WSWS
: Español
La decadencia histórica del imperialismo estadounidense
y las posibilidades del socialismo
Segunda Parte
Por Nick Beams
2 Abril 2005
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Durante el fin de semana del 29 al 30 de enero, el Partido
Socialista por la Igualdad de Australia celebró una conferencia
de su militancia. Abajo publicamos en castellano la segunda de
cuatro partes del discurso de apertura pronunciado por Nick Beams,
Secretario Nacional del partido Socialista por la Igualdad de
Australia e integrante del Comité de Redacción del
World Socialist Web Site.
Las cuatro partes de la versión original en inglés
del discurso aparecieron en sucesión en nuestro sitio del
1ro. al 4 de febrero, 2005.
Claro, las perspectivas plantean grandes cuestiones ¿Le
será posible a Estados Unidos, por lo menos en un futuro
no muy lejano, establecer un nuevo equilibrio, una Pax Americana,
o desatará éste, en su afán para lograrlo,
todo tipo de conflicto político y hasta militar que pondrá
a la orden del día la necesidad y la posibilidad del socialismo?
Para analizar estas cuestiones, permítanme enfocar una
conversación muy significante que tomó lugar a principios
de año. El 6 de enero, una organización llamada
New America Foundation [La Fundación para un Nuevo Estados
Unidos] celebró una conferencia sobre el tema, La
planificación de un nuevo mapa de la política exterior
de Estados Unidos para el 2005 y el más allá.
Los dos invitados principales para pronunciar discursos fueron
Brent Scowcroft, asesor sobre la seguridad nacional de los ex
Presidentes Bush padre y Gerald Ford, y Zbigniew Brzezinski, quien
tuviera el mismo puesto en el gobierno del Presidente Carter.
Scowcroft comenzó refiriéndose a los cambios
fundamentales que habían tomado lugar al terminar
la Guerra fría. Estados Unidos había quedado como
la nación más poderosa desde el Imperio Romano.
Sin embargo, corría un peligro: que el resto del mundo
se le tirara encima.
El segundo cambio mayor que se dio fue la globalización,
la cual, en el sentido más fundamental, alteró la
manera en que el mundo funciona. Significa una erosión
básica de las fronteras nacionales y por lo tanto del estado-nación.
Hay tantas fuerzas: económicas, tecnológicas, ambientales
y políticasy el terrorismo tambiénque
cruzan las fronteras una y otra vez y anulan la capacidad del
estado-nación hacer lo que siempre ha hecho: cuidar la
seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.
Me gustaría comparar lo que hoy sucede en cuanto
a la globalización a una época anterior, la de la
industrialización, cuando las corporaciones y las empresas
ecómicas grandes empezaron a unirse y a adquirir poder
y causaron tensiones y conflictos con los trabajadores, con el
ambiente, con esto y lo otro y qué más. El estado-nación
se responsabilizó en crear los reglamentos de la mano de
obra, del comercio. Nacieron los sindicatos. El capitalismo se
desarrolló, pero también surgió su contrincante:
el socialismo derivado de las ideas de Carlos Marx y otros semejantes.
Todo un modo de vida, bueno y malo, surgió durante
la era de la industrialización, y acabamos de deshacernos
de los últimos vestigios de mucho de lo malo cuando el
comunismo soviético pereció.
Pero parece que esto sólo le dio auge a toda una serie
de nuevos problemas. Scowcroft continúa: El estado-nación
manejó a la era industrial como unidad básica para
controlar estas fuerzas. Creo que lo que esencialmente diferente
es que el estado-nación no puede lidear con muchos de los
problemas que la globalización presenta. Los problemas
de hoy requieren una enorme cooperación porque son intrésicamente
internacionales y por lo tanto hacen que naciones hasta tan poderosas
como Estados Unidos corran grandes riesgos.
Consideremos lo que se ha dicho con esto. Según Scowcroft,
quien ha sido una figura bastante prominente en la maquinaria
estatal más poderosa del mundo durante las últimas
cuatro décadas, la unidad básica del gobierno burgués,
el estado-nación, ya no es capaz de resolver los complejos
problemas creados por el desarrollo mundial del modo de producción
capitalista. ¿Cuál es la respuesta? No mucho, aparte
de notar que Estados Unidos no se da cuenta muy biende
lo que está pasando; que no se enfoca muy bien;
que tiene una tendencia hacia acciones unilaterales;
que en muchas partes del mundo lo consideran arrogante; y que
lo que se necesita para resolver los problemas de la globalización
son nuevas reacciones de las naciones colaboradoras.
Brzezinski comenzó su contribución con una crítica
feroz a la guerra contra Irak, llamándola una guerra
opcional [y que es, por definición, una guerra criminal,
aunque Brzezinski no hizo este punto] y un grave paso moral hacia
atrás de Estados Unidos en términos de como la comenzó,
de como la justificó y de la manera en que la ha llevado
a cabo. También a sido un fracaso militar y político.
Estados Unidos es ahora una nación dividida sin ninguna
legitimidad internacional. La recuperación de la
unidad internacional es una obligación que se impone a
sí misma sobre todos nosotros y sobretodo sobre aquellos
que están a cargo de moldear las leyes internacionales.
Pero Estados Unidos tendría que laborar bien duro
para recuperar su crediblidad internacional. Nadie le creería
al gobierno si éste declarara que Irán posee armas
neucleares.
Brezezinski se dirigió a los objetivos estratégicos
de mayor y dijo: Relacionado a temas de mayor visión
que yo creo deberíamos seguir está la regeneración
de una gran y verdadera alianza para lidear con estos temas globales.
Y ello significa una relación más íntima
con una Europa expandiente que participe en el proceso de manera
gradual y estratégica, y con un Japón más
activo a nivel internacional....[L]a relación con Europa
y Japón es el punto de partida para una acción mundial
efectiva que haga al mundo más estable. Nadie más
está listo o tiene el deseo de participar. Su apoyo es
necesario, y ese es un hecho incontrovertible al que no se le
puede hacer caso omido.
Estados Unidos, insisitió Brzezinski, tiene que ponerle
paro a sus acciones de unir a sus enemigos y dividir a sus amigos.
Al concluir sus palabras, dejó bien claro lo esencial de
esta perspectiva: que es necesario junto con nuestros aliados
principales y en base a una gran alianza con Europa y Japón,
esforzarnos en incluir a las masas del mundo que recientemente
se han despertado en el sistema global.
Esta es una realidad muy importante desde el punto de
vista histórico. Vivimos por primera vez en un mundo en
que las masas del mundo están políticamente despiertas.
Esto nunca ha existido antes. Y claro, a la cabeza de estas masas
hay dos naciones importantísimas que tienen la mayor cantidad
de habitantes y que sorpresivamente hasta ahora han sido efectivas.
Son China y la India. Juntos casi tienen 3.000.000.000 de habitantes.
La manera en que se integren al nuevo sistema internacional va
a definir el tipo de sistema que tengamos en el futuro. Lo que
quiere decir: ¿será un sistema global de amplia
visión? ¿O serán estas masas que se han despertado
políticamente la causa de la violenciaétnica,
religiosa, nacionalistainclusive del terrorismo?
Lenín y Kautsky
Por supuesto, esto sugiere que hay un gran miedo ímplícito,
no muy recóndito, de que estas masas, al despertarse, van
a comenzar a adquirir una perspectiuva socialista, tal como lo
hicieron sus antepasados en épocas anteriores.
El debate qe toma lugar en los ambientes de la política
exterior de Estados Unidos nos recuerda el conflicto entre Lenín
y Karl Kautsky acerca del significado histórico de la Primera
Guerra Mundial. Lenín insistió que la explosión
de la guerra representaba el colapso histórico del sistema
capitalista y que ésta, pues, planteaba la necesidad objetiva
de la revolución socialista. La guerra no resultó
de una alternativa política que las potencias capitalistas
se dieron el lujo de escoger. Fue el comienzo de la lucha por
la división y la redivisión del mundo. Surgió
de las caracteríticas intrínsecas del modo de producción
capitalista y de la misma evolución del imperialismo. La
lucha por los mercados y las ganancias en cierto momento se convirtió
en una lucha militar. Por lo tanto, la única manera de
terminar con la guerray la barbarie que había desatado
en los campos de batalla de Europaera la destrucción
del capitalismo por medio de la revolución socialista.
Kautsky se opuso a este análisis, y sobretodo a la perspectiva
que éste insinuaba: que la revolución socialista
ya no era cosa de un lejano futuro, para la cual el partido se
preparaba, sino que tenía que convertirse en la piedra
angular del programa del partido. Mantuvo que era muy posible
que durante la guerra el capitalismo entrara en otra fase: la
del ultra imperialismo, que se basaría en una alianza santa
entre las potencias imperialistas a través de la cual llegarían
a varios acuerdos para dividirse al mundo pacíficamente
entre sí. El resultado de la guerra mundial entre las potencias
imperialistas puede llagar a ser una federación de
los más fuertes que renuncia a la carrera por las armas.
Lenín se opuso a Kautsky. Insistió que toda paz
entre las potencias capitalistas sólo podría ser
temporaria. Un modus vivendi, logrado durante cierto período
y representando cierto equilibrio de fuerzas, inevitablemente
sería desviado a causa del desarrllo desnivelado del capitalismo
mismo, lo cual, por consiguiente, crearía las circunstancias
para un nuevo conflicto.
Es educacional analizar la lógica de los Señores
Scowcroft y Brzezinski a luz de esta disputa. Como otros críticos
de la política externa del gobierno de Bush, ellos no están
en desacuerdo con que Estados Unidos domine al mundo. El desacuerdo
se basa en los métodos que han de emplearse. Su lógica
consiste en que la misma evolución y complejidad del capitalismo
globalizado dictan que esta hegemonía no puede lograrse
en base de un programa unilateral. Eso sólo correría
el riesgo de poner a otras potencias principales en contra Estados
Unidos, y, más pelogroso aún, de poner en movimiento
a las masas que recientemente se han despertado a la política.
El unilateralismo tienen que ser reemplazado por una gran alainza
de las potencias principales: un programa de ultra imperialismo
para el Siglo XXI.
Pero esto sólo nos plantea otro problema: ¿por
qué las viejas alianzas y las relaciones antiguas, que
habían sido las bases de la política internacional
durante los últimos 50 años, se desbarataron? O
para ponerlo de otra manera: ¿va a durar el período
de lo que podría llamarse el ultra imperialismo kautskista
de los últimos 50 años todo un futuro indefinido,
o es que vamos a presenciar un nuevo surgimiento de conflictos
entre las potencias imperialistas, inclusive guerras, como insistiera
Lenín que era endémico al capitalismo durante su
época histórica?
En los ámbitos de la clase gobernante de Estados Unidos
crece la sensación que la actual política exterior
plantea enormes peligros. Un libro reciente que critica al gobierno
de Bush y a los llamados nuevos conservadores [los neocons]
plantea la cuestión de la siguiente manera: Nuestra
crítica surge del centro-derecha' y afirma las virtudes
que la política que los gobiernos estadounidenses ha adoptadola
protección de sus intereses, el empeño por llegar
al consenso, la consciencia de los riesgos que correcon
gran éxito desde la Segunda Guerra Mundial. Es una política
en que las alianzas y el proceso internacional son ventajas vitales
que le permiten a Estados Unidos plataformas y contextos adicionales
para abrirle paso a sus intereses. ...Creemos que los neo conservadores
proponen un modelo imposible para el futuro de nuestra nación.
Sus escritos recientes indican que, como Talleyrand observara
de los Borbones, recuerdan tdo pero que no han aprendido nada
de las experiencias del país con Afganistán e Irak
en el 2003. Nosotros abogamos por una alternativa basada en la
política centrista, que proteje nuestros intereses y que
ha guiado a los gobiernos Republicanos y Demócratas desde
el 1945 al 2000. La capacidad contínua de Estados Unidos
para avanzar los ideales democráticos y los principios
de gobierno liberal sobre los cuales se fundó, sin provocar
una reacción violenta que a corto plazo haga desaparecer
todo progreso, está en peligro. (Stefan Halper y Jonathan
Clarke, America Alone [La soledad de Estados Unidos], págs.
7-8. Hemos añadido el énfasis).
Pero, ¿por qué terminó el viejo sistema
tan abruptamente en el 2000?No puede haber sido simplemente resultado
de la victoria Republicana en las elecciones presidenciales. Esta
es la teoría de la historia que se basa en la maldad de
Bush. No podemos atribuirle a Bush el cambio en la política
exterior de Estados Unidos, como tampoco podemos atribuirle a
la elección de Reagan y a Thatcher el dominio del libre
mercado y el fin de los reglamentos de la economía
nacional.
No cabe duda que la conducta de la política exterior
de Estados Unidos ha pasado por un cambio cualitativo. Pero sus
causas no han de encontrarse en la psicología del gobierno
de Bush, o ni siquiera en la aparición de la camarilla
de los neo cons'. Más bien estas causas se encuentran
en la evolución histórica del imperialismo estadounidense
y su compleja relación al capitalismo mundial en general.
Un análisis de esta relación dejará esto
bien claro y le planteará a nuestro propio movimiento temas
fundamentales de perspectiva.
Para continuar
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |