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Moral de soldados estadounidenses se tambalea en el pantano de Irak

Por James Conachy
14 Julio 2003

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Los ataques y los sabotajes diarios contra las fuerzas militares estadounidenses y británicas en Irak muestran que la verdadera guerra de liberación ha comenzado: una lucha prolongada por parte del pueblo iraquí para expulsar a los invasores extranjeros de su país. Para que Estados Unidos pueda asegurar su dominio de Irak, tendrá que ocupar a la nación durante un período indefinido con decenas de miles de tropas, las cuales sufrirán miles de bajas.

Las fuerzas militares estadounidenses que el gobierno de Bush y la extrema derecha del país dan por hecho se están dando cuenta de esta lúgubre realidad. Durante las últimas dos semanas, el New York Times, el Washington Post y el Boston Herald han publicado informes que nos dan una idea de los temores acerca de la situación en Irak que las tropas de los Estados Unidos y sus familias comienzan a sentir.

Un informe bastante largo en el New York Times, publicado el 15 de junio, detalla los traumas fisiológicos y psicológicos de los cuales sufren las tropas de uno de los batallones: la Primera Brigada de la Tercera División de Infantería, desplegada el septiembre pasado y de las primeras unidades en atacar a Bagdad. Ahora funciona como autoridad policial en los suburbios al este de la ciudad. Se supone que debió haber regresado a los Estados Unidos en mayo, pero se ha visto obligada a quedarse en Irak debido a la falta de seguridad.

Las tropas viven como sardinas en lata: 10 soldados en pequeños cuartos de edificios sin electricidad, agua corriente y aire acondicionado. Se pasan los días patrullando las calles que aparentan silenciosas, pero que repentinamente pueden estallar con el fuego de armas. Bajo el titular, "Ansiosos y exhaustos soldados tienen nueva misión," el New York Times reporta lo siguiente: "A varios les remuerde la conciencia por haber causado la muerte. Sufren por las bajas [de sus compañeros]. Han tratado de obtener tratamiento psicológico. Están todos exhaustos, no aguantan el calor y cada vez se amargan más. La moral ha caído estrepitosamente a medida que la temperatura ha subido".

Según el Times, a las familias se les ha pedido que no les envíen correo a los soldados para que éstos no añoren sus hogares. Varias tropas han buscado terapias psicológicas luego de averiguar que sus familias se han enfermado o que sus esposas les han sido infieles. Un soldado le dijo al Times: "Puede llamar a Donald Rumsfeld [Ministro de Defensa] y decirle que estamos listos para regresar a nuestros hogares".

Hay 146,000 tropas estadounidenses en Irak además de las 15, 000 británicas. El que mucho abarca poco aprieta, y los Estados Unidos ha llegado a su límite al imponer la autoridad de su ocupación y controlar adecuadamente grandes regiones del país, inclusive todos los suburbios de Bagdad, tales como la Ciudad de Sadar, en su mayoría shiíta. El Washington Post reportó el 25 de junio que sólo 35 tropas estadounidenses se han estacionado en la provincia de Diyala, con una población de 1.4 millones de habitantes y que se extiende desde los suburbios al nordeste de Bagdad hasta la frontera con Irán.

Esta es la situación en que los guerrilleros iraquíes muestran la capacidad para entrar y salir libremente de las ciudades y pozos petrolíferos principales, lanzar ataques contra las tropas estadounidenses y llevar a cabo el sabotaje. Aparentemente la coordinación y habilidad con que llevan a cabo semejantes actos van mejorando. Desde el 1ro. de mayo, cuando Bush declarara que la misión de los Estados Unidos en Irak había terminado exitosamente, 57 tropas han sido muertas en combates y accidentes. Docenas han sido heridas gravemente.

Dos soldados estadounidenses y dos iraquíes que trabajaban con los estadounidenses fueron muertos el 26 de junio, y por lo menos nueve tropas de EE.UU. han sufrido heridas en tres ataques distintos en las afueras de Bagdad. Entre el 24 y el 25 de junio, vehículos estadounidenses fueron atacados en la carretera principal al aeropuerto de Bagdad, ubicado en los suburbios al oeste de la ciudad, y en el pueblo de Hilla, a 45 millas sur. Los ataques causaron la muerte de dos marinos. Por lo menos seis fueron heridos. Dos trabajadores que colaboraban con el ejército de ocupación también perdieron sus vidas.

La mayor parte de Bagdad ha quedado sin electricidad desde el 23 de junio, presuntamente debido a los ataques de sabotaje contra las líneas de electricidad al norte de la ciudad. Los oleoductos de combustibles necesarios para la restauración de las exportaciones petrolíferas han sido saboteadas cuatro veces durante la última semana. Por lo menos 65 torres para la transmisión de electricidad que abastecen el puerto de Umm Qasr y los campos petrolíferos en el sur han sido destruidas.

El 26 de junio, la cadena televisor de cable, Al Jazeera, presentó las declaraciones de dos organizaciones iraquíes: los Mujahiddin de la Secta Victoriosa y la Resistencia Popular para la Liberación de Irak. Ambas llaman a la resistencia contra la ocupación estadounidense. A estas organizaciones no les hace falta reclutas.

El odio del pueblo iraquí hacia las fuerzas de ocupación es evidente a las tropas estadounidenses que patrullan el suelo. El Washington Post publicó una historia el 19 de junio con el siguiente titular: "Tropas estadounidenses frustradas con su papel en Irak". Un sargento del ejército de la División de la Cuarta Infantería estacionada en el pueblo de Baqubah le declaró a los corresponsales del Post: "¿Qué estamos haciendo aquí? Se supone que la guerra se acabó, pero cada día escuchamos que ha muerto otro soldado. ¿Vale la pena? Ya Saddam no está en el poder. Los habitantes quieren que nos larguemos. ¿Por qué estamos aquí?" Un soldado en una estación de vigilancia le dijo al Post: "Díganle al presidente Bush que nos regrese al país".

Las represalias de las fuerzas estadounidenses contra los ataques—bloqueos de carretera, toques de queda, búsquedas por las armas de fuego, arrestos y la matanza de numerosos civiles—sólo ha exacerbado el sentimiento de los iraquíes contra la ocupación. Un oficial ingeniero estacionado en Baqubah le informó al Post que cuando habían llegado, "todos nos saludaban", pero ahora "sólo nos miran".

Las dificultades de los soldados profesionales en unidades como la de la Tercera Infantería se amplifican para los millares de reservas—soldados en jornada parcial—a quienes se les ha sacado de sus oficios civiles. De las 1.2 reservas militares in Guardia Nacional en los Estados Unidos, 212,000 tropas actualmente se están movilizando para servir de respaldo o reemplazar las tropas que hoy día participan en la ocupación de Irak y Afganistán.

El 22 de junio, el New York Times informó acerca de la privación económica que las familias de varios reservas sufren a causa de perder sus ingresos. El salario militar es a veces la mitad de los salarios civiles de los reservas capacitados: doctores médicos, mecánicos de avión y ejecutivos. El Times entrevistó a un mecánico de la línea aérea Northwest Airlines que ganaba $6,000 al mes y ahora gana $3,000 luego que se le llamara para que sirviera en Kuwait. Y ahora se le ha informado que será de los 4,900 trabajadores de la Northwest que perderá su empleo este año.

El 25 de junio, el Boston Herald publicó un informe acerca de las ansiedades y dudas crecientes de las familias de los soldados en Irak. Gail Fahey, cuyos hijos mellizos—hombre y mujer de 23 años de edad—se encuentran en Irak, le dijo al Herald: "Estoy con los nervios de punta ahora mismo debido a las actividades de los ciudadanos iraquíes. Mi hijo me escribió y me dijo, ‘Aquí no se pude confiar en nadie. No se le puede dar la espalda a nadie'".

Jim Doherty, cuyo hijo de 21 años maneja un jeep humvee que patrulla la carretera que va al aeropuerto de Bagdad, le dijo al Herald: "Tengo amigos que dicen que ‘lo peor ya ha pasado, que él se encuentra bien y que no tienen nada por qué preocuparte'. Pero a menudo pienso: "¿Por qué no le dicen eso a los padres del último soldado que fue muerto? Es una batalla diaria, ¿saben?"

Como en la guerra de Vietnam, la explosión del militarismo estadounidense tendrá un impacto enorme sobre la actitud del pueblo estadounidense hacia la política exterior y los militares. Si ya no lo saben, inevitablemente llegarán a comprender como se les mintió acerca de las razones para invadir a Irak. Las "armas para la destrucción en masa" que amenazaban a los Estados Unidos no existen; Irak no tuvo nada que ver con los ataques terroristas contra el World Trade Center y no tiene ningún vínculo a grupos terroristas islámicos; y el pueblo iraquí, no importa cual haya sido su actitud hacia la dictadura baatista de Saddam Hussein, no recibió a las tropas estadounidenses y británicas como "liberadores".

Las verdaderas razones por las cuales las tropas estadounidenses se encuentran en el Oriente Medio y el Asia Central son el petróleo y la conquista mundial. Los jóvenes voluntarios que se integraron a las fuerzas armadas estadounidenses por su propia cuenta—para conseguir buenos empleos, ser capacitados u obtener subvenciones para sus estudios universitarios—están matando y siendo muertos para que las empresas de los Estados Unidos se roben la riqueza y los recursos naturales de la región. Lo más probable es que llegue el momento en que dejarán de ser voluntarios en grandes cantidades y el gobierno se verá obligado a hacerlos cumplir el servicio militar obligatorio.

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