WSWS
: Español
La campaña del Partido Socialista por la Igualdad en
el 2004:
Hacer preparaciones para las luchas venideras
Por Bill Van Auken candidato presidencial del PSI
13 Noviembre 2004
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Las elecciones del 2004 han concluído. El gobierno de
Bush ha ganado un segundo plazo durante el cual planea intensificar
sus agresiones militares por todo el mundo y en contra de las
condiciones sociales y derechos democráticos del pueblo
trabajador.
El Partido Demócrata ha sufrido una derrota humillante.
No sólo perdió la presidencia; también perdió
en el Senado y la Cámara de Diputados [del Congreso nacional].
El partido ha sido desacreditado ante decenas de millones de
personas que se ilusionaban con que éste podría
ser el mejor conductor para hacer retroceder la política
reaccionaria del gobierno. Pero las elecciones comprobaron que
este partido, que supuestamente es la oposición, fue incapaz
de hacerle frente serio a esta política.
Por otra parte, el Partido Socialista por la Igualdad obtuvo
una importante victoria. Cuando lanzamos nuestra campaña,
le presentamos al público nuestras perspectivas, las cuales
han sido totalmente reinvidicadas. Desde un principio declaramos
que la lucha contra la guerra y la reacción podía
avanzar sólo si sucede una escisión absoluta con
el sistema basado en dos partidos capitalistas y se construía
un partido independiente de la clase obrera en oposición
al sistema de ganancia privada.
Aunque la cantidad de votos que nuestros candidatos recibieron
fue pequeña, el contenido político de nuestra campaña
presentó un contraste enorme a las mentiras y a la demagogia
de los dos partidos de las grandes empresas. Ese contenido sirvió
para darle mayor calidad al debate político y educar a
una capa muy significante de la clase trabajadora, de los estudiantes
y de la juventud acerca de la índole de la crisis sociopolítica
y del programa socialista internacionalista necedsario para hacerle
frente.
Bush, el Vicepresidente Cheney y otros integrantes del gobierno
han declarado que los resultados electorales constituyen un mandato
popular para la continuación de su política militarista
y pro guerra y el comienzo de un programa en el interior del país
que desmantelará todas las reformas sociales y restricciones
establecidas durante el transcurso del Siglo XX para frenar el
poder de las empresas.
En primer lugar, han propuesto una reforma al código
de las rentas internas: drásticas reducciones, para no
decir la eliminación, de todos los impuestos sobre la riqueza
acumulada, además de cobrar impuestos aún mayores
a los ingresos de los trabajadores. Bajo el lema de "una
sociedad de propietarios", ahora abogan por la privatización
del programa de Seguro Social, lo que subordinaría los
beneficios limitados de las personas jubiladas a las ganancias
lucrativas de Wall Street. La reforma del Seguro Social ha de
establecer el precedente para la destrucción de lo que
todavía queda de los programas sociales, tales como Medicare
[Seguro médico para ancianos].
En su discurso triunfalista del miércoles, Cheney declaró
que Bush había conducido su campaña a base de un
"franco y bien definido programa para guardar el futuro de
la nación. La nación respondió y le dio un
mandato".
Mentira! La campaña Republicana trató lo más
posible de terrorizar al pueblo estadounidense recurriendo a la
supuesta omnipresencia de la amenaza terrosita. Fue una práctica
basada en el cinismo que se valió de la religión
y del atraso social con referencias continuas al matrimonio entre
homosexuales, el aborto, y la investigación científica
basada en las células trocales
A este voto tan confuso a favor de Bushbasado en semejante
políticano se le puede llamar mandato. El margen
de victoria de los Republicanos en las urnas electorales fue relativamente
pequeño. No fue lo suficiente para hacer desaparecer la
peste que todavía queda de las elecciones del 2000. Este
gobierno fue, y todavía es, un gobierno criminal basado
en la mentira.
Al conceder las elecciones a Bush el miércoles, John
Kerry, candidato del Partido Demócrata, llamó a
un "esfuerzo común". Aludió a la necesidad
de la "unidad nacional" y se comprometió a "a
la disminución de la gran división partidaria"
que existe. Y hasta llegó a sugerir, de la manera más
desingenua, que durante su segundo plazo Bush podría ser
capaz de mostrarse "compasivo".
Kerry no es vocero de los grandes sectores de la población
cuya oposición a la guerra en Irak es profunda, y que igualmente
se oponen a las agresiones contra las libertades civiles, y al
enorme traslado de la riqueza, que ha ido de las manos del pueblo
trabajador a la clase gobernante que domina la economía;
es decir, las piedras angulares de los primeros cuatro años
del gobierno de Bush. Al contrario; a llamado a la clase política
gobernante a que cierre sus filas con tal de que pueda llevar
a cabo esta política de manera más efectiva.
Los Demócratas han rehusado exigir que haya un cuento
completo del voto en el estado de Ohio. Tampoco han querido investigar
informes acerca de votos sin contar o de fraude electoral en varios
de los otros estados. Es el acto final de una campaña cobarde
que terminó en el fracaso. Sólo se puede imaginar
la reacción de los Republicanos si lo contrario habría
sucedido; es decir, si Bush habría perdido el voto en Ohio
por un mero 2 por ciento. Como en la Florida en el 2000, habrían
movilizado a batallones de abogados, a jueces de la Corte Suprema
y a chusmas derechistas para apoderarse, con métodos sucios
y limpios, de los votos electorales del estado.
Pero hay algo mucho más fundamental. La manera en que
los Demócratas se han dado por vencidos manifiesta las
verdaderas bases sociales del partido, que no se arraigan en la
población trabajadora sino en sectores de la clase gobernante
y de las capas sociales más priviligeadas. No importa que
las pugnas con los Republicanos acerca de las maniobras tácticas
hayan sido tan amargas: los Demócratas defienden los intereses
más básicos de la misma oligarquía.
Kerry puntualizó su llamado a la unidad al declarar
que "Ahora, más que nunca, con nuestros soldados en
peligro, tenemos que unirnos y lograr el éxito en Irak
y ganar la guerra contra el terror". Y con esto dio la señal
para que los Demócratas brinden su apoyo al baño
de sangre que se acerca.
El gobierno ha falsamente declarado que las elecciones son
un referendum cuyos resultados son un apoyo a la guerra criminal
contra Irak. Apenas se han contado los votos y ya el Pentágono
se está lanzando una ofensiva militar que acabará
con las vidas de más iraquíes y de más soldados
estadounidenses. El jueves tanques de guerra se unieron a barcos
de guerra para bombardear y ametrallar a Fallujah con el fin de
prepararse para un asalto por tierra contra la ciudad. El atque
se suspendió hasta después de las elecciones para
no causar daño a Bush en las urnas electorales.
El partido Socialista por la Igualdad hizo campaña durante
las elecciones del 2004 para que se retiren inmediata e incondicionalmente
a todas las tropas estadounidenses de Irak. Esta exigencia, apoyada
por millones de ciudadanos estadounidenses, no encontró
ninguna expresión en los partidos principales. Tenemos
confianza que esta oposición a la guerra va a intensificarse
en proporción a la expandiente agresión militar
contra el pueblo iraquí.
A la vez que la prensa pinta al gobierno de Bush de haber sido
refortalecido por las elecciones, el año venidero ha de
presentarle al gobierno y al pueblo de Estados Unidos crisis inmensas.
Los tanques cuyo objetivo es arrasar a Fallujah no van a aplastar
la resistencia popular a la ocupación estadounidense de
Irak. Al contrario; la desenfrenada matanza de civiles provocará
mayor resistencia y a la vez ocasionará una ira mayor entre
las masas del Oriente Medio. Los burdos esfuerzos de Washington
en inponer un régimen colonial inevitablemente terminarán
en el ignominio.
Esta campaña militar es una atrocidad espeluznante.
Ahora se calcula que casi 100,000 iraquíes, en su mayoría
civiles, han sido muertos como resultado de la invasión
y ocupación estadounidenses. Es obsceno que bajo estas
condiciones el Partido Republicano haya llevado a cabo una campaña
electoral basada en los "valores morales" y que el Partido
Demócrata haya tratado de imitarlo. ¿Acaso es moral
asesinar a mujeres y niños para apoderarse de un país
y de su petróleo?
Las acciones militares en Irak se despliegan simultáneamente
con indicios, cada vez más claros, que la economía
del capitalismo va directamente al naufragio. Justamente el día
después de las elecciones, el gobierno de Bush anunció
que el estado estaba al borde de la bancarrota, y le exigió
al Congreso nacional que extendiera los límites de la deuda
total a $8.074 trillones para que Washington poder seguir recibiendo
préstamos con los cuales cubrir los déficits que
continúan expandiéndose enormemente. Estos déficits
presupuestales, junto con el déficit del balance de pagos
por cuenta corriente, y los precios petrolíferos que siguen
aumentando, amenazan al dólar con una caída estrepitosa,
lo cual desataría una crisis económica mundial.
Tenemos confianza que la labor política de nuestra campaña
electoral ha preparado al Partido Socialista por la Igualdad (PSI)
para la explosión de enormes luchas políticas y
sociales que se acercan. La campaña sirvió para
arraigar a nuestro partido de manera ún más firme
en la perspectiva del internacionalismo socialista. Al luchar
por nuestro programa, no sólo fuimos defensores de los
intereses de la clase obrera de Estados Unidos, sino de los de
las masas trabajadoras y oprimidas en todos los rincones del mundo
que sufren las consecuencias de la política militar y económica
del imperialismo estadounidense. La lucha por la unidad internacional
de la clase obrera la fue la piedra angular de nuestra campaña.
Durante las últimas semanas antes de las elecciones,
yo tuve el privilegio de dirigirme a trabajadores, estudiantes
y profesionales en Inglaterra y en Sri Lanka. Estas reuniones
se celebraron para explicar la política del PSI n cuanto
a la guerra en Irak y las elecciones del 2004. La perspectiva
de formar un partido socialista independiente de las masas en
Estados Unidos, como parte de un movimiento mundial contra el
imperialismo, fue un polo de atracción muy poderoso en
ambos países. El conocimiento que en el centro del imperialismo
existe una enorme fuerza socialla clase obrera estadounidensecuyos
intereses son objetivamente contrarios a los que Bush, Kerry y
la clase gobernante defienden tiene un significado revolucionario
para los pueblos de todo el mundo.
El gran interés en nuestro partido, además del
apoyo que se le ha dado a su lucha por una perspectiva internacionalista
dentro de Estados Unidos, es un indicio de que todo desarrollo
de la lucha de clases en Estados Unidos tendrá su reacción:
la explosión de luchas enormes a nivel internacional.
Durante la campaña, nuestro partido atrajo a una capa
muy significante de nuevos partidarios. Muchos participaron en
la difícil lucha del PSI, o por lo menos le brindaron su
ayuda, para que sus candidatos aparecieran en las papeletas de
voto, desafiando así las leyes electorales anti democráticas
y las sucias artimañas de las que se han valido los funcionarios
de los Partidos Demócrata y Republicano. Esta lucha sirvió
para educar a muchos acerca de la índole del sistema político
actual y de la profunda erosión de los derechos democráticos,
que se arraiga en el crecimiento de la polarización social
en Estados Unidos.
Al Partido Socialista por la Igualdad no le impresionan los
adelantos electorales del gobierno de Bush. Tenemos confianza
en que las masas, impulsadas por las profundas contradicciones
económicas, sociales y políticas que forman las
bases de este gobierno, participarán en nuevas olas de
luchas. Nos hemos aprovechado de las elecciones del 2004 para
cimentar las bases políticas de un nuevo movimiento de
las masas trabajadoras y luchar por el socialismo. Tras el voto
del 2 de noviembre, continuaremos alentando nuestros esfuerzos
y utilizando el World Socialist Web Site para difundir ampliamente
nuestro programa y unificar las luchas de los trabajadores estadounidenses
con las de los pueblos trabajadores de todo el mundo.
Nuestro partido no simplemente consagra sus esfuerzos a campañas
electorales. Si bien las elecciones juegan un importante papel,
el objetivo de nuestra participación ha sido la organización,
la movilización y, sobretodo, la educación. Esta
labor no dejará de continuar. Durante los meses venideros,
continuaremos aprendiendo las lecciones que estas elecciones nos
han ofrecido y seguiremos hacia adelante con el establecimiento
del Partido Socialista por la Igualdad. Es nuestra intención
adelantar la labor que empezamos con la campaña del 2004,
y le rogamos a todos nuestros lectores que se integren a este
esfuerzo. Les instamos que den un paso hacia adelante y que se
unan al PSI para luchar por el socialismo.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |