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Más de un millón marchan en Los Ángeles
y otras ciudades de Estados Unidos en defensa de los derechos
de los inmigrantes
Por Ramón Valle y Rafael Azul
29 Marzo 2006
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el autor
Este artículo apareció por primera vez en
nuestro sitio en inglés el 27 de marzo, 2006.
En la mayor manifestación que jamás se haya visto
en la historia del estado de California, más de un millón
de personas marcharon por el centro comercial de Los Ángeles
el sábado, 25 de Julio, en defensa de los derechos de los
inmigrantes y para protestar en contra de los ataques del gobierno
contra los mismos, sobretodo en contra de los trabajadores indocumentados.
La manifestación culminó dos semanas de marchas
y protestas contra un nuevo proyecto de ley adoptado por la Cámara
de Diputados del Congreso de Estados Unidos. Se supone que la
otra cámara del Congresoel Senadocomience a
debatir el proyecto este mismo lunes. Si se adopta, la ley convertiría
a la inmigración ilegal en un delito mayor, y también
penalizaría como criminales a toda persona que le brinde
ayuda a los inmigrantes indocumentados, inclusive a trabajadores
que laboran en instituciones que rinden servicios sociales, organizaciones
caritativas, comedores populares para los pobres, refugios para
la gente sin techo y clínicas de emergencia.
La enormidad de las manifestaciones ha dejado atónitos
a los políticos que representan al orden social de Estados
Unidos, pero ello no quiere decir que la prensa del país
le haya prestado la debida atención a semejante movimiento
social. No fue hasta que sucediera la enorme manifestación
en Los Ángeles que las cadenas nacionales de televisión
comenzaron a cubrir las protestas.
50,000 personas marcharon el sábado en Denver, estado
de Colorado, en lo que más probable sea la mayor manifestación
en la historia de esa ciudad. 20,000 marcharon en Phoenix, estado
de Arizona, donde celebraron un mitin en las afueras de las oficinas
del Senador ante del Congreso de Estados Unidos, Jon Kyl, quien
ha presentado ante dicha asamblea su propio proyecto de ley anti
inmigrante y punitivo. Fue también la mayor manifestación
en la historia de ese estado.
Miles más marcharon en lugares tan lejanos como Charlotte,
estado de Carolina del Norte; Milwaukee, estado de Wisconsin;
y Sacramento, capital de California. En la mayor manifestación
que tomara lugar antes de la de Los Ángeles, 100,000 trabajadores
inmigrantes y sus partidarios celebraron un mitin en el centro
comercial de la ciudad de Chicago, estado de Illinois, el 11 de
marzo.
De acuerdo a los organizadores, la cantidad total de personas
que participaron en Los Ángeles puede haber excedido un
millón. A través de todo el día, miles de
manifestantes se unieron a la marcha, y UNIVISIÓN, la cadena
de televisión nacional de habla hispana, calculó
que la cantidad había llegado a los dos millones.
La manifestación se llevó a cabo bajo los auspicios
de CARECEN (Centro de Recursos Centroamericanos), La Asociación
Política México-Americana, la jerarquía Católica
y grupos locales y las comunidades latino y asiático americanas.
Tan enorme fue la manifestación en Los Ángeles
que sorprendió sus propios organizadores, y la policía,
quien originalmente había designado la calle Broadway para
la marcha, tuvo que abrir las calles adyacentes para acomodar
al mar sin fin de gente.
La enérgica marcha, llena de entusiasmo, estuvo compuesta
en su preponderante mayoría de trabajadoreshombres
y mujeres hispanos y latinoamericanos: mecánicos
de automóviles, ensambladores, obreros de construcción,
enfermeras, encargados de estacionar carros en los garajes, barredores
de calle, camareros, ayudantes de camareros, trabajadoras domésticas,
conserjes; es decir, representantes de la fuerza laboral de California
del Surcomenzó en la Avenida Olympic y terminó
20 cuadras después en las oficinas del Ayuntamiento municipal
de la ciudad.
En la marcha dominaron la siguientes pancartas e insignias:
Somos gente ordinaria como ustedes, No somos
criminales, Amnistía y derechos totales para
todos los inmigrantes, No somos criminales;
somos estudiantes, padres y vecinos, Yo estoy en mi
tierra, No somos el enemigo; somos parte de la solución,
Estados Unidos es la tierra de la libertad y de los inmigrantes,
En este país todos somos inmigrantes, Trabajar
no es crimen, No al Proyecto de Ley HR3447.
Durante la marcah, el World Socialist Web Site, órgano
del Partido Socialista por la Igualdad (en solidaridad con el
Comité Internacional de la Cuarta Internacional), entrevistó
a muchos trabajadores.
Refiriéndose al Proyecto de Ley HR3447 anti inmigrante
ante el Congreso de Estados Unidos, un joven instalador de drywall
del condado de Riverside cerca de Los Ángeles, se expresó
de la siguiente manera: Soy trabajador indocumentado. Vine
a este país para obtener mejor vida para mí y para
ni familia. Se supone que este sea el país de la libertad.
Yo trabajo muy duro y pago mis taxes. Yo ayudo a la economía
de Estados Unidos. ¿Por qué no debería yo
trabajar aquí? Todos en mi trabajo viven con miedo. ¿Ud.
cree que debería ser así? Y ahora, con esta ley
que proponen, va a ser peor. Pore so estoy aquí hoy. Nunca
me imaginé que estaría marchando por la libertad
en los Estados Unidos.
El proyecto de ley HR3447 fue uno de los blancos de la manifestación.
También se conoce como el Proyecto de Ley Sensenbrenner-King,
que la Cámara de Diputados adoptara el diciembre pasado
bajo los auspicios James Sensenbrenner, diputado Republicano que
representa al estado de Wisconsin. En caso de convertirse en ley,
no sólo tomaría medidas severas en contra de los
patrones y las empresas que empleen a trabajadores indocumentados,
sino que toda persona que los ayude o entre a este país
ilegalmente sería acusado de cometer un delito mayor y
castigado de acuerdo. También intensificaría el
cumplimiento de la ley por toda la frontera entre México
y Estados Unidos, lo que significa la construcción de una
cerca de 700 millas de largo.
Aunque este proyecto de ley cuenta con el apoyo de los dirigentes
Republicanos en la Cámara de Diputados, sus contrapartes
Republicanos en el Senado, además del gobierno de Bush,
han expresado reservaciones basadas en dos influencias inquietantes:
las objeciones de los intereses empresariales que necesitan la
mano de obra inmigrante para poder continuar funcionando; y el
miedo a perder favor entre los votantes hispanos y orientales,
sobretodo en estados como California, Texas y la Florida, que
cuentan con grandes poblaciones inmigrantes.
Un proyecto de ley bipartita, auspiciado por Edward Kennedy,
senador Demócrata del estado de Massachussets, y John McCain,
senador Republicano del estado de Arizona, ha mostrado cierta
popularidad para atraer el apoyo de una mayoría del Partido
Demócrata y de varios Republicanos. Aporta ciertas características
que hasta el gobierno de Bush favorece, entre ellas el establecimiento
de un programa de trabajadores invitados que convertiría
a millones de inmigrantes en una fuerza laboral temporaria fácil
de explotar.
Ningún político representante de las grande empresas
en en los dos partidos apoya el derecho democrático de
los trabajadores inmigrantes a vivir y trabajar en el país
que plazcan. Todos proclaman la necesidad de defender nuestras
fronteras como si Estados Unidos estuviera siendo
invadido por un ejército enemigopara afanar el sentimiento
anti inmigrante derechista. Al mismo tiempo, buscan la reconciliación
de semejante propaganda con las necesidades de las grandes empresas
para obtener una mano de obra barata.
Las disputas entre los Republicanos y los Demócratas,
las cuales no están bien demarcadas según las líneas
de los dos partidos, tienen que con hasta que punto se puede acosar
y deportar a los trabajadores indocumentados. El proyecto de ley
McCain-Kennedy le permitiría a las empresas auspiciar a
sus trabajadores para obtener la residencia permanente. Los trabajadores
indocumentados que ya se encuentran en el país podrían
convertirse en inmigrantes y ciudadanos luego de cierta cantidad
de años indeterminada siempre que pagen una multa, llenen
ciertos requisitos de trabajo, y aprendan a hablar inglés.
El senador Arlen, presidente del Comité Judicial del
Senado, actualmente elabora un proyecto de ley de solución
intermedia. Este obligaría a los participantes en el programa
de trabajadores invitados a salir de Estados Unidos luego de seis
años y tendrían que permanecer en su país
natal por un año antes de poder regresar a Estados Unidos.
Este proyecto se acerca más a lo que la Casa Blanca desea,
pero todavía se le oponen ciertos grupos empresariales,
quienes temen que semejante rotación en la fuerza laboral
les ocasione enormes trastornos.
Dianne Feintein, senadora Demócrata de mayor antigüedad
por el estado de California, ha tratado de satisfacer a los demagogas
derechistas que abogan por la ley y el orden y los intereses de
las grandes empresas agrícolas. Recientemente criticó
ferozmente la manera flácida en que las leyes de inmigración
se hacen cumplir: Tenemos a diez de miles de extranjeros
criminales rodando por las calles de nuestras comunidades porque,
en vez de ser deportados a sus comunidades luego de servir en
la cárcel, son sueltos a cometer más delitos en
su comunidades. Insiste en que toda legislación nueva
incluya una excepción a los trabajadores agrícolas
porque la economía de California, la sexta mayor del mundo,
se desplomaría sin semejante excepción.
Sectores de la derecha Republicana consideran que darle
paliza a los inmigrantes es un tema cuña
que se puede utilizar en las elecciones el 2006 para quitarle
fuerza a los temas principales. Tom Tancredo, diputado por el
estado de Colorado, ya explota la posibilidad de su participación
en la campaña presidencial de esa manera. Legislaturas
estatales en varios estados han introducido proyectos de ley que
permitirían el arresto y detención de inmigrantes
por transgredir la propiedad ajena lo cual convertiría
a la inmigración en asunto estatal más bien que
federal -y haría ilegal que los trabajadores indocumentados
compren hogares, reciban atención médica o envíen
a sus hijos a las escuelas públicas.
Los trabajadores que marcharon y expresaron sus opiniones al
WSWS en Los Ángeles rechazaron la perspectiva que a los
inmigrantes se les debería tratar como criminales. Un mecánico
de camiones de 28 años de edad, residente del Condado de
San Bernardino, dijo, la ley es racista, apuntada específicamente
para los mejicanos más que a nadie, para la gente latinoamericana.
Lo que hace es criminalizar a la gente que cruza la frontera y
también a la gente que los ayuda. Criminaliza a los trabajadores
y a los empleadores con pena de cárcel. La ley parece que
todavía no afina los detalles, pero es una ley así
que da pena de cárcel a la gente que pasa aquí ilegalmente.
Ahorita empieza una atmósfera de miedo en el trabajo,
sí, por todo lo que está pasando, por toda la ola
anti inmigrante que está sucediendo en Estados Unidos.
Un trabajador de 26 años de edad de Michoacán,
México, con seis años de residencia legal en estados
Unidos, se expresó de esta manera: Trabajo en una
fábrica de químicos. Una fábricas de bleach,
de cloro. Soy operador de las máquinas. Yo me encargo de
hacer el bleach, darle el mantenimiento a las máquinas.
En el tiempo de verano trabajo hasta 60 horas. Me pagan 15 dólares
por hora. Después de seis años no es nada. El ambiente
en el trabajo es bueno. La patrona es americana, es una persona
muy buena, aprecia a la comunidad hispana.
No ha habido redadas de inmigración en nuestra
planta. Estoy aquí porque quiero apoyar a las personas.
Nosotros estamos apoyados, pero pero somos una comunidad. Si no
nos unimos...como los hermanos que somos, no vamos a poder conseguir
nada. Puede que algunos estemos bien, pero todos los demás
que no. ¿Qué va a pasar con ellos? Tenemos que pensar
en las demás personas, no nada más que en uno mismo.
Por eso estoy aquí. Porque busco el bienestar mío
y el todas las personas que están a mi alrededor también.
En cuanto al Partido Demócrata, es difícil
de decir. Yo pienso que son como todos los políticos. En
víspera de las elecciones, ellos muestran una cara diferente.
Dicen tantas cosas, que van a estar ahí para apoyarte,
pero en la hora que llegan al poder, se vuelven totalmente diferentes
y se vuelan.
Yo pienso que el mensaje que yo les daría a los
trabajadores [de Estados Unidos, blancos y negros] es que nos
acepten y que nos vean como unos hermanos, como los trabajadores
que somos, pues podemos hacer los mismo que ellos, que somos tan
capaces, incluso hasta más, porque nosotros no estamos
temerosos de hacer el trabajo difícil ellos no quieren
hacer. As?í que yo creo que somos iguales y tenemos las
mismas aptitudes y capacidades que ellos. Solamente necesitamos
una oportunidad.
La perspectiva política que los organizadores de esta
marcha revelaron es mantener la enorme reacción de los
trabajadores inmigrantes a los ataques en contra de de sus derechos
civiles y políticos amarrada por el Partido demócrata
y la política de protesta. La lista de discursantes en
la plataforma en frente del Ayuntamiento incluyó al alcalde
de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, y a otros Demócratas
latinos.
Sólo el Partido Socialista por la Igualdad (PSI) defiende
incondicionalmente los derechos de los trabajadores inmigrantes
no importa cual sea su situación legal, y lucha para unir
a los trabajadores de Estados Unidos con sus hermanos y hermanas
obreros de Latinoamérica, Asia y todo el mundo en lucha
común contra el sistema capitalista.
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