca del nuevo curso
de Estados Unidos en Irak".
El discurso de Reid por la radio el sábado y la apariencia
de Pelosi el domingo por el programa nacional de televisión,
"Face the Nation", representan otros indicios de que
la "oposición" del Partido Demócrata a
la guerra es insincera y sin ganas.
Reid citó la oposición en el Pentágono
al aumento de tropas que se ha propuesto en Bagdad. Declaró
que "Basándonos en los consejos de líderes
militares, activos y no, creemos que esta táctica sería
un grave error".
Pelosi repetidamente declaró en su entrevista por televisión
que los Demócratas no reducirían los fondos para
la guerra, puesto que ello pondría en peligro a las tropas
estadounidenses que actualmente se encuentran en Irak. Pero esta
lógica encubre la verdadera realidad: que el peor peligro
a las vidas de los soldados estadounidenses es la camarilla derechista
en la Casa Blanca, la cual los ordenó a Irak en primer
lugar.
Pelosi sugirió, de manera tentativa y tímida,
que los fondos adicionales que la Casa Blanca ha pedido para expandir
la guerra "recibirá el escrutinio más severo".
Pero este lenguaje sugiere audiencias y el planteamiento de interrogativas,
no la verdadera negación a los fondos.
Tal como en la carta, Pelosi reiteró que los comandantes
militares que ahora se van de Irak se oponían al despliegue
de tropas adicionales debido a que enardecería aún
más a la oposición nacionalista a la ocupación
yanqui y proveería mayores blancos para las bombas, las
granadas de mortero y el fuego de los francotiradores, sobretodo
las tropas de Estados Unidos que conducen patrullas callejeras
agresivas en las cuales las dichas tropas abandonan sus vehículos
blindados.
Pero hasta este nivel de oposición ha sido demasiado
para otros Demócratas destacados, inclusive dos posibles
candidatos presidenciales. Biden, quien se ha declarado como candidato,
declaró el domingo por un programa de entrevistas en la
televisión que el Congreso violaría la Constitución
si trata de limitar la cantidad de tropas o reducir los fondos
para la expansión de la guerra puesto que el Congreso había
autorizado la guerra en primer lugar. Puntualizó que el
aumento era un "error trágico", pero añadió
que, "como asunto práctico, no hay manera de decirle
al presidente que pare".
El Senador Barack Obama, por el estado de Illinois, le comentó
a la revista Newsweek en una entrevista la semana pasada
que Bush quedaría totalmente al mando de la guerra sin
ninguna traba por lo menos durante un año más. "Para
anticipar su pegunta", le dijo a la revista, "¿está
el Congreso dispuesto a ejercer control sobre el presupuesto para
influir la política de la Casa Blanca? Dudo que sea algo
que estamos dispuestos a llevar a cabo durante el primer año".
Es decir, los Demócratas en el Congreso permitirán
que la guerra continúe hasta el año de las elecciones,
cuando han de adoptar una postura (puramente verbal) anti bélica
en las campañas para el Congreso y la presidencia. Observa
Newsweek: "No esperen que Obamay la mayoría
de los Demócratastraten de bloquear a George W. Bush
cuando éste le pida al Congreso, durante las próximas
semanas, otro billón para la guerra. El partido no va a
negar los fondos, y ni siquiera va a exigir condiciones".
Los Demócratas están preparados para brindar
su apoyo a que el poder militar sea más extenso. El nuevo
dirigente de la mayoría Demócrata en la Cámara
de Representantes, Steny Hoyer, por el estado de Maryland, hizo
una entrevista con el Jerusalem Post publicada el domingo,
en la que abogó, sin descontar acción militar, por
ponerle más presión diplomática a Irán
y someter a ese país a sanciones económicas. En
respuesta a una pregunta acerca de ataques aéreos contra
las instalaciones nucleares de Irán, Hoyer dijo, "No
he descartado esa idea. No es una opción que deseamos considerar
hasta que sepamos que existe otra opción".
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