EN INGLES
Visite el sitio inglés
actualizado a diario
pulsando:
www.wsws.org

Análisis Actuales
Sobre el WSWS
Sobre el CICI

 

WSWS : Español

Francia: El gobierno anuncia la austeridad para el Año Nuevo

Por Alex Lefebvre
17 Enero 2003

Utilice esta versión para imprimir | Envíe esta conexión por el email | Email el autor

Jacques Chirac, presidente de Francia, anunció en su discurso de Año Nuevo que el 2003 presenciaría enormes “reformas” en casi todas las categorías principales de los gastos para los programas sociales, inclusive las pensiones, la salud y la educación escolar.

Como suele suceder con casi todos los pronunciamientos de los gobiernos conservadores, sus frases solemnes pero trilladas—ejemplo: “Estoy seguro que es posible unir a la mayoría de los franceses”—tienen el objetivo de dejar a los trabajadores con la impresión que manipulaciones tecnocráticas resultan en programas de austeridad que, de una manera u otra, son compatibles con sus intereses.

Informes de la prensa indican que en los ámbitos oficiales hay mucha ansiedad acerca de las restricciones que la frágil economía le ha impuesto a las iniciativas del gobierno y de la dificultad de esconder de la población, bajo condiciones en que el descontento de la clase obrera se anima, el significado de las medidas de austeridad.

El presupuesto para 2003, que el Primer Ministro Jean Pierre Raffarin negociara a finales de septiembre, 2002, incluye reducciones significantes en la educación escolar, la infraestructura, y subvenciones para las actividades culturales. No obstante, estas medidas son menos draconianas que las que se habían debatido anteriormente durante la planificación del presupuesto.

Que las reducciones no hayan sido tan severas se debe a que fueron justificadas por una perspectiva ultra optimista de la expansión económica nacional para 2003. El Instituto de Estadísticas Nacionales— Insee —ha puesto en duda la presunción del gobierno que la expansión aumentaría por una tasa de 2.5%, la cual en su tiempo desató bastante controversia en los ámbitos gobernantes. Insee ahora predice una taza de expansión del 1 Al 1.5%.

Los gastos de los consumidores es la fuente principal de la expansión económica en Francia. Por otra parte, las inversiones de los negocios disminuyeron ligeramente durante los trimestres del 2002 para los cuales en la actualidad existen cifras. Aunque hay cierto optimismo en cuanto a la futura mejoría del clima económico mundial para fomentar las inversiones de los negocios franceses, a Insee lo inquieta no sólo la deuda creciente de los consumidores, sino también las preocupaciones que éstos sienten acerca de la inflación. Ambas situaciones podrían frenar los gastos de los consumidores. Raffarin mismo recientemente reconoció que la cifra del 2.5% era en realidad “voluntaria”.

A medida que las dificultades fiscales del gobierno aumentan, las dificultades económicas también van tomando auge. En diciembre, el gobierno comenzó a elaborar la Ley de la Seguridad Económica, que se promulgaría a principios de marzo. Establecería una agencia independiente a cargo de las empresas inversionistas y de seguros que establecería restricciones a las actividades de los asesores financieros y prohibiría que los contadores presten servicios en capacidad de asesores. El 3 de enero, la compañía de seguros CGA (Fondo de Seguro General) fue liquidada, lo cual tomó lugar cuando la prensa comentaba que muchas de las empresas de ese sector estaban en una “situación económica muy precaria”.

Los objetivos y métodos fundamentales del gobierno Raffarin se han hecho evidentes en la reforma de Unedic, plan de beneficios para el desempleo. Aumentó los impuestos que los trabajadores tenían que pagarle al plan, aumentó los impuestos que los desempleados pagan a su propia jubilación del 1.2% al 3%, aumentó la edad de retiro para los desempleados de 55 a 57, y disminuyó el tiempo de cobertura para los empleados que pasan de los 50 de 36 a 45 meses.

También amplió los requisitos de empleo para los trabajadores que reciben suplementos por “empleo precario”. Para recibirlos tenían que trabajar 4 meses de cada 18; ahora son seis meses de cada 22. Medef, la federación de patronos, declaró su apoyo con entusiasmo. Varios sindicatos obreros rehusaron firmar el acuerdo, pero un sindicato, la CFDT, firmó. Según las leyes laborales de Francia, esto es suficiente para poner al plan en vigencia.

Las reformas del gobierno de Raffarin en cuanto a la salud y la educación escolar mezclan grandes reducciones con mejorías cosméticas. Estas últimas tienen como objetivo desviar la oposición en masa. Referente a la educación escolar nacional, el gobierno ha eliminado 5,000 puestos del personal y cientos de miles de contratos de trabajos para la juventud. Muchos de estos eran puestos como asistente de maestros.

Además de declarar su apoyo a la conversión del cuidado de la salud en empresa privada, el Ministro de la Salud, Jean-Francois Mattei, recientemente anunció su intención de cerrar las alas de parto en las zonas rurales. Las madres nuevas darían a luz en centros regionales de maternidad; si el parto es normal, de nuevo serán enviadas—luego de siete horas—a instalaciones médicas no profesionales.

El gobierno sufre de una ansiedad muy especial en cuanto a la reforma del sistema de jubilaciones que se acerca. El poder de compras promedio de los jubilados ordinarios ha disminuido todos los años desde 1996. La última vez que el gobierno trató de imponer grandes reducciones al sistema de jubilaciones bajo Alain Jupée, el sector público reventó con una ola de huelgas enormes durante noviembre-diciembre, 1995. Las huelgas se desarrollaron fuera del control de los sindicatos y gozaron el apoyo de las masas populares. Las huelgas fueron tan poderosas que forzaron al gobierno a cancelar parte del plan.

El levantamiento eventualmente llegó a ser controlado con la asistencia de los sindicatos oficiales y varios partidos de "izquierda", pero el gobierno de coalición de Jupée, que era de centro-derecha, fue derrotado en las elecciones parlamentarias de junio, 1997. Fue reemplazado por una coalición bajo la dirección del Partido Socialista, de Lionel Jospin.

La militancia de la clase obrera de nuevo se encuentra en la ascendencia en Francia. Noviembre y diciembre presenciaron manifestaciones enormes y huelgas en los sectores de la energía, la telecomunicación, los ferrocarriles, el transporte de camiones y la educación escolar.

Aunque las confederaciones nacionales de los sindicatos no han hecho llamados a grandes acciones desde el 9 de diciembre, cuando París celebró una manifestación nacional en defensa de la educación escolar, los trabajadores han reaccionado a la nueva ola de reducciones planificadas y cierres de fábricas con huelgas y ocupaciones industriales. Después que se anunciaran las reformas de Mattei, los ginecólogos se fueron en huelga; exigían que se redujeran los aumentos en las pólizas de seguro que cubren la práctica negligente de los servicios profesionales. Dichos aumentos, que ya se habían planeado, iban a ser de 9,156 a 16,000 euros. Los médicos de las instalaciones de esquiar también están en huelga por mejores salarios y condiciones de trabajo.

Obreros han ocupado la fábrica ACT en Angers, la cual va a cerrar. Tiendas locales han donado alimentos a los huelguistas.

Obreros en la fábrica de Daewoo en Mont-Saint-Martin, en el nordeste de Francia, han ocupado la fábrica donde trabajan y han amenazado con arrojar substancias químicas venenosas en un río cercano si la empresa rehusa garantizarles una indemnización mayor por despido y beneficios para recapacitarlos luego que la planta cierre.

Las elecciones prud'homale del 11 de diciembre y la reacción del gobierno esclarecen la manera en que los ámbitos gobernantes tratan de debilitar la oposición de la clase obrera a tales medidas. Los prud'hommes son magistrados no profesionales que funcionan como árbitros en disputas de contratos, que toman lugar en un sistema jurídico organizado según la región y la industria. La mitad de los delegados son nombrados por los sindicatos obreros y elegidos por los trabajadores; la otra mitad la nombra y elige los dueños de negocios.

Pero la elección no fue de mucho valor para amplios sectores. La tasa de abstención de los trabajadores igualó previos récords con un 67%. Y la posición relativa de las confederaciones sindicalistas permaneció relativamente igual: la CGT (Confederación General de Trabajadores) recibió 32.5% del voto. El voto de la CFDT (Confederación Francesa Democrática de los Trabajadores) aumentó ligeramente al 25.6%, el FO (Fuerza Obrera) recibió 18.9%, o sea, perdió aproximadamente 2%.

El gobierno y Le Figaro, periódico conservador, reaccionaron con la declaración que se había obtenido una gran victoria, puesto que la CFDT había favorecido las reducciones de las pensiones y la FO había rehusado participar en toda negociación cuyo objetivo fuera reducirlas. Anunciaron que el gobierno tenía la intención de participar en negociaciones prolongadas con los sindicatos y las federaciones de los patronos, lo cual usaran para presentar unos resultados “balanceados”.

Ninguno de los sindicatos oficiales tiene la menor intención de entablar una lucha acérrima para proteger las pensiones y los beneficios sociales. Y aunque la FO ha criticado sonoramente los planes para reformar las pensiones—en lo cual se difiere de la CFDT, que ha declarado que la reforma de las pensiones es inevitable, sobretodo en el sector público—no se ha comprometido a fomentar un movimiento social que se oponga al programa del gobierno de Raffarin. Más bien, el periódico Libération recientemente publicó un artículo acerca de como los funcionarios de la FO habían organizado negociaciones secretas con funcionarios del gobierno para desarticular la huelga de los camioneros el 24 y 25 de noviembre.

Regresar a la parte superior de la página



Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved