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Aliado de Bush al borde del precipicio
Escándalo de drogas estremece al gobierno de Gutiérrez
en Ecuador
Por Bill Vann
3 Enero 2004
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el autor
El gobierno del Presidente Lucio Gutiérrez en Ecuador
ha sido estremecido por pruebas que revelan que su partido, la
Sociedad Patriótica 21 de Enero, tiene vínculos
muy íntimos con personas acusadas de participar en el narcotráfico.
No obstante, a pesar de evidencia que señala la extensa
corrupción y las crecientes exigencias para que Gutiérrez
renuncie, el gobierno de Bush se ha solidarizado con el gobierno
de su amigo. Washington teme que la rebelión que recientemente
estalló en Bolivia consuma a toda la región andina
con múltiples levantamientos políticos.
El Comercio, periódico de Quito, reveló el mes
pasado que los hermanos Luis y César Fernández,
acusados con otras 12 personas de traficar en cocaína,
habían contribuido con US$30.000 a la campaña electoral
de Gutiérrez.
El Presidente ecuatoriano entonces amenazó con demandar
a El Comercio ante la justicia a menos que éste revelara
las fuentes de su informe. Al mismo tiempo, los partidarios del
presidente se apoderaron y quemaron grandes cantidades de ejemplares
del diario.
El temor que la crisis política produciría una
sangrienta represión se esparció por todo Quito
luego que tres asesinos, disfrazados con pasamontañas,
asesinaran al chofer del abogado de César Hernández.
El asesinato tuvo pinta de ser una ejecución.
César Fernández fue gobernador de la provincia
de Manabí, donde funcionó como jefe de campaña
de Gutiérrez. Ha sido encarcelado bajo cargos, todavía
no comprobados, de estar relacionado con un cartel narcotraficante
internacional con sede en México. Inicialmente, el Presidente
Gutiérrez negó que alguna vez se había reunido
con Fernández, pero luego que los periódicos publicaron
fotografías de él con ambos hermanos, incluso durante
reuniones en el palacio, se vio obligado a admitir lo contrario.
Casi todos los sectores de los ámbitos políticos
gobernantes de Ecuador están implicados en el escándalo
político, que en sí ha profundizado la polarización
entre la clase gobernante del país por un lado y las masas
trabajadoras, los campesinos y pueblo indígena por otra.
De acuerdo a una reciente encuesta de la opinión pública,
Gutiérrez sólo cuenta con el apoyo de apenas del
15% de la población.
La última vez que Luis Fernández apareció
en público fue en un hotel suizo, pero desde ese entonces
aparentemente se ha refugiado en un escondite secreto. Ya se ha
comprobado que gozaba de vínculos muy íntimos con
otros partidos políticos. Anteriormente había sido
representante del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) y del ex
presidente Abdalá Bucaram. También había
hecho gestiones para que Gutiérrez permitiera que Bucaram
regresara de su exilio en Panamá, donde había residido
desde que lo derrocara una huelga general contra las medidas económicas
de austeridad impuestas en 1997.
Fernández también fue asesor jurídico
a Luis Chiriboga, dirigente de la federación del fútbol
ecuatoriano e importante figura del partido socialcristiano. En
1988 fue tesorero en la campaña electoral de Rodrigo Borja,
del partido de la Izquierda Democrática.
Gutiérrez ha declarado repetidamente que renunciaría
si se comprueba que fue elegido con ayuda del dinero narcotraficante.
Pero ahora que el público conoce los hechos del caso, la
presión para que renuncie aumenta. Una cláusula
de la constitución del Ecuador exige la destitución
de todo funcionario elegido con fondos obtenidos del narcotráfico.
El 24 de noviembre, seis miembros del gabineteincluyendo
a Mauricio Pozo, Ministro de Finanzas quien anteriormente asistiera
al Fondo Monetario Internacional a planificar el programa de austeridad
(cuyo objetivo es saldar la deuda externa de Ecuador de $11,400
millones)reaccionaron a la crisis que se les avalancha con
sus renuncias.
El vicepresidente del Ecuador, Alfredo Palacios, ha intentado
distanciarse de Gutiérrez durante las últimas semanas,
aunque él también está implicado en el escándalo.
Pero durante la campaña en Manabí, Palacios también
recibió apoyo de César Fernández, a quien
luego nombrara a un puesto clave de una junta del gobierno: ODEPLAN,
Oficina de Planificación.
Gutiérrez: "Todos lo hacen
Gutiérrez recientemente se defendió a sí
mismo cuando declaró, en una entrevista por televisión
ecuatoriana, que "todo político ha tenido que contar
con el apoyo de Fernández en Manabí". En efecto,
tuvo que admitir que, durante décadas enteras, todos los
políticos principales de Ecuador que han tratado de ser
elegidos presidentes han forjado íntimos vínculos
con individuos directamente relacionados al narcotráfico
internacional. No existe mejor prueba de la podredumbre de la
clase gobernante ecuatoriana.
Cuando Gutiérrez ingresó al poder a principios
año, declaró que iba a dirigir una campaña
contra la corrupción y a repudiar la política reaccionaria
de sus predecesores. Su elección a la presidencia se basó
en una campaña populista izquierdista respaldada por la
organización indígena principalCONAIE y su
frente político, Pachakutiky por la burocracia sindicalista
y los principales partidos que históricamente se han identificado
con la izquierda ecuatoriana: el MPD (Movimiento Popular Democrático)
y el Partido Socialista.
El coronel del ejército se destacó por primera
vez a nivel nacional en el 2000, cuando dirigió un breve
levantamiento militar que tumbó al gobierno del presidente
Jamil Mahuad. Gutiérrez dirigió a las tropas en
la toma del palacio presidencial durante una enorme manifestación
nacional contra las severas medidas de austeridad impuestas por
el gobierno de Mahuad. Estableció una Junta de "Salvación
Nacional" (por cierto de corta duración)en colaboración
con el dirigente de la CONAIEque durante el apogeo de la
manifestación dirigió aproximadamente a 10 mil indios
ecuatorianos, quienes llegaron a Quito de las regiones montañosas
que rodean a la ciudad. Fue entonces que el comando del ejército
intervino y desbandó a la junta, instalando a Gustavo Noboa,
vicepresidente de Mahuad, en el palacio presidencial.
Después de ser elegido, Gutiérrez integró
a representantes de Pachakutik a su gabinete.. Pero cuando el
gobierno aceptó nuevas medidas de austeridad draconianas
a cambio de un préstamo del Fondo Monetario Internacional
por $205 millones, causando así las inquietudes del pueblo,
los representantes de Pachakutik renunciaron a sus cargos en agosto.
Varios factores, entre ellos ese acuerdo, causaron que el antiguo
coronel del ejército se virara bruscamente a la derecha
una vez asumidas las riendas del poder. Tal como la carta de intención
firmada por el gobierno dejara bien claro, Gutiérrez terminó
por aceptar la misma política que sirvió de ímpetu
a la rebelión que lo había lanzado a la fama en
el 2000.
Gutiérrez repudió su promesa antes de las elecciones:
reconsiderar la "dolarización" de la economía
ecuatoriana, la cual ha reducido radicalmente el estándar
de vida de los 13 millones habitantes del país, de los
cuales el 70% vive en la pobreza. Últimamente ha propuesto
prolongar la semana laboral de Ecuador a 48 horas, con el fin
de aumentar las ganancias de los inversionistas extranjeros y
los capitalistas criollos.
Poco después de asumir la presidencia, Gutiérrez
viajó a Washington para reunirse con George W. Bush, quien
declaró que el ex coronel era "el mejor aliado y amigo
de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y
el terrorismo". Lo cual significa que el presidente ecuatoriano
se había aliado a Estados Unidos en la campaña contra
la insurrección de los guerrilleros antigubernamentales
en el país vecino de Colombia, activamente brindándole
ayuda militar en la frontera que el conflicto ha dejado en ruinas.
También significa que le permitirá a las fuerzas
militares estadounidenses usar bases adicionales en suelo ecuatoriano.
De igual manera, se ha doblegado ante las exigencias de los financieros
extranjeros y las gigantes empresas petrolíferas de Estados
Unidos que quieren explotar las reservas de petróleo de
Ecuador, las cuales son enormes.
Dadas las revelaciones de los vínculos que existen entre
Gutiérrez y los traficantes de drogas más importantes
del país, sería lógico que el gobierno de
Estados Unidos rechazara la declaración de Bush que Gutiérrez
es "su mejor aliado y amigo" en el Ecuador. Pero la
realidad es otra. Washington ha intervenido agresivamente para
apoyar a un régimen que se tambalea en arena movediza.
Otto Reich, representante de Bush en Latinoamérica,
voló a Quito esta semana para dejar claro que Washington
apoya a Gutiérrez. Pero, bajo presión de la prensa
local debido al escándalo del dinero que proviene del narcotráfico,
Reich solamente pudo decir que "En una democracia puede que
una situación en la que todos pueden, y deberían,
expresar su opinión". Añadió que el
gobierno ecuatoriano seguiría siendo "íntimo
amigo de Estados Unidos", y que el objetivo del gobierno
de Bush era ayudar a Gutiérrez a asegurar que la "democracia"
ecuatoriana "siga vital".
Los comentarios de Reich contradicen totalmente a las feroces
críticas que el gobierno de Bush ha lanzado contra los
guerrilleros debido a que éstos supuestamente reciben fondos
del tráfico en cocaína. Y la verdad es que, en 1996,
el gobierno de Clinton le revocó la visa a Ernesto Samper,
en ese entonces presidente de Colombia, debido a que Estados Unidos
tenía pruebas que el cartel de cocaína había
contribuido fondos a su campaña electoral. La "guerra
contra las drogas", igual que la "guerra contra el terrorismo",
es un pretexto del cual Estados Unidos se vale cuando desea proteger
sus intereses y que ignora cuando no le conviene.
Pero Washington, que considera a Gutiérrez uno de sus
más fieles aliados latinoamericanos, en realidad no tiene
ninguna intención de castigarlo. Es improbable que Reich
se haya dejado influenciar por los cargos contra el presidente
ecuatoriano, pues, al ser exilado derechista cubano, ha tenido
una gran experiencia con las fuerzas militares vinculadas al narcotráfico.
Durante la década del 80, dirigió una oficina que
formaba parte de las actividades ilícitas para financiar,
armar y entrenar a las fuerzas mercenarias de los Contra, que
recibieron el respaldo de la CIA para derrocar al régimen
sandinista de Nicaragua. Una porción muy significante de
los fondos para los Contra provino del narcotráfico en
cocaína del cual la CIA fue cómplice.
Al concentrar toda su atención en el pantano militar
de Irak, la política externa del gobierno de Bush ha ignorado
casi por completo las crecientes tensiones políticas de
Latinoamérica. No obstante, el continente que Estados Unidos
históricamente ha dominado y considerado su "patio
de atrás" todavía es de suma importancia estratégica",
sobretodo la región andina, que posee enormes reservas
de petróleo y gas natural.
La misión de Reich en Quito refleja cierta creciente
inquietud en Washington: que la región entera podría
estallar en una revolución social. La sangrienta rebelión
de las masas que tumbó al presidente de Bolivia, Gonzalo
Sánchez de Lozada, quien había sido pro Estados
Unidos, ha sido seguida por la creciente crisis política
del presidente derechista de Colombia, Alvaro Uribe, cuyo gobierno
ha sufrido sorprendentes fracasos electorales y ha sido azotado
por toda una serie de renuncias de miembros del gabinete a causa
de los escándalos de corrupción y las varias encarnizadas
disputas internas. En Perú, a medida que las manifestaciones
en contra de la privatización y el programa de austeridad
barren al país, la popularidad del presidente Alejandro
Toledo ha caído estrepitosamente. Apenas goza del apoyo
del 16% de la población.
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