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Richard Perle llama terrorista al destacado periodista Seymour
Hersh
Por Bill Vann
19 Marzo 2003
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el autor
Seymour Hersh, destacado periodista investigador, ha descubierto
evidencia que Richard Perle, de los principales arquitectos de
la guerra del gobierno de Bush contra Irak, ha sido un aprovechador.
La reacción del último, quien dirige la Junta para
la Programación de la Defensa del Pentágono, ha
sido extraordinaria. Al Hersh revelar que Perle usó su
alto puesto en el gobierno para obtener provecho privado, Perle
lo llamó "terrorista".
El artículo de Hersh, que aparece en la revista New
Yorker esta semana, alega que Perle usó su puesto en
la Junta para los Programas de Defensa, además de su influencia
en los planes de guerra del gobierno de Bush, para lograr millones
de dólares en inversiones de comerciantes sauditas en una
empresa de capital arriesgado de la cual es socio dirigencial.
La empresa, Trireme Partners, L.P., se especializa en la
seguridad de la defensa de la nación.
El artículo del New Yorker enfoca la reunión
de enero en Francia entre Perle y dos conocidos comerciantes sauditas.
Uno era Adnan Khashoggi, vendedor de armas con vínculos
muy íntimos con la familia real en Riyadh y la CIA en Washington.
Durante la década del 80 ganó fama internacional
por su participación en la conspiración Irán-Contra,
y luego fue implicado en el colapso espectacular del Banco Internacional
de Crédito y Comercio.
Khasshoggi se describió a sí mismo ante Hersh
como "intermediario" que había entrado en acuerdo
para lograr la reunión luego que uno de los socios de Perle
en Trireme Partners, L.P. se lo solicitara por medio
de una carta. La carta se jactaba que tres de los dirigentes de
Trireme "son asesores al Ministro de Defensa y miembros
de la Junta para la Programación de la Defensa de los Estados
Unidos y uno de sus jefes principales, Richard Perle. Es presidente
de esa junta". Los otros dos miembros de la junta a los cuales
la carta se refirió son el ex secretario de relaciones
exteriores, Henry Kissinger, y Gerald Hillman, socio íntimo
en los negocios a quien Perle había llevado a la junta
del Pentágono a pesar de carecer suficiente experiencia
en asuntos gubernamentales o militares.
Aunque Perle públicamente ha criticado agudamente al
régimen saudita de ser sumamente responsable por el terrorismo,
el objetivo de la reunión en Francia, según el artículo
de Hersh, era asegurar contratos de seguridad para la nación
con la familia real saudita. El otro participante saudita en la
reunión fue el rico empresario Salem Al-Zuhair, quien declarara
que había asistido a dicha reunión con el fin de
presentarle a Perle una propuesta para evitar la guerra contra
Irak.
Luego, Hillman, socio de Perle, le envió a Al-Zuhair
un "memorándum de doce páginas" donde
afirmaba que si Saddam Hussein admitía que tenía
armas para la destrucción en masa bajo su posesión
y entraba en acuerdo para renunciar y abandonar el país
con sus hijos y varios de sus ministros, los Estados Unidos "no
tendría que irse a la guerra contra Irak". La carta
de Hillman fue revelada subrepticiamente a la prensa saudita y
libanesa, la cual la pintó como plan respaldado por Perle
que estaba siendo negociado con el gobierno saudita.
Cuando Hersh le preguntó acerca de la reunión,
el embajador saudita a los Estados Unidos, Príncipe Bandar
Sultán, desechó los presuntos esfuerzos por la paz
y declaró que todo era una cubierta para extorsionar al
régimen saudita.
"Perle tiene doble personalidad", dijo. "Por
una parte trata de finalizar un contrato por $100 millones, y
por otra parece que trataba de chantajearnos "Si entramos
en negocios, dejaré a la Arabia Saudita en paz" -
tal como me lo han informado los participantes de la reunión".
Esta no es la primera vez que a Perle se le acusa de conflicto
de intereses. Es de las figuras principales dentro y alrededor
del gobierno de Bush a quienes se les ha identificado de tener
vínculos muy íntimos con Israel, sobretodo con el
Likud, partido derechista de Ariel Sharon. Estos incluyen a funcionarios
de segunda y tercera categoría en la dirección civil
del Pentágono: Paul Wolfowitz, secretario asistente del
Ministerio de Defensa, y Douglas Feith, sub secretario para la
Programación de la Defensa.
En 1983, cuando Perle era secretario asistente para el Ministerio
de Defensa, a Perle le imputaron cargos y fue investigado
- de haber recomendado que el ejército comprara armas de
una empresa israelí cuyos dueños le habían
pagado una cuota de $50,000 solamente dos años antes. También
se le ha acusado de entregarle información secreta a la
embajada israelí a principios de la década del 70,
cuando era asistente al senador Henry Jackson (Demócrata
del estado de Washington)
Desde mediados de la década del 90, el presidente de
la Junta para la Programación de la Defensa ha sido de
los partidarios más vociferantes de la guerra para derrocar
a Saddam Hussein. Fue de los que sostuvo - por mucho tiempo después
que funcionarios del gobierno admitieran que la historia era falsa
- que el presunto dirigente de los secuestradores del 11 de septiembre,
Mohammed Atta, se había reunido con un funcionario iraquí
en Praga.
La despreciable acusación de Perle contra Hersh tuvo
lugar durante una entrevista con Wolf Blitzer por televisión
durante un programa de la CNN el 9 de marzo. Blitzer leyó
el último párrafo del artículo de Hersh:
"No hay duda que Perle cree que derrocar a Saddam del poder
es lo correcto. Al mismo tiempo, ha establecido una empresa que
le puede sacar buen provecho a la guerra". Le pidió
a Perle su reacción a la acusación de conflicto
de intereses.
Perle no hizo nada por refutar el contenido principal del artículo
de Hersh; sólo dijo que toda insinuación que él
buscaba beneficio personal de la guerra era un "disparate
insólito".
Perle afirmó que la invasión estadounidense de
Irak "disminuirá la amenaza del terrorismo",
y defendió su solicitud de inversiones con que eran "para
la defensa de la patria, lo cual creo vital y necesario".
Entonces añadió: "Mire, francamente, dentro
del periodismo estadounidense lo que más se parece a un
terrorista es Sy Hersh".
Blitzer, incrédulo, repetidamente le preguntó
a Perle por qué él creía que Hersh era un
terrorista y Perle defendió su observación. Criticó
al periodista despiadadamente, llamádole "irresponsable"
y añadiendo que era "terrorista" porque "busca
hacer daño y quiere lograrlo con todo tipo de insinuaciones,
con todas las distorsiones que pueda cometer".
Hersh es de los periodistas investigadores más exitosos
de los Estados Unidos. Estableció su reputación
cuando reveló la masacre de Mi Lai de 1968, en la que 600
civiles vietnamitas murieron a manos militares de los Estados
Unidos. Ha recibido más de una docena de premios periodistas,
inclusive el Pulitzer y cuatro premios George Polk.
Catalogar a Hersh de terrorista no es mera hipérbole.
Las palabras de Perle indican que todo un sector que ejerce enorme
influencia en el gobierno de Bush tiene tendencias fascistas.
Esto ha de considerarse en el contexto de los continuos ataques
del gobierno de Bush contra los derechos democráticos.
Es un gobierno que, en nombre de "la guerra contra el terrorismo",
ha asumido poderes casi dictatoriales. En esta guerra, Bush y
otros funcionarios de su gobierno frecuentemente se han referido
al "frente interno del país". El Fiscal General
de la nación, John Ashcroft, prestó testimonio ante
el Congreso nacional y defendió las extensas restricciones
de los derechos civiles formalizadas por el Acta Patriota adoptado
luego del 11 de septiembre. Basó su defensa en que Bush,
como presidente en tiempo de guerra, tiene licencia para tomar
cualquier medida que crea necesaria para defender la seguridad
nacional.
El gobierno de Bush ha convertido en práctica usual
la detención de presuntos terroristas sin imputarles cargos
y encarcelarlos indefinidamente sin audiencia o juicio. Sostiene
que no tiene ninguna obligación de siquiera admitir que
semejante individuos han sido arrestados, lo cual crea una situación
en la que gente puede "desaparecer", tal como sucediera
con dictaduras latinoamericanas durante la década del 70.
Recientemente se ha revelado que el borrador del Acta para
el Mejoramiento de la Seguridad Interna, auspiciada por el Ministerio
de Justicia y frecuentemente llamada el "Acta Patriota II",
la definición de "terrorista" puede incluir a
toda persona, residente del país, que se oponga al gobierno.
Esta medida bajo consideración le daría al presidente
o al fiscal general la autoridad para catalogar de "terrorista"
a cualquier persona y despojarla de su ciudadanía estadounidense.
Las palabras de Perle acerca de Hersh son una advertencia escalofriante
de como estas leyes policiales podrían practicarse. Aquellos
que desafían la política del gobierno, o ponen en
tela de juicio la práctica asquerosa de los funcionarios
en los negocios, podrían ser llamados "terroristas"
y metidos a una cárcel militar.
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