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La Casa Blanca fracasa en presentar pruebas sobre la culpabilidad
de bin Laden
Por Kate Randall
2 octubre 2001
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el autor
Al día del gobierno de Bush anunciar que presentaría
pruebas que Osama bin Laden y su organización, Al Qaeda,
fueron culpables de los ataques terroristas del 11 de septiembre,
el gobierno dice que ahora no cumplirá su promesa.
El domingo pasado, el Secretario de Estado, Collin Powell,
se presentó ante las cámaras del programa, Meet
the Press (Encuentro con la Prensa), de la cadena
nacional de televisión NBC, y declaró que el gobierno
pronto presentaría un documento con... pruebas bien
claras que vinculan a bin Laden a los ataques contra el
World Trade Center el Pentágono.
Powell reaccionaba a la presión de los gobiernos del
Medio Oriente y de otros países aliados a Washington en
la OTAN. Éstos exigen que, antes de comprometerse totalmente
a respaldar cualquier ataque militar estadounidense, se presenten
pruebas contundentesy no afirmaciones fondoque bin
Laden y sus protectores en Afghanistan son culpables del terrorismo
contra Nueva York y Washington. Powell también reaccionaba
a las inquietudes y el escepticismo que se han difundido en la
población estadounidense misma, no sólo hacia los
reclamos del gobierno, sino hacia los planes para una guerra sin
restricciones. Éstos son sentimientos que persisten a pesar
de la ira y la aflicción causada por los ataques del 11
de septiembre y la campaña implacable de la prensa para
fomentar un frenesí patriótico.
El día después de la declaración de Powell,
titulares a toda plana aparecieron en los periódicos de
todo el país. Anunciaban el informe inminente sobre la
culpabilidad de bin Laden. Un artículo de primera página
en la edición del lunes del New York Times citó
declaraciones de funcionarios gubernamentales que la evidencia
seguía una trayectoria desde el extremo sur de Manhattan
hasta las montañas Hindu Kush de Afghanistan.
Pero ya para el lunes por la tarde, el gobierno de Bush estaba
cambiando de opinión en cuanto la presentación pública
de las pruebas. Ari Fleischer, secretario de prensa de Bush, dijo
que no había ningún plan para presentar un informe
y que a Powell se la había malentendido. Para el martes,
los periódicos y los noticieros de televisión habían
hecho desaparecer toda mención del documento blanco.
De esta manera expresaron su compatibilidad con la vergonzosa
campaña de la prensa para fomentar la guerra.
Durante la conferencia de prensa del lunes, Fleischer que las
pruebas contra bin Laden era información clasificada.
Añadió que su revelación podría comprometer
adversamente las agencias estadounidenses de espionaje. Pero hasta
los muy mansitos miembros del cuerpo de prensa que cubre la Casa
Blanca encontraron ésto difícil de tragar. Un reportero
le preguntó directamente al secretario de prensa si había
algún plan para hacer público la evidencia
con tal que los ciudadanos ordinarios y los pueblos del mundo,
no sólo los estadounidenses, pudieran entender el caso
contra bin Laden.
Fleischer evadió la pregunta. Repitió que no
había ninguna fecha de vencimiento para presentar pruebas.
Cínicamente añadió que En una democracia,
siempre es importante presentar la información máxima
posible. Pero creo que el pueblo estadounidense también
comprende que van a haber veces que la información no se
puede revelar.
La aserción que al público no se le puede mostrar
las pruebas porque éstas constituyen información
confidencial es grosera y transparente ; insulta la inteligencia
del pueblo estadounidense y de los demás.
¿Puede alguien seriamente creer que el gobierno, teniendo
pruebas que directamente vinculan a bin Laden y a su organización
a los ataques del 11 de septiembre, no se desbocaría en
hacerlas públicas?
El débil intento del gobierno para justificar su aleteo
significa tres cosas: primero, no tiene ninguna prueba significativa
para vincular a bin Laden a las atrocidades del 11 de septiembre;
segundo, hay confusión y desorden en el gobierno; o tercero,
éste cree que puede mentir todo lo que quiera sin impugnación
porque goza de los servicios de una prensa totalmente reaccionaria
y controlada.
Si el gobierno de Bush no puede presentar un caso verosímil
para respaldar sus acusaciones, entonces tiene que haber otra
explicación para que bin Laden y Afghanistan se hayan convertido
en blancos. El aleteo referente al documento blanco
ofrece prueba adicional que el gobierno en realidad está
siguiendo una agenda que no ha declarado. La sigue detrás
de las espaldas del pueblo estadounidense y está usando
la tragedia del 11 de septiembre para poner en práctica
planes militares y geo estratégicos diseñados hace
tiempo.
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