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Política anti inmigrante mata proyecto de ley "reformista"
en el Senado
Por Bill Van Auken
10 Abril 2006
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el autor
El volante que sigue puede conseguirse en formato PDF
en inglés y español para descargar y ser distríbuido
en las manifestaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes
que tendrán lugar el lunes, 10 de abril, en muchas ciudades
de Estados Unidos.
El fracaso del Senado en adoptar un proyecto de ley sobre la
inmigración ha sido resultado del amargo y reaccionario
debate sobre hasta que punto los inmigrantes indocumentados deberían
ser criminalizados por haber entrado al país.
El proyecto de ley era esencialmente una repetición
de la legislación aprobada durante el gobierno Republicano
del Presidente Ronald Reagan. No obstante, dado toda una serie
de propuestas represivas, la medida reciente fue mucho más
reaccionaria.
Qué el Senado haya fracasado en adoptar una reforma
tan mínuscula luego de las manifestaciones por millones
que exigieron la justicia para los trabajadores inmigrantes refleja
lo distante que está el sistema basado en dos partidos
de los intereses de las masas trabajadoras y también nos
da una idea de la enorme distancia que este sistema ha viajado
hacia la derecha durante los últimos 20 años.
La legislación tenía como objetivo la construcción
de un puente para unir dos riveras opuestas: por un lado, permitirle
a los dos partidos la manera de fomentar los sentimientos anti
inmigrantes y, por otro, evitar que millones de votantes, quienes
son inmigrantes recientes o están relacionados con otros
a través de lazos familiares y personales, los rechazen
durante los comicios del próximo noviembre.
El proyecto de ley incluía medidas para militarizar
las 2000 millas de frontera entre México y Estados Unidos
y doblar la cantidad de patrulleros fronterizos.
Esa parte de la ley que habría afectado a los 12 millones
de inmigrantes indocumentados ya en el país los habría
dividido en tres categorías de acuerdo a cuanto tiempo
han vivido en el país. A aquellos que han residido en país
por más de cinco años y pueden comprobarlo se les
permitiría solicitar residencia permanente luego de trabajar
sin interrupción seis años adicionales.
También se les requiriría pagar una multa de $2000
y cumplir con otros requisitos.
La próxima categoría incluiría aquellos
que han residido en Estados Unidos entre dos y cinco años.
Tendrían que salir de Estados Unidos y solicitar una visa
de trabajo temporaria. La última categoría, que
se calcula entre uno y dos millones de trabajadores indocumentados
que entraron al país luego del 1ro. de enero, 2004, estarían
sujetos a la deportación inmediata.
Si el Senado hubiese adoptado este proyecto de ley, éste
tendría que haber sido reconciliado con el aprobabo por
la Cámara de Representantes que es más cruel aún.
Éste exigía que tanto a los inmigrantes indocumentados
como a toda persona y organización que los auxilie se les
acusara de criminales. Este fue el reaccionario proyecto de ley
que provocó las enormes manifestaciones, marchas y paros
escolares recientes, así como también el día
nacional de manifestaciones convocado para el 10 de abril.
Pero hasta la versión de la ley debatida en el Senado,
que se supone sea más benévola, es otra pesadilla,
pues no sólo ofrece la posibilidad de someter a millones
de trabajadores inmigrantes a la deportación y a negarles
empleo, sino también a desbaratar familias y a crear una
nueva y enorme maquinaria estatal para reprimirlos.
La clase gobernante de Estados Unidos y los dos partidos que
representan sus intereses - los Demócratas y los Republicanos
- no tienen ni el interés ni la capacidad para resolver,
de manera democrática y socialmente progresista, los problemas
que han surgido de la inmigración hacia Estados Unidos.
Por una parte, quieren asegurarle a las grandes empresas la
fuente de mano de obra barata que ofrecen los inmigrantes forzados
a abandonar sus propios países debido a las condiciones
desesperantes creadas por el capitalismo globalizado. Y al mismo
tiempo quieren usar a los trabajadores inmigrantes como chivos
expiatorios para desviar la cólera del pueblo estadounidense
hacia la creciente desigualdad social y la escasez de buenos empleos.
El pueblo trabajador tiene que oponerse a ambas estrategias
reaccionarias con su propia política independiente basada
en la lucha por la unidad de la clase obrera y la demanda por
los derechos democráticos y de ciudadanía para los
trabajadores indocumentados. En contra de las empresas multinacionales,
que pueden moverse libremente a través de las fronteras
nacionales mientras encierran a los trabajadores dentro de sus
límites, hay que exigir que a los trabajadores se les permita
la libertad de vivir y trabajar en el país que deseen.
Sólo se puede luchar por esta política si quebramos
totalmente con los Partidos Demócrata y Republicano y formamos
un nuevo movimiento político independiente de la clase
obrera basado en un programa socialista y una perspectiva internacionalista
que una las luchas de los trabajadores en Estados Unidos con los
trabajadores en todos los rincones del mundo.
Este es el programa y la perspectiva por los cuales sólo
lucha el Partido Socialista por la Igualdad (PSI) y el World
Socialist Web Site. Le instamos a todos los que desean luchar
para defender los derechos de los trabajadores inmigrantes que
se unan a la campaña para colocar a los candidatos del
PSI en los padrones electorales de los comicios del 2006 y así
llevar este programa al público más amplio posible.
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