EN
INGLES
Visite el sitio inglés
actualizado a diario
pulsando:
www.wsws.org
Análisis
Actuales
Sobre
el WSWS
Sobre
el CICI
|
|
WSWS
: Español
Buenos Aires Sexto Festival Internacional de Cine IndependientePrimera
Parte
Experimento con posibilidades: sentir algo más profundo
por el mundo
Por David Walsh
11 Junio 2004
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Este artículo es el primero de una serie de tres
que publicamos recientemente con los comentarios de nuestro crítico
de arte, David Walsh, sobre varias películas que se exhibieron
en el reciente festival de cine independiente de Buenos Aires.
El festival se celebró del 14 al 25 de abril del presente.
Esta primera parte apareció en nuestro sitio en su
inglés original el 5 de mayo, 2004.
El festival de cine de Buenos Aires es un acontecimiento que
abarca mucho. Los organizadores no sólo presentan películas
contemporáneas independientes, sino que también
presentan lo inusual y lo que, desde el punto de vista estético,
podríamos llamar "radical." En un mundo donde
el conformismo y la mediocridad dominan el arte cinematográfico
hasta tal punto que parecen anestesiar la mente. este enfoque
es bienvenido.
No existen muchos eventos que nos ofrezcan la oportunidad de
ver partes del Don Quijote de Orson Welles, una película
inconclusa, Welles empezó a filmarla en 1955 y trató
en vano de terminarla durante los próximos 14 años.
También hubo películas de John Ford, como El
prisionero de la Isla Tiburón, que rara vez se han
visto; la obra completa de Glauber Rocha (1938-1981), director
del Cinema Novo brasileño; películas del
crítico social estadounidense Emile de Antonio (Point
of Order, In the Year of the Pig, Milhouse: A White
Comedy, etc.); y películas del veterano vanguardista
Jonas Mekas. El festival también presentó varias
películas raras y extrañas bajo los auspicios de
la serie del Club de Películas Perdidas.
Todo esto es muy positivo y tiene sus méritos.
Pero no debemos permitir que estos eventos algo exóticos
oculten un hecho elemental: que el mundo cinematográfico
contemporáneo, que incluye a muchos de los realizadores
"radicales" cuyas obras se presentan en el festival
de Buenos Aires, tiene una pronunciada tendencia a tener puntos
de vistas muy limitados y egotistas. Esta combinación hoy
día ejerce una gran influencia: por una parte, la experiencia
emocional insignificante del individuo; por otra, la estéril
y ansiosa preocupación por la innovación formal
que no ofrece ninguna base suficientemente segura para crear obras
que perduren. En verdad no todo el que busca algo nuevo lo encuentra.
En el mundo de la actualidad, es difícil imaginar que
un artista moderno pueda producir obras importantes sin importarle
el su alrededor, sin relacionarse seriamente al mundo para expandir
su conocimiento y familiarizarse con las grandes ideas emancipadoras
de nuestra época. No cabe duda que el artista, mientras
más se integre a la vida cotidiana de nuestros tiempos
contemporáneos, obligatoriamente producirá nuevas
formas artísticas. Los impulsos que forman las bases de
la exploración que abre el camino a las novedades tienen
que ser profundos e importantes impulsos, no simplemente un afán
por impresionar a los críticos, a otros artistas o a los
amigos.
La mayoría de los artistas y de los críticos
contemporáneos no se interesan en estas cuestiones; las
consideran dogmáticas e irrazonables. Para muchos lo importante
es la excitación del cerebro, lo cual seguramente les ganará
grandes elogios en derredor de adjetivos baratos: "deslumbrante",
"trascendental", "mareante", "obsesionante",
etc. Por lo general nadie le exige mucho a estos artistas. Los
críticos los alaban y ellos adoran a los críticos
en altar del oportunismo. Bajo circunstancias como esas los que
prosperan son los charlatanes incorregibles.
La causa de estos problemas se debe a la difícil situación
social e intelectual imperante. Décadas de reacción
social, de estancamiento social y de la difusión de ideologías
reaccionarias han causado estragos. Goethe explicó la situación
con perspicacia hace más de dos siglos: "Si las condiciones
externas no ayudan al artista, si éste concluye que el
mundo busca las satisfacciones fáciles y que sólo
desea las ilusiones agradables y de consuelo, sería una
sorpresa que la comodidad y la satisfacción vanidosa no
los consagre a la mediocridad. Más extraño aún
sería que no opten por codiciar el dinero y que no prefieran
alabanzas por producir obras de moda en vez de seguir el camino
de la pobreza y al martirio" (Los Años de Aprendizaje
de Guillermo Meister).
De todo modo, se ha perdido el significado de las, ahora muy
trilladas, palabras "experimental" y "de vanguardia."
han perdido su significado original. Francamente, son objeto del
mal uso. En el arte, la expresión "de vanguardia"
está relacionada con movimientos sociales y estéticos
progresistas; que se oponen a las formas artísticas y a
las instituciones sociales existentes desde la década de
los 1820 (y gracias al socialista utópico Saint-Simon.)
Pero hoy día, debido a razones históricas muy específicas,
la expresión ha llegado a significar casi todo lo que formal
o técnicamente transciende lo ordinario.
(En el catálogo del festival, por ejemplo, Olaf Müeller
puede referirse, con cierta ironía, a la obra del realizador
ruso "cristiano fascista", Alexander Sokurov, como "vanguardista
reaccionario post modernista". Entendemos hasta cierto punto
el significado que Müeller pretende, con cierta justificación,
pero ¿qué puede quedar del significado original
de la frase "de vanguardia" si se la vincula de esta
manera?
¿Cuántos realizadores de películas contemporáneas
de vanguardia pasarían la prueba si consideramos amplio
sentido original de la expresión? Según ese criterio
muchas reputaciones súper infladas y payasadas inverosímiles
morderían el polvo.
Aunque ningún país monopoliza las tonterías,
lo ostentoso y lo insufrible Francia parece haberse adelantado
a todo el mundo. Muchos críticos, por ejemplo, aparentemente
acojen con gran seriedad a la película de Eugéne
Green, Le monde vivant (El mundo viviente). En esta
película, desafortunados actores desempeñan sus
papeles de caballeros y doncellas vestidos con ropas modernas.
Se trata del rescate de una señorita de las garras de un
ogro. Los actores pronuncian líneas, tales como "Me
escolta mi leal león", con toda seriedad y falta de
naturalidad. Un labrador representa al león.
Si ésta sólo fuera una película liviana
y caprichosa, simplemente la podríamos ignorar. Infelizmente,
el estilo de actuación, cuyo propósito aparentemente
es recordar al director francés, Robert Bresson, y las
alusiones al psicólogo teórico, Jacques Lacan, sugieren
que el director tiene cosas mucho más grandiosas en mente.
No que cometer tontería sea lo peor del mundo, pero tampoco
hay que esmerarse en cometerlas.
El "toque francés" también parece haber
afectado a Argentina. Se nos informa que Nicolás Azalbert,
director de Sinon j'étouffe (Si no, me sofoco),
llegó a Buenos Aires como corresponsal especial de Cahiers
du Cinéma, famosa revista de cine. Su película
(claro, ¡con música de Sonic Youth y Pergolesi!),
absurda y ostentosa, es acerca de un amor fracasado, entre otras
cosas. Puede que Cahiers du Cinéma haya sido importante
hace cuarenta años; ya ha perdido toda relevancia.
Con Sangrita, Diego Fried produce una estupidez criolla.
Según el catalogo: "Una casa misteriosa, un intruso,
dos muchachas acostadas desnudas en una cama esperan [una lleva
una máscara de cuero], y una cámara que espía".
El diálogo pega con el ambiente: "¿Quién
eres? ¿Y qué haces en mi cama? ¿Estás
desnuda?" y cosas por el etilo.
15, del director de Singapur, Royston Tan, prueba una vez más
que es preferible aguantar una película cuya trama es mediocre
que ver una que carece de toda narrativa. Para que el público
pueda interesarse en los personajes profundamenteen este
caso un grupo de adolescenteshay que dramatizar sus dilemas.
Del Japón llega Kiyoshi Kurosawa, maestro de lo insípido.
Y hay otros como Jim Jarmusch, Raúl Ruiz, Chantal Akerman,
Takeshi Kitano, etc.
Siempre es mucho más fácil montar artimañas
novedosas, alardes histriónicos y realizaciones "ingeniosas"
de varios tipos que analizar con intensidad la vida y las relaciones
entre la gente. (Aunque hay que recalcar que no todas las épocas
recompensan las artimañas y los alardes histriónicos
tan exquisitamente y con tanta consistencia como la nuestra.)
Tales análisis no le interesan a muchas personas de la
farándula del cine porque están felices con su situación
y su lugar en el mundo. A menudo tratan de esconder su aceptación
esencialmente egocéntrica de la sociedad burguesa, por
lo menos en cuanto a lo importante se refiere, bajo el manto de
una frialdad dura y de extravagancias estéticas. Aunque
no siempre lo hacen con delicadeza. Para otros el análisis
simplemente presenta demasiadas dificultades. Un intenso examen
de la vida requiere, por obligación, esfuerzo y la capacidad
de evaluar temas complejos. Estas cualidades son incompatibles
con el envanecimiento, el impresionismo y el cinismo. Para descubrirle
sentido al mundo, hay que hacerle ciertas concesiones. Y diferente
al pensamiento contemporáneo, la realidad no se descubre
si las cosas se analizan sólo superficialmente.
Para examinar a la vida no basta sacarse los trapitos al aire.
Esta es una época explosiva. La insignificancia de la existencia
pequeño-burguesa más se hace más monótona
y pavorosa con cada día que pasa, cada vez más fútil.
¿Qué importa que sea una existencia grosera? Para
el director típicoque luego de estudiar cinematografía;
o lucha por encontrar su espacio en el mercado o entra directamente
en la "industria"; tiene varios amantes y fuma y bebe
demasiado; sufre decepciones por sus pequeños fracasos
o goza del regocijo que le producen sus éxitos insignificantes;
y que de vez en cuando se pone a pensar acerca de su lugar en
el universolos castillos en el aire tal vez le sean valiosos.
Quizás le convenga a ese individuo no abandonar esas ilusiones.
La auto expresión no siempre es el mejor camino, por lo
menos hasta que uno entienda lo que es esencial en la vida.
Analizar seriamente a la realidad significa que hay que ver
la totalidad de sus posibilidades; que hay que analizar las situaciones
y las dificultades en términos de sus orígenes en
la vida social. Hoy se considera que este proceso no tiene nada
de poético. Puede que en ciertas condiciones eso sea verdad.
Bajo mejores circunstancias nada hace que sea imposible ser poético.
Lo que une a los seres humanos, lo que forma su carácter
de la manera más profunda y constante, son las condiciones
sociales, sobretodo, como señala Trotsky, "las condiciones
dictadas por la clase a la que pertenecen". El revolucionario
ruso sugiere profundamente que el "criterio clasista"
es especialmente útil en las artes "porque éstas
a menudo expresan las aspiraciones sociales más profundas
y más ocultas".
Los mejores cinematógrafos de hoy pueden examinar, con
cierta ciencia y poesía, las relaciones sociales y las
aspiraciones humanas más ocultas y profundas. Cuando logran
hacerlo es porque o son conscientes, porque se basan, hasta cierto
punto, en la intuición, o en la combinación de ambas
características.
A mí me parece que en el festival de Buenos Aires que
las películas de ficción más serias incluyeron
a Sangre y Oro, extraordinaria película del iraní,
Jafar Panahi; Parapalos, de la argentina Ana Poliak, que
merecidamente se llevó el premio mayor; Memorias de
un homicidio, de Bong Joon-Ho de Corea del Sur; Osama,
dirigida por Siddiq Barmark, de Afganistán; Levelland,
del estadounidense Clark Lee Walker; y Koktebel', de los
rusos Boris Khlebnikov y Alexei Popogrebsky.
Claro, criticar el uso de los conceptos "vanguardista"
y "experimental" no significa lo mismo que abogar estúpidamente
a favor del tradicionalismo. No ayudaría para nada encaminarnos
exageradamente por ese rumbo "conservador." De hecho,
todos los estilos que se usan para tratar los temas artísticossocial-realistas,
surrealistas, serios, extáticos, austeros, barrocos o lo
que seapueden ser usados por el director fructíferamente
si éste enfoca sus exploraciones con genuina seriedad.
La idea que no es poético luchar con varios aspectos
de la realidad, con la naturaleza, con la sociedad humana, con
los pensamientos y sentimientos de los seres humanos, para representarlos
honestamente, inevitablemente está ligada al punto de vista
que sugiere que las imágenes artísticas son puramente
subjetivas y que su significado es arbitrario. Muchos artistas
de hoy se preocupan principalmente en crear impresiones provocativas
o emocionantes para producir cierto efecto. Si la obra sigue una
trayectoria coherente desde principio a fin para producir su efecto,
entonces se considera un éxito. Pero son pocos los que
se hacen la siguiente pregunta: ¿Es una obra honesta? ¿Ilumina
de alguna manera, directa o indirectamente, la realidad de las
relaciones humanas y de las cosas que pasan en la vida?
El problema de como relacionar la imagen a la realidad simplemente
no le importa a muchos artistas y críticos. La filosofía
moderna, es decir, el postmodernismo, los ha convencido que este
dilema no tiene ninguna importancia. Simplemente existen el artista,
sus intenciones y la manera en que las realiza. Sólo basta
con que el artista se "encuentre" a sí mismo(a)
y le de expresión a sus pensamientos y sentimientos de
manera astuta y convincente. Dos temas rara vez se consideran:
¿en qué se arraigan las intenciones del artista
y hasta que punto refleja su obra la vida honestamente?
En la mayoría de los ámbitos artísticos,
desgraciadamente, domina el punto de vista filisteo que el significado
del arte es principalmente personal y subjetivo; que la ciencia
es objetiva y el arte subjetivo. Pero esto es un gran error. Como
señala correctamente Voronsky: "El subjetivismo a
veces tiene mayor influencia en la ciencia que en el arte, sobretodo
cuando abiertamente nos referimos a intereses clasistas. Existen
más debates acerca de la teoría de la plusvalía
de Marx que acerca de las obras de Tolstoy, El Prisionero Cáucaso
o Kholstomer. La teoría de Darwin ahora se encuentra
con adversarios que se le oponen con vehemencia. Las novelas de
Balza,c Flaubert y Tolstoy, para no mencionar las obras de Gogol
y Chekhov, presentan verdades artísticas que, aunque incompletas,
son indisputables.
Cuando menosprecian el significado objetivo de sus propias
actividades; cuando consideran que ese significado es un juego
de niños que no influye en nada; y cuando creen que el
arte es simplemente la revelación de una relación
puramente individual con la naturaleza y la sociedad, los artistas
fracasan en forjar un vínculo estrecho con sus obras y
con el público mismo. El hecho es que el arte tiene una
gran importancia en todas las situaciones.
Podríamos sostener que las películas verdaderamente
"experimentales" o "vanguardistas" tienen
que relacionarse profundamente con la vida social y verla desde
un punto de vista crítico. Las películas que son
"diferentes" presentan imágenes y tramas en la
pantalla que son interesantes en cuanto a lo emocional y lo intelectual
y expresan concretamente los problemas humanos más amplios
y complejos. En otras palabras, el artista que verdaderamente
crea algo nuevo ayuda a los seres humanos a comprender su mundo
y su existencia.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |