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Otro crimen de guerra de los Estados Unidos: el uso de municiones
de uranio empobrecido en Irak
Por Ben Nichols and Joe Lopez
3 Junio 2003
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el autor
Uno de los crímenes de guerra por los que el gobierno
de Bush debería ser juzgado es el amplio uso realizado
por el ejército de los Estados Unidos de armamento reforzado
con uranio empobrecido (DU, depleted uranium) durante la guerra
contra Irak.
El Pentágono ha rechazado repetidamente las advertencias
procedentes de diversos medios científicos y de otro tipo
sobre los peligros potenciales de tal armamento. En el transcurso
de la guerra, Washington ha rechazado limpiar los residuos dejados
atrás, o permitir a expertos de Naciones Unidas en el interior
del país evaluar los potenciales riesgos a largo plazo
para la salud y el medio ambiente causados por el uranio empobrecido.
Con el uso de armas DU, el gobierno de Bush ha actuado con
un completo desinterés hacia las leyes y convenciones internacionales.
En enero de 2001, el Parlamento Europeo votó a favor de
una resolución que conllevaba el modesto avance de prohibir
el uso de municiones DU mientras se desarrollaran las investigaciones
sobre las relaciones entre uranio empobrecido y cáncer.
En agosto de 2002, Naciones Unidas publicó un informe
con el listado de leyes y convenciones internacionales infringidas
con el uso de armas DU, incluyendo: la Declaración Universal
de Derechos Humanos; la Carta de la ONU; la Convención
sobre Genocidio de la ONU; la Convención contra la Tortura;
las cuatro Convenciones de Ginebra de 1949; la Convención
sobre Armas Convencionales de 1980; y las Convenciones de La Haya
de 1899 y 1907, que implicaron la prohibición del despliegue
de armas tóxicas o portadoras de tóxicos
y de armas, proyectiles o materiales que intencionalmente
causen sufrimiento innecesario.
Según un reciente reportaje de la CNN, expertos del
Pentágono y de la ONU han estimado que las fuerzas militares
mandadas por los Estados Unidos emplearon entre 1.100 y 2.100
toneladas de uranio empobrecido durante la invasión de
Irak. Esta cantidad excede con mucho las 300 toneladas de uranio
empobrecido usadas en la Guerra del Golfo de 1991, y las 10 toneladas
empleadas por la OTAN durante el bombardeo de Serbia en 1999.
El uranio empobrecido es un metal pesado radiactivo que es
también un tóxico desde el punto de vista químico.
Es un residuo producido por el uranio 235isótropo
del uranio utilizado en las centrales nucleares y en las armas
nuclearesque ha sido extraído a partir del uranio
natural (compuesto principalmente por el isótropo uranio
238). El residuouranio empobrecidoestá compuesto
casi exclusivamente (99.7%) por el isótropo uranio 235.
Aunque menos radiactivo que el uranio enriquecido o incluso que
el uranio que se encuentra en la naturaleza, el DU mantiene su
toxicidad y se desconocen sus efectos a largo plazo sobre la salud.
El Pentágono ha insistido sobre el uso de municiones
DU debido a la significativa ventaja militar que reporta su uso.
El DU es 2.5 veces más denso que el acero y tiene 1.7 veces
la densidad del plomo, lo cual permite a las balas y vainas de
los proyectiles reforzados con esta sustancia penetrar fácilmente
los blindajes y estructuras acorazadas. Es también relativamente
barata su fabricación, al ser un producto residual procedente
de la industria nuclear de los Estados Unidos y del programa de
armamento nuclear. Las cabezas de penetración y vainas
de los proyectiles con DU casi no emiten radiación antes
de ser disparadas pero arden y se vaporizan tras el impacto, distribuyéndose
la nube de fino polvo a lo largo de una extensa zona. Cada cabeza
de proyectil DU contracarro parece ser que contiene cerca de cinco
kilos de uranio empobrecido.
Días antes de la invasión de Irak, el coronel
James Naughton expuso con crudeza las razones para usar municiones
DU y acusó a los que advertían de sus peligros de
ser víctimas de la propaganda iraquí. Los
iraquíes nos contaron las cosas terribles que sucedieron
a nuestra gente debido a que las empleamos la vez anterior ¿Por
qué quieren que las eliminemos? Las quieren lejos porque
le dimos tremenda paliza, ¿okay? Quiero decir que no hay
duda de que el DU nos da una enorme ventaja sobre sus tanques.
Ellos perdieron muchos tanques.
Con igual cinismo respondió el teniente coronel Michael
Sigmon, oficial médico del 5ª Ejército del
ejército de tierra de los Estados Unidos, cuando fue preguntado
sobre los riesgos del DU: No existe realmente ningún
peligro, al menos conocido, para el pueblo de Irak. Afirmó
que los niños que jugaran con los proyectiles DU antitanque
gastados tendrían que comer hasta prácticamente
ahogarse con el residuo de uranio empobrecido antes de padecer
problemas de salud.
Estos comentarios contradicen la evidencia, basada en anécdotas
y que proviene de los campos de batalla donde se ha usado la munición
DU: en Irak durante la primera Guerra del Golfo, en los Balcanes
y en el campo de entrenamiento de la isla de Vieques, en Puerto
Rico. En cada caso, se han registrado significativos aumentos
en las tasas de cáncer, deformidades en recién nacidos
y problemas de salud a largo plazo.
Una gran especialista iraquí, la doctora Salma Haddad,
contó a los reporteros que varios años después
de la Guerra del Golfo de 1991 empezó a encontrar un número
creciente de niños del Hospital Al Mansur de Bagdad con
una agresiva forma de cáncer. Hadad dijo que se alarmó
especialmente dado que la enfermedadleucemia mieloblástica
agudase asocia fuertemente a la exposición a la radiación,
y sus sospechas apuntaron hacia la munición DU. La doctora
explicó que la cantidad de casos admitidos en su hospital
fue cinco veces mayor que en 1991.
Intereses creados
Pero los funcionarios del Pentágono continúan
menospreciando los peligros. El pasado mes, el portavoz coronel
David Lapan declaró que la seguridad del DU había
sido comprobada en recientes estudios. Desde 1990, contó
a la emisora británica BBC se han realizado varios
estudios, por ejemplo los de la Royal Society del Reino Unido
y la Organización Mundial de la Salud, sobre la presencia
o ausencia de riesgos en el DU. Me alegra decir que el estudio
de 1990 ha sido sobrepasado por ellos. Una de las conclusiones
de estos estudios es que no existen efectos del DU a largo plazo.
De hecho, el informe de la Royal Society titulado Los
riesgos para la salud de las municiones de uranio empobrecido,
no dice nada de ese estilo. Esa sociedad científica ha
sido una de las que más han elevado la voz en sus llamamientos
a la eliminación del uranio empobrecido y para realizar
ensayos más extensos sobre sus efectos medioambientales
y sobre la salud. Recientemente efectuó un llamamiento
al gobierno británico para realizar pruebas médicas
a las tropas que regresaban de Irak.
El estudio establece que los riesgos conocidos de cáncer
son bajos y para la gente expuesta al DU en los distintos escenarios
de batalla la probabilidad es, en el peor de los supuestos, sólo
el doble. Pero también indica la necesidad de investigar
más. El informe de la Royal Society explica que, lejos
de ser inocuo, El DU es radiactivo y venenoso. La exposición
a niveles suficientemente altos podría originar un incremento
en la incidencia de algunos cánceres, notablemente cáncer
de pulmón, posiblemente leucemia, y puede dañar
los riñones.
La cuestión clave es en qué medida la exposición
al DU en el campo de batalla es tal que el aumento en la incidencia
de cáncer, o la probabilidad de daños a los riñones,
es insignificante o bien suficientemente alta como para causar
inquietudes. Esta es una cuestión muy difícil de
contestar debido a la falta de datos de buena calidad en alguno
de los parámetros que determinan la amplitud de la exposición
o el subsecuente riesgo de enfermedad.
El profesor Brian Spratt, portavoz de la Royal Society, comentó
el mes pasado: La coalición necesita dejar claro
cuanto uranio empobrecido fue usado y en qué emplazamientos
en el reciente conflicto con Irak. Aunque hay problemas más
urgentes en Irak... la coalición necesita reconocer que
el uranio empobrecido es un potencial peligro, realizar planes
para resolver el problema abiertamente y así saber donde
y en qué cantidad ha sido usado.
Pero ni Washington ni Londres han mostrado la más leve
intención de facilitar la información necesaria,
y menos aún reconocer los peligros. Cuando el Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) solicitó
autorización para enviar un equipo a Irak para efectuar
una evaluación de los riesgos medioambientales y sanitarios
para la población iraquí, la administración
Bush se negó.
Estudios previos del PNUMA sobre el uranio empobrecido han
indicado que esta substancia puede dañar los riñones
si es ingerida, por ejemplo a través del agua contaminada,
o causar cáncer de pulmón si es inhalado el polvo.
Nuevas evidencias sobre los peligros de la munición
DU han sido proporcionadas por el mayor Doug Rokke, veterano de
las guerras de Vietnam y del Golfo. Rokke se ha especializado
en materiales peligrosos y medicina de urgencia durante más
de 20 años y ha hecho campaña durante los últimos
años contra el uso de DU. Ha participado en misiones de
limpieza de uranio empobrecido en Kuwait, Arabia Saudita e Irak
tras la Guerra del Golfo de 1991.
En una conversación publicada en febrero por la revista
In These Times, Rokke ferozmente critica el uso de municiones
DU y afirma: Nosotros lo hemos dispersado deliberadamente
por todas partes. Hemos rehusado limpiar el atolladero; hemos
negado a la atención médica, no sólo a las
bajas estadounidenses víctimas del fuego amigo
que sobrevivieron, sino también a los equipos de limpieza
del DU; y nos hemos negado a ofrecer atención médica
a los miles y miles de personas expuestas, incluidas mujeres y
niños; lo que hace de este material un arma indiscriminada.
Rokke ha explicado la legislación internacional ha prohibido
las armas indiscriminadas y que la ONU ha realizado varios llamamientos
para la prohibición del DU, que los Estados Unidos han
rechazado. Desde su experiencia en la primera Guerra del Golfo,
Rokke advierte: Cuando la contaminación se queda
allí, la gente seguirá enfermándose a causa
de las municiones de uranio... El ejército está
consciente del problema, pero simplemente no le importa. Van a
continuar usando DU... Cuando se va a la guerra, se usan las mejores
armas que existen, y nadie va a rehusar usarlas.
Washington tiene también otros intereses en juego. Si
se prueba que el DU tiene un impacto a largo plazo sobre la salud,
Estados Unidos se enfrentará a acusaciones de negligencia
criminal y reclamaciones por indemnización, no sólo
de civiles del Oriente Medio y de los Balcanes, sinó también
de miles de veteranos de guerra estadounidenses que han sufrido
enfermedades incapacitantes.
Más aun, cualquier operación de limpieza de residuos
de DU en Irak y en otras partes podría implicar costes
muy elevados. Según un artículo de la revista estadounidense
Newsday del pasado mes, se ha calculado que el coste de limpieza
de una instalación militar con una superficie de 500 acres
(aproximadamente 200 hectáreas)la Jefferson Proving
Ground en el estado de Indianaes entre 4.000 y 5.000 millones
de dólares. Se creía que el terreno que se usa para
la práctica de armas en esta instalación contiene
cerca de un quinto de la cantidad de uranio empobrecido usada
durante la Guerra del Golfo de 1991, y muchas veces menos que
el tonelaje lanzado este año en Irak.
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