WSWS
: Español
El estupro de Irak
Por la Junta Editorial
10 Junio 2003
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Durante las preparaciones antes de la última guerra
mundial con frecuencia se hablaba del "estupro de Checoslovaquia"
o al "estupro de Polonia" por la Alemania Nazi. Lo que
caracterizó manera de actuar de Alemania en esos países
fue su aplastante fuerza militar, la completa eliminación
de sus gobiernos y todas las instituciones cívicas, seguido
por la anexión forzada de sus economías para beneficio
del capitalismo alemán.
Ya es hora de llamar las cosas por su nombre: lo que el régimen
delictivo en Washington está perpetrando es el estupro
de Irak.
Un mes después de la caída de Bagdad a manos
del ejército de estadounidense, los verdaderos motivos
de la guerra ilegal del gobierno de Bush contra Irak están
saliendo a la luz. Detrás de la retórica de Washington
acerca de la "liberación" y la "democracia",
la oligarquía financiera estadounidense se alista para
enriquecerse a través del robo desnudo de la riqueza de
toda una nación.
Las armas para la destrucción en masa y las células
terroristaspresuntamente los objetivos de la invasión
de Estados Unidosno se encuentran por ninguna parte. Solo
el ingenuo eterno o la persona intencionalmente testaruda puede
creer que estos fueron los verdaderos motivos para lanzar la guerra.
Y todavía es menos creíble que el gobierno de los
Estados Unidos despachara cientos de miles de soldados y gastara
billones de dólares en municiones y materiales para "liberar"
al pueblo iraquí.
Las verdaderas intenciones de Washington consisten en establecer
un régimen colonial absoluto. Con Irak Washington ha desafiado
al mundo con el resurgimiento del imperialismo en el sentido clásico
de la palabra. Por una parte, repudia el derecho de las pequeñas
naciones a su autodeterminación; por otra, afirma su propio
derecho a usar la fuerza militar para lograr sus propósitos.
Ahora Irak yace en ruinas. La campaña, que se parece
más a una masacre que a una guerra, causó bajas
civiles y militares no por decenas, sino en los cientos de miles.
Hospitales, escuelas, instalaciones energéticas, agua y
servicios sanitarios, colectores de basura y todos los otros sectores
de la infraestructura necesarios para sostener la vida en una
sociedad muy urbana han sido destruidos. La cólera y otras
enfermedades se han convertido en epidemias.
Casi toda la población está sin trabajo o carece
todo medio de ayuda. No se ha establecido ningún presupuesto
para pagar los salarios de los trabajadores del gobierno que se
han sido desplazados. Los funcionarios estadounidenses han dejado
claro que no hay planes para restaurar la administración
pública del país.
En Bagdad el sábado pasado varios cientos de desesperados
en busca de empleo asaltaron el Hotel Palestina, sin saber que
el comando militar de los Estados Unidos recientemente había
abandonado el edificio. Protestaban la situación desesperante
a la que se enfrenta el pueblo trabajador como resultado de la
invasión. Gritaban: "¡George Bush, Alí
Babá!"
La comparación de la ocupación estadounidense
con la fábula del bandido árabe y sus 40 ladrones
es bien fundada. Washington ha desatado una banda de ladrones
sobre este sufrido país.
Las fuerzas de ocupación comenzaron con alentar, de
manera activa, el saqueo desenfrenadoincluyendo el pillaje
de irreemplazables tesoros del Museo Nacionalcomo manera
de destruir todo la que sociedad iraquí ha creado.
El propósito es reducir al pueblo de ese país
a masas indigentes y pulverizadas para establecer la visión
del gobierno de Bush: una tabula rasa sobre la cual pueda imprimir
sus propias intrigas derechistas y rapaces. Están usando
la región como experimento económico, social y militar
que presenta una grave amenaza no sólo al pueblo de Irak
y de toda la región, sino también a la clase obrera
de los Estados Unidos y el mundo.
Un documento secreto de los Estados Unidos titulado, "La
movilización de la economía iraquí: de la
recuperación a la expansión sostenible", anunciado
primero por el Wall Street Journal la semana pasada, nos
da un vistazo a las intenciones de los Estados Unidos.
A la Bearing Point, Inc., empresa asesora anteriormente conocida
como KPMG Consulting, se le ha concedido el contrato para introducir
este plan. La empresa previamente había estado vinculada
a las enormes empresas asesoras que cambiaron sus nombres y se
separaron de sus compañías matrices durante el ciclo
de escándalos financieros que culminaron en el colapso
de la Enron Corporation, compañía muy importante
aliada al gobierno de Bush.
Es indudable que si Enron no hubiera caído todavía
sería una de las mayores empresas contratistas que busca
aprovecharse de la miseria del pueblo iraquí. En esencia,
las intenciones de los Estados Unidos en Irak manifiestan la misma
tendencia general que Enron, WorldCom y varias compañías
han revelado durante los últimos años.
El plan de los Estados consiste en imponer la amplia privatización
a las industrias del estado, en particular a la del sector petrolífero;
establecer una bolsa de valores; e imponer un sistema de rentas
internas similar al de los Estados Unidos con el fin de beneficiar
a los inversionistas extranjeros.
La privatización en Irak, como en todo lugar, se ha
planificado para facilitar un pillaje implacable. La mayoría
de las compañías que le pertenecen al estado, de
las cuales el pueblo ha dependido para su subsistencia y cubrir
sus necesidades básicas, simplemente serán declaradas
insolventes para liquidarlas.
Aquellas que aparentemente muestran la posibilidad de ser arrendables
serán vendidas a largo plazo por medio de lo que el documento
describe como "Programa para la gran privatización
de amplia base", el cual puede incluir la distribución
de comprobantes a los ciudadanos iraquíes. Un proceso similar
se puso en práctica en Rusia. Mientras se la fomentaba
como "capitalismo popular", que le permite a los ciudadanos
ordinarios ser "dueños" del patrimonio nacional,
rápidamente se transformó en medio para ceder la
propiedad estatal a una coalición de criminales y antiguos
burócratas estalinistas. Con tal de obtener dinero para
alimentos, el pueblo rápidamente se verá obligado
a vender los comprobantes por una fracción de su valor
real.
El documento afirma que la misión de los varios contratistas
nombrados por el gobierno de Bush será facilitar "la
participación del sector privado en los sectores estratégicos,
inclusive la privatización, las ventas de bienes, concesiones,
arrendamientos y contratos de administración, especialmente
en las industrias petrolíferas y otras que apoyan a ésta".
El documento de igual modo aboga por convertir a la primitiva
bolsa de valores de Irak en "mercado mundial de primera clase"
para comerciar acciones con las compañías que recientemente
se han convertido en empresas privadas. Los contratistas del gobierno
de los Estados Unidos no sólo crearían la infraestructura
básica para este comercio, sino que el dinero de los contribuyentes
estadounidenses [a las rentas internas] también se usaría
para capacitar a equipos de corredores de bolsa iraquíes,
presuntamente para que reciban la sabiduría del fraude
financiero que Wall Street ha evidenciado en años recientes.
Privatización a mano armada
El descaro del plan de los Estados Unidos ha dejado atolondrados
hasta varios de los que habían participado en planes de
privatización anteriores. "Son las armas estadounidenses
las que pondrían en práctica la privatización,
no las decisiones democráticas", comentó recientemente
Jeffrey Sachs, economista de [la Universidad de] Harvard que jugara
un papel clave en la elaboración de las tretas de privatización
en Rusia y en Europa Oriental. "Si en verdad la privatización
va a tomar lugar tal como la gente comenta, ello ayudaría
a nuestras empresas petrolíferas y a las de Europa a apoderarse
los campos de petróleo".
Para las compañías de los Estados Unidos, la
conquista de Irak significa mucho más que el petróleo.
Les presenta una gran oportunidad para la explotación sin
restricciones y una infusión de ganancias que urgentemente
necesitan a través del saqueo de toda una nación.
Desde el punto de vista del impulso capitalista para lograr
ganancias, Irak representaba un blanco indefenso y, de muchas
maneras, irresistible. Posee vastos recursos naturales. Se ha
comprobado que sus reservas petrolíferas llegan aproximadamente
a 112 billones de barriles, segundas mayores tras Arabia Saudita.
De igual modo su mano de obra muy capacitada. Sin embargo, a causa
de los ataques militares de los Estados Unidos y 12 años
de sanciones punitivas, ha continuado siendo uno de los países
más subdesarrollados del mundo desde el punto de vista
de la economía. Su ingreso per cápita es sólo
$800 y el Producto Interior Bruto (PIB) ha disminuido más
de 70% durante las dos últimas décadas.
Antes de la guerra, los campos petrolíferos de Irak
producían 2.5 millones de barriles al día. Se calcula
que con varios billones de dólares de inversión
capital la producción podría alcanzar 7 millones
de barriles diarios en los próximos años, lo cual,
a precios de hoy, produciría ingresos anuales que exceden
$60 billones anuales.
El subdesarrollo capitalista define casi a todos los sectores.
La bolsa de valores del país vendió solamente 95
compañías. La proporción entre la capitalización
y el PBI es de las más bajas en toda la región.
La red de telecomunicaciones de Irak es de las menos avanzadas
del mundo, consecuencia de las sanciones impuestas por los Estados
Unidos que negaron acceso a la tecnología. Al momento tiene
sólo 2.9 líneas telefónicas por cada 100
habitantes y no dispone de red celular o móvil.
La toma de posesión de la industria petrolífera
ya está en marcha. Philip Carrol, antiguo jefe ejecutivo
de Shell Oil, ha sido nombrado como administrador de la industria
petrolífera. También se reveló esta semana
que el "contrato para combatir los fuegos en los campos de
petróleo"presuntamente otorgado en secreto a
una sucursal de Halliburton durante la guerra - no se limitaba
a combatir los incendios en los pozos petrolíferos, como
habían sostenido los funcionarios del gobierno, sino que
también incluía "la operación y distribución
de productos".
Es decir, la empresa que el Vicepresidente de los Estados Unidos,
Richard Cheney, había dirigido del 1995 al 2000y
la cual todavía le paga hasta un millón de dólares
anuales - estará a cargo de los campos petrolíferos
de Irak y tendrá bajo su control toda la producción
del petróleo.
La sucursal Kellog Brown & Root (KBR) aseguró un
contrato (sin tener que licitar por él) sin límites
de duración o de monto en dólares. Como la mayoría
de los contratos otorgados, éste se basa en el costo adicional,
lo que significa que mientras más gastos incurra la compañía,
mayores ganancias obtiene.
La revelación acerca del contrato de la KBR se debió
a la reacción del Diputado Henry Waxman, Demócrata
del estado de California, quien había exigido mayor información
y puesto en tela de juicio a los vínculos políticos
de Halliburton que habían facilitado la obtención
del contrato.
En una carta al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que
había publicado la información, Waxman señaló
que las previas descripciones del contrato habían mencionado
solamente los incendios en los pozos petrolíferos y las
reparaciones. "Estas nuevas revelaciones son significativas
y parece que contradicen las repetidas afirmaciones del gobierno
que el petróleo de Irak le pertenece al pueblo iraquí".
La aceptación pública del imperialismo
estadounidense
Lo que sucede en Irak es el comienzo de un cambio fundamental
en la política exterior de los Estados Unidos, con enormes
insinuaciones para el pueblo estadounidense y para el mundo. Washington
se ha embarcado en una aventura neo-colonialista desnuda. La ficción
que está preparando una democracia en Irak es auto-evidente.
Las democracias no se crean a punta de bayoneta o por los decretos
de las autoridades militares de la ocupación. Aquellos
iraquíes a quienes los Estados Unidos ha seleccionado para
este proyecto, dirigidos por el ex convicto desfalcador, Ahmed
Chalabi, son una pandilla de criminales y agentes de la CIA.
El general ya jubilado de los Estados Unidos a cargo de la
ocupación militar, Jay Garner, anunció esta semana
que "para mediados del mes se verá el inicio del núcleo
que formará el gobierno iraquí, cuya faz será
iraquí, que esté negociando con la coalición."
Esta "faz iraquí" excluye toda fuerza en Irak
que goza del verdadero apoyo de las masas. Cuando las fuerzas
indígenas han ofrecido sus servicios para restaurar el
orden y los servicios esenciales, como en Mosul y Fullajah, el
ejército de los Estados Unidos ha reaccionado con masacres
sangrientas.
Tal vez una de las características más significativas
de este proceso es la falta de oposición en todos los rincones
de la política estadounidense. Durante cierto período
inicial, los políticos imperialistas de los Estados Unidos
y sus partidarios ideológicos trataron de esquivar la palabra
"imperio" y frecuentemente aludían a los orígenes
de la nación, que surgió de una guerra revolucionaria
anti colonialista, para proclamar su superioridad moral sobre
sus rivales de la "antigua Europa". Ahora han abrazado
el imperio y el colonialismo de los Estados Unidos con descaro.
El comentarista del New York Times a cargo de la sección
acerca de los asuntos exteriores, Thomas Friedman, bribón
que fielmente sirvió como eco de los varios pretextos del
gobierno para entablar la guerra, es de los mejores ejemplos.
En una súplica los adversarios liberales de la guerra para
que se conviertan en "críticos constructivos"
y participantes en la "construcción la nación",
Friedman escribe: "Ahora tenemos el estado número
51, con 23 millones de personas. Acabamos de adoptar un bebé
llamado Bagdad." Concluye instándole a los Demócratas
de los Estados Unidos que no "dejen escapar la oportunidad
de darle formay de convertir en realidada uno de los
momentos más decisivos de la política exterior de
los Estados Unidos".
Más provocador ha sido Max Boot, comentarista derechista
que sirve de portavoz a la coalición que respalda a Bush,
quien produjera un artículo de opinión editorial
para el periódico USA Today titulado "Los Estados
Unidos imperialista? No hay que huirle a la etiqueta". Le
insta a los dirigentes de los Estados Unidos que no se dejen inquietar
por la oposición potencial a la aventura colonial moderna
en Irak. "Más de 125,000 soldados estadounidenses
ocupan a Mesopotamia," expresó con júbilo.
"Los respaldan los recursos de la economía más
rica del mundo. En el concurso por el dominio de Irak, Estados
Unidos puede superar todos los gastos y todo poderío de
todas las facciones contrincantes".
Boot continua con la advertencia de no menospreciar los costos
relacionados con la conquista de Irak. Escribe que "[E]s
mejor que nos acostumbremos a mantener nuestras tropas desplegadas
ahí por años, quizás décadas".
"Si alguien levanta el galillo contra el imperialismo estadounidense,
bueno, que lo haga. Nos van a llamar imperio no importa lo que
hagamos, así que lo mejor sería ser un imperio exitoso".
La vasta mayoría de la población iraquí
no tiene el menor deseo de ser esclavizada por las empresas estadounidenses
y no han sido pocos los que han entregado sus vidas al oponerse
a esta aventura delictiva. Si esta campaña logra el éxito,
no sólo los iraquíes, sino la clase obrera de los
Estados Unidos e internacional, pagarán un precio terrible.
Una crisis socio económica sin precedentes
La política rapaz de los Estados Unidos en Irak recibe
su impulso de las profundas contradicciones sociales y económicas
internas del país. El capitalismo estadounidense actualmente
se enfrenta a la crisis económica y financiera más
grave desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. La reducción
de empleos durante el mes de abril, que se había planificado
con anterioridad, llega a más de 146.000. La eliminación
de empleos ha tomado lugar durante 33 meses seguidos; es decir,
la más prolongada y continua reducción de empleos
durante el período post Segunda Guerra Mundial.
A la cabeza de esta masacre de empleoscon casi 58.000
despidos planificadosse encuentran los gobiernos locales
y estatales, los cuales crecientemente se enfrentan al espectro
de la bancarrota. Desde principios de año, a la misma vez
que los servicios básicosdesde la educación
pública a la atención médicahan sido
reducidos drásticamente, el sector público ha anunciado
aproximadamente 120,000 despidos.
Una encuesta de ejecutivos importantes que representan las
mayores empresas empleadoras de los Estados Unidos determinó
que sólo 18% de sus empresas planeaban aumentar los gastos
capitales para este año. El 82 % restante expresó
que los gastos capitales permanecerían estancados o disminuirán.
Sólo el 9% de los ejecutivos expresó que sus empresas
iban a emplear a trabajadores nuevos este año. Casi la
mitad esperaba eliminar más empleos.
Entre tanto, el dólar estadounidense, durante el último
año y medio, ha sufrido una disminución precipitada,
cayendo casi 20%. Lo que refleja la fuga del capital de los mercados
de los Estados Unidos, que se enfrentan a una baja en tasa de
ganancias. La realidad es que Estados Unidos, supuestamente invencible
y la "única super potencia" del mundo, está
acosada por una podredumbre económica sin precedente.
La reacción de la oligarquía financiera a la
crisis y la decadencia que yacen en el mismo corazón del
capitalismo estadounidense consiste en dos integrantes. Por una
parte, desea hacer retroceder estas tendencias con el fraude financiero
y las actividades económicas delictivas. Por otra, se ha
lanzado al militarismo y a la conquista colonial. De la manera
que el saqueo de Irak por los Estados Unidos se está organizando,
la clase obrera de los Estados Unidos será la primera en
pagar el precio por el enriquecimiento de un puñado de
empresas con vínculos políticos. La "liberación"
del pueblo iraquí se convertirá en un gran robo
al pueblo de los Estados Unidos. La victoria militar de los Estados
Unidos sólo ha extendido el alcance de las actividades
de la capa criminal que domina la política y las finanzas
empresariales.
El costo y las provisiones adicionales de los contratos que
el gobierno de Bush concede podrán pagarse con, más
que otra cosa, la intensificación de la agresión
contra las condiciones sociales básicas en el interior
del país.
Además, el surgimiento del nuevo colonialismo de los
Estados Unidos no será una repetición del colonialismo
europeo del Siglo XIX. No fomentará una "aristocracia
obrera" con las ganancias cosechadas de la conquista de Irak.
Dada la integración mundializada de la producción
capitalista, Irak se convertirá en otra fuente de mano
de obra barata. Su conquista sólo acelerará la fuga
de dinero y empleos de los Estados Unidos en búsqueda de
las ganancias garantizadas en Irak.
Al mismo tiempo este pillaje del nuevo colonialismo sólo
fortalecerá las garras de los elementos más corruptos
y derechistas del gobierno estadounidense. Los que consigan contratos
lucrativos en Irak serán aquellos que han contribuido su
dinero a los comités de campaña electoral del Partido
Republicano. Es un juego en el que hay que "pagar para jugar".
La lucha contra la guerra, el colonialismo
y el imperio
La clase obrera estadounidense sólo puede defender sus
derechos si se opone incondicionalmente a este viraje hacia el
colonialismo y el imperio. Este proceso toma lugar al mismo tiempo
que el nivel de vida y los trabajos del país se destruyen
y se establece régimen político más represivo
que está determinado a abrogar los derechos democráticos
básicos.
En Europa los trabajadores deben rechazar los esfuerzos oportunistas
y cobardes de sus gobiernos por adaptarse a los objetivos rapaces
de los Estados Unidos para participar en el botín. Logren
estos esfuerzos tener éxito o no, el resultado final será
la intensificación de la agresión contra los vestigios
que quedan del bienestar social establecido después de
la Segunda Guerra Mundial. La pacificación del imperialismo
de los Estados Unidos sólo puede facilitar nuevas campañas
de conquistas coloniales y el descenso a una tercera guerra mundial.
En Irak las masas deben oponerse intransigentemente a la imposición
de un régimen neo colonial. Las afirmaciones que a Washington
sólo le se interesa la democracia y la modernización
de Irak son mentiras rotundas. La clase gobernante estadounidense
se interesa únicamente en apoderarse de todo lo que sea
capaz de rendir las ganancias a la vez que suprime toda resistencia
iraquí para saquear los recursos del país.
Se debe plantear la siguiente exigencia: los Estados Unidos
y la Gran Bretaña deben retirar sus tropas ocupadoras inmediatamente
de Irak. Debe convocarse una asamblea constituyente elegida democráticamente
para formar un nuevo gobierno iraquí independiente y comprometido
a proteger de los recursos de Irak y utilizarlos para el beneficio
de las masas trabajadoras del país.
Sólo una fuerza social puede entablar la lucha exitosa
contra la guerra y el colonialismo renaciente: la clase obrera
internacional. Ha de establecerse un nuevo partido revolucionario
para movilizar a la clase obrera independientemente y unirla internacionalmente
a base de una perspectiva socialista que reemplace las leyes de
las ganancias con el desarrollo consciente de la economía
mundial para beneficio de todos. Esta es la perspectiva de la
World Socialist Web Site y el Partido Socialista por la
Igualdad.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |