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La expansión de la economía mundial no va a
ser un jardín de rosas
Por Nick Beams
9 Enero 2004
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el autor
Según los índices más recientes, el futuro
de la economía mundial es mucho más positivo que
durante los últimos cinco años. Las bolsas de valores
han estado en alza, y Wall Street y Tokío gozan el mejor
año desde 1996 y 1986, respectivamente. La economía
de Estados Unidos aparentemente está en vía de recuperación,
y se predice que su expansión alcanzará entre el
3% y el 4% durante el próximo año. La economía
japonesa también atraviesa por una expansión. Las
tendencias recesionarias europeas aparentemente también
están en decadencia.
Uno de los últimos editoriales del Financial Times afirma
que es muy posible que Estados Unidos pueda regresar a la "economía
rizos de oro"; es decir, al período de fines de la
década del 90, cuando se aseveraba que la expansión
era "perfecta": no tan rápida como para producir
la inflación, pero lo suficientemente fuerte para expandir
el mercado de la mano de obra.
Sin embargo, si uno estudia más a fondo la acción
de las bolsas de valores y las estadísticas acerca de los
aspectos más superficiales de la economía, es evidente
que la economía mundial está muy muy lejos de una
expansión sin tropezones. Más bien ha entrado en
un período de profundo desiquilibrio.
La piedra angular de esta desestabilizacióm es la deuda
de Estados Unidos, que aceleró en 2003. Se espera que este
año el déficit actual de la balanza de pagos llegue
a US$550.000 millones, lo cual bate el récord y es equivalente
a más del 5% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual
aumenta la deuda externa de Estados Unidos a aproximadamente US$3
trillones, o sea, a casi el 30% del PIB.
El 20 de noviembre, Alan Greenspan, presidente del Banco federal
de Reservas de Estados Unidos, pronunció un discurso sobre
la política monetaria. Puntualizó la "inquietud
creciente" acerca "de lo difícil que resulta
financiar" el déficit actual y el aumento de la deuda
externa, que posiblemente seguirás aumentando.
Puesto que la proporción de la deuda externa al PIB
actualmente aumenta en una tasa anual de 5%, Greenspan advirtió
que, aunque el financiamiento de esta deuda hasta ahora no había
causado "estragos aparentes", habría que hacer
ajustes si continuaba expandiéndose. Y se preguntó
lo siguiente: "¿Hasta qué punto puede la intermediación
financiera internacional estirar la capacidad de la economía
mundial para que los ahorros nacionales crucen las fronteras?
Un informe recientemente publicado por el Financial Markets
Center muestra la extensión de esta actividad. Nota que
en 2002, el ingreso de capital neto a Estados Unidos fue por $528.000
millones, lo que representa un 75.5% del capital que egresa del
resto del mundo. Y los más probable es que esta cifra para
el 2003, dada la expansión del déficit actual durante
los últimos doce meses, va a aumentar.
Pero hay otro índice que nos da una idea de la enormidad
del movimiento de las finanzas: las estadísticas, suministradas
por el mismo gobierno japonés, pertinentes a la intervención
en mercados de moneda cuyo objetivo es la estabilización
del yen. Al tratar de frenar el alza del yen contra el dólar
para proteger los mercados de exportación, el ministerio
de finanzas batió el récord al gastar 20,057 millones
en yenes lo que equivale a US$180.000 millones de dólares,
este año; o sea, más del doble y medio del récord
anterior establecido en 1999.
Se han anunciado intervenciones adicionales. El ministerio
de finanzas ha anunciado que va a aumentar la cantidad que puede
obtener en préstamos, por un valor de 21.000 a 100.000
billones, para las intevenciones en la moneda hasta que termine
el año fiscal el 21 de marzo. Empezando en abril, la restricción
sobre los préstamos habrá subido un total de 61.000
billones de yenes a 140.000. Este aumento es casi igual al déficit
de la balanza de pagos de Estados Unidos.
Esta inmensa intervención japonesa expresa, de la manera
más obvia, la característica dominante de los procesos
que rigen al sistema económico internacional. A medida
que la presión contra el dólar aumenta en los mercados
internacionalesya ha decaido un promedio de 11% este añolos
bancos centrales de Asia intervienen para tratar de prevenir un
alza en el valor de sus propias monedas y así proteger
sus mercados de exportación. A la misma vez, la compra
de dólares estadounidenses ayudan a pagar los déficits
de las balanzas de pago y el déficit presupuestario de
Estados Unidos, que va a sobrepasar los US$500.000 millones.
Un artículo del economista David Hale, quien se especializa
en la economía internacional, en la revista Australian
Financial Review, publicada el 29 de diciembre, puntualizó
que los bancos centrales del Asia oriental actualmente controlan
70% de las divisas extranjeras mundiales: US$1.7 trillones. Han
invertido entre el 80% y el 90% de estas reservas en el mercado
de obligaciones de renta fija de Estados Unidos y efectivamente
han estado financiando el déficit presupuestario de Estados
Unidos. Hasta ahora esta acción ha ocurrido relativamente
sin muchos tropezones. Pero si los bancos centrales de reprente
retiraran sus fondos, sea por razones políticas (tales
como represalias contra las medidas proteccionistas iniciadas
por Estados Unidos), o porque temen que el dólar pierda
valor rápidamente, una enorme crisis económica sería
el resultado.
Este proceso lo analizó el comentarista John Plender
en un artículo publicado en el Financial Times del 28 de
diciembre bajo el título, "La lógica puesta
de cabeza". Nota el escritor que la economía mundial
actualmente "se tambalea en un experimento de cuerda floja
que no tiene precedente".
"Luego de depender principalemente en el capital privado
para financiar el déficir durante la década del
1990, Estados Unidos, para mantener el dominio de su dólar
despildafarrador, ahora depende de los ingresos que provienen
del Japón, China y otras economías asiáticas
en vías de desarrollo. Esto es exactamente lo contrario
a como el capital mundial funcionaba durante cierta época
antes del 1914, cuando fluía libremente. Fue entonces que
Gran Bretaña adquirió grandes plusvalías
provenientes del capital invertido en los países en desarrollo,
así como también del capital que les exportaba.
Hoy día, la economía más rica del mundo a
puesto a la lógica de cabeza. Lo que tenemos es una paradoja:
un Estados Unidos que se orienta hacia el unilateralismo y que
depende, para su extravagante consumismo propio y su política
exterior intervencionista, de la benevolencia de amigos pocos
plausibles: China".
El desequilibrio de la economía mundial encuentra su
reflejo en las estadísticas no sólo acerca de las
finanzas, sino también de la expansión de la economía.
De acuerdo a Stephen Roach, experto sobre la economía mundial
que trabaja para Morgan Stanley, durante el período entre
1995 y el 2002, Estados Unidos fue responsable por 96% del aumento
acumulativo del Producto Interno Bruto mundial, lo cual representa
tres veces su contribución de 32% a la economía
mundial.
Roach describe a la economía mundial como "en un
estado de desiquilibrio fundamental". Nota que una "desigualdad
sin precedetente" existe entre las naciones que actualmente
sufren un déficit en la balanza de pagos, principalmente
Estados Unidos, y las que gozan de un superávit, Asia y,
hasta cierto grado menor, Europa. No es solamente que semejantes
desequilibrios mundiales no se puedan sostener, pero en Estados
Unidos, "una recuperacióm de largo alcance no puede
desarrollarse sobre tasas de ahorro que continuamente disminuyen
y déficits en la balanza de pagos y deudas que continuamente
aumentan".
Es imposible predecir exactamento como estos desiquilibriosy
las tensiones que generanvan a desarrollarse en el 2004.
Pero sí podemos decir con toda seguridad: mientras más
se encamina la economía mundial por este rumbo, mayor será
el desequilibrio de sus bases y la posibilidad de una crisis económica
mayor.
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