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Lecciones de la historia: las elecciones del 2000 y el nuevo
"conflicto irreprimible"
Por David North
11 Diciembre 2001
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David North, presidente de la junta editorial del Sitio
de la Maya Mundial Socialista y también secretario nacional
del partido Socialista por la Igualdad de los Estados Unidos (SEP),
presentó la siguiente charla ante una reunión pública
del Partido Socialista por la Igualdad de Australia. Esta se celebró
el 3 de diciembre en Sydney.
Como ya sabrán, habíamos planeado esta reunión
originalmente para conmemorar el 60 aniversario del asesinato
de Trotsky. No hemos decidido cambiar este tema inverosímilmente.
Eran mis intenciones utilizar esta ocasión no solo para
insistir sobre el significado duradero del patrimonio teórico
y político de Trotsky, sino también para demostrar
que la historia, a fin de cuentas, considerará a Trotsky
como el mayor dirigente y pensador revolucionario del Siglo XX.
Este cambio de tema de ninguna manera sugiere que menospreciemos
el énfasis que el Comité Internacional de la Cuarta
Internacional le ha rendido a la importancia de las bases históricas
de nuestro movimiento, sobretodo al significado fundamental de
la lucha continua e inexorable que hemos llevado a cabo para clarificar
las grandes lesiones estratégicas del siglo que está
a punto de concluir.
Pero podemos postergar lo que yo intentaba decir acerca de
la vida y el patrimonio de Trotsky. Los acontecimientos de actualidad
en Los Estados Unidos son de importancia internacional tan significante
que, en nuestra opinión, sería un error gravísimo
no aprovecharnos de la oportunidad que esta reunión nos
ofrece para tratar la crisis que las elecciones del 7 de noviembre,
2000, han engendrado. Pienso que el mismo Trotsky habría
aprobado. Entre las características esenciales de su obra
estaba la de identificar aquellos acontecimientos que ilustraban
de la manera más clara las contradicciones del capitalismo
mundial y lograr que los marxistas y las capas obreras avanzadas
prestaran atención.
En noviembre, 1931, Trotsky definió los sucesos en Alemaniadonde
la lucha entre la clase obrera y las fuerzas fascistas entraban
en su etapa decisivacomo la clave para la situación
internacional. Escribió él: El destino
no solo de la Alemania propia, sino de Europa, del mundo entero
por muchos años, depende de la dirección que tome
la solución de la crisis alemana.
Sin sugerir de ninguna manera una analogía simplista
entre las condiciones que existían en Alemania en 1931
y las actuales de Los estados Unidos, es imprescindible introducirle
a la conciencia política de la clase obrera internacional
el enorme significado de la crisis estadounidense. Después
de todo, no existe ningún otro país del mundo que
tenga mayores ilusiones en la estabilidad y el poderío
del capitalismo.
Las ilusiones que existen en Los Estados Unidos acerca de la
permanencia del sistema se reflejan por todo el mundo. A ningún
país se le considera mayor ejemplo del poder del mercado
y del capitalismo. Para millones, todavía es la tierra
de la democracia y de las oportunidades sin límite. Y aun
entre aquellos que se consideran a si mismos críticos del
imperialismo estadounidense, ¿cuántos de ellos verdaderamente
creen que en este baluarte del capitalismo mundial alguna vez
surgiría una crisis que seriamente pondría en tela
de juicio a la estabilidad el sistema entero?
No es que les quiera faltar el respeto, pero si varios meses
atrás yo les hubiera sugerido a ustedes que Los Estados
Unidos iba a atravesar por una crisis política tan enorme,
tan fundamental, que todo el gobierno se pondría en tela
de juicio, ¿cuántos de ustedes, aun los de actitud
más positiva hacia la labor del CICI, habrían estado
listos para aceptar ese punto de vista?
Pero, henos aquí, un mes después de elecciones
que no tienen paralelo alguno en Los Estados Unidos durante el
Siglo XX. Ya no es insólito que el sistema político
de Los Estados Unidos se pueda transformar de manera totalmente
inesperada y dramática.
El principio de una crisis revolucionaria en el baluarte
del capitalismo mundialy ése es el significado esencial
de los últimos acontecimientosha introducido en la
situación internacional un factor de magnitud extraordinaria
casi incalculable. De la noche al día, los estrategas
y teóricos economistas de las clases gobernantes de todos
los países, inclusive Australia, de repente se ven cara
a cara con lo que solamente hace cuatro semanas no se podía
imaginar: la desestabilización y el factible desplomo de
las estructuras gubernamentales de Los Estados Unidos, conocido
por todo el globo como El Último Super Poder del
Mundo.
Quizás una de las características más
distintivas de una auténtica crisis es que, por lo general,
ésta aparece inesperadamente y asume formas casi imposibles
de predecir. Pero esto no significa que una crisis sea totalmente
imprevista. Hubo por lo menos una organización dedicada
al análisis político que había insistido
en que la estructura política de Los Estados Unidos se
acercaba a una profunda disergia: la World Socialist Web Site
[Sito de la Maya Mundial Socialista].
Ya para diciembre, 1998, a medida que la lucha para desacreditar
a Clinton y ponerlo en tela de juicio entraba sus últimas
etapas, la WSWS había advertido que la feroz lucha
entre el Congreso y la Casa Blanca era augurio de guerra civil.
Pero en esa época, la WSWS era una voz perdida en
la oscuridad y recibió cartas muy indignadas, inclusive
de varios partidarios, que protestaban nuestra afinidad, según
ellos, por la exageración y la hipérbole.
La crisis electoral
El 7 de noviembre, 2000, aproximadamente 100 millones de ciudadanos
estadounidensescasi la mitad de todos los que pueden votarfueron
a las urnas electorales luego de una campaña que, aun en
términos de criterios estadounidenses, no presentó
casi ninguna novedad. Durante las últimas semanas, se había
anticipado que el voto sería reñido, pero nadie
se imaginó lo que sucedió en la realidad.
La mayoría de los comentaristas habían predicho
que Bush saldría victoriosa, pero durante las primeras
horas luego de cerrarse las urnas, parecía que a Gore y
a los Demócratas les iba mucho mejor de lo que se esperaba
en casi todos los estados industriales. Los estados que se habían
considerado campos de batalla y que podrían
indicar un cambio decisivo en cualquier dirección se estaban
alineando con los Demócratas. Pennsylvania y Michigan,
donde se había predicho que la lucha iba a ser muy reñida,
se fueron con los Demócratas por márgenes cuantiosos.
Pero la mayor sorpresa se dio cuando las cadenas televisoras
anunciaron que Al Gore había ganado en el estado de la
Florida. Para las 9:00 p.m., parecía que el vicepresidente
iba a ganar la presidencia.
Comenzó entonces una secuencia de eventos muy misteriosa.
Existen ciertas tradiciones muy particulares en la política
estadounidense. Una de ellas es que durante la noche electoral
los candidatos presidenciales permanecen callados, excepto para
declarar la victoria o conceder la derrota. No obstante, luego
que las cadenas televisoras, basándose en encuestas que
habían conducido con los votantes a su salida de las urnasencuestas
cuyos resultados tienden a ser asiduamente exactosanunciaran
que Gore había ganado el estado de la Florida. De repente
se convoca una conferencia de prensa improvisada en la mansión
del gobernador de Texas, Bush. Con mucha calma y confianza, declara
éste que, no obstante las predicciones de las cadenas televisoras,
eventualmente va a ganar la Florida.
El acto de presencia y los comentarios de Bush causaron extrañísima
impresión. Como ya he indicado, la conferencia de prensa
rompió con el protocolo tradicional de costumbre durante
las noches electorales. Además, no sólo había
hecho Bush un acto de presencia prematuro e imprevisto para disputar
las conclusiones a las cuales las cadenas televisoras, basándose
en las encuestas de salida que habían conducido
en las urnas electorales, habían llegado. También
hubieron informes que funcionarios de alto rango en el equipo
de campaña de Bush habían sometido a las cadenas
a intensa presión, exigiéndoles que cambiaran sus
reclamaciones y sacaran a la Florida de la columna de Gore.
Ya revelaré la razón por lo cual esto es importante.
La ventaja que Bush tendría durante los próximos
días se basó casi totalmente en el hecho que eventualmente
las cadenas le dieron la Florida a Bush y crearon la percepción
pública que, no obstante las disputas que siguieran, la
vitoria electoral era suya.
No obstante, se anuncia inmediatamente después de la
conferencia de prensa convocada por Bush que se va a sacar a la
Florida de la columna de Gore. Varias horas luego, se anuncia
que a la Florida se le va a colocar en la columna de Bush. Aproximadamente
entre las 2:00 a.m. y las 2:30 a.m., Gore, luego de recibir los
pronósticos de las cadenas televisoras, decide conceder
las elecciones.
Gore llama a Bush por teléfono, lo felicita y le dice
que va a partir para un salón de conferencias donde pronunciará
un discurso de concesión. Fue entonces que sucesos extraordinarios
acontecieron. Mientras Gore se dirigía al salón,
la diferencia entre la cantidad de votos floridianos para ambos
candidatos, que ya era mínima, de repente comenzó
a bajar a niveles insignificantes. Ayudantes del vicepresidente
desesperadamente trataron de comunicarse por teléfono celular
con la caravana de Gore para informarle del hecho y rogarle que
revocara la concesión. Aparentemente hubieron discusiones
acaloradas entre la caravana y las oficinas centrales de la campaña
electoral. Por fin convencieron a Gore, quien le ordenó
a su chofer que diera la vuelta y lo llevara de nuevo al cuarto
de su hotel. Gore llamó a Bush y le informó que
iba a retractar su concesión. Cosas de esta ídole
nunca habían sucedido. Lo único que estaba claro
en el amanecer del 8 de noviembre era que nadie sabía quien
había ganado.
Esa noche vio el principio de una cadena de sucesos sin paralelo
en la historia de Los Estados Unidos. Mientras Bush se afianzaba
a una ventaja electoral de varios cientos de votosde una
cantidad total de seis millones echados en la Florida y 100 millones
en todo el paísGore gozaba de una mayoría
en el voto popular. Mayores informes acerca de anomalías
en las elecciones en la Florida comenzaron a ver la luz del día.
Resultó que, por alguna razón, miles de judíos
en Palm Beach habían votado por el famoso antisemita Pat
Buchanan. Un bromista político sugirió que esto
probablemente se debía a que habían quedado fascinados
con el nuevo libro de Buchanan que alababa a Hitler. Surgieron
informes que la policía estadal había acosado a
votantes negros mientras se dirigían a las urnas y que
miles de balotas en distritos predominantemente Demócratas
habían fracasado en registrar el voto para la presidencia.
Esto impulsó la continua y larga lucha por la cuenta
de votos, la cual más y más se ha transformado en
lucha política asérrima., gran parte de la cual
ha evolucionado en los tribunales, culminado el viernes pasado
en una audiencia ante la Corte Suprema de Los estados Unidos.
Pero mintras los tribunales han sido el campo principal de
batalla, el conflicto también ha visto a turbas intimidando
a funcionarios de las eleccionesturbas bajo pago del Partido
Republicanoy a súplicas Republicanas a los militares
para que para que éstos le brinden su apoyo. Se han recibido
informes que un funcionario militar tuvo que indicarle a sus oficiales
que el código militar los obligaba a mantenerse fuera de
la política.
Se ha hecho más evidentey no creo que nadie lo
contradiga en serioque una cuenta exacta del voto en la
Florida le hubiera entregado el estado, y por lo tanto la elección
nacional, a Gore. Los esfuerzos del Partido Republicano, con el
apoyo de la mayoría de los medios de prensa, se han concentrado
en prevenir semejante cuenta.
Mientras no reunimos hoy, todo el mundo ha enfocado su vista
en la Corte Suprema de Los Estados Unidos, la cual pronto llegará
a una decisión acerca de la apelación que Bush le
hiciera al dictamen de la Corte Suprema del Estado de la Florida,
por medio del cual ésta rechazó la legalización
inicial que la Secretaria de Estado [de la Florida], Kathleen
Harris, le consagrara a la dudosa victoria de Bush. Ella es funcionaria
Republicana y fue la co presidente de la campaña electoral
de
Aún cuando quedó claro que todavía faltaban
miles de votos por contar y que muchos conflictos no se habían
resuelto, Harris insistió en legalizar la victoria electoral
de Bush. Esto se ha llevado ante la Corte Suprema del Estado de
la Florida, la cual al último momento prohibió que
Harris validara la victoria de Bush.
El problema jurídico es el siguiente. Existen dos estatutos
en el código de la Florida. Uno dice que el voto debe ser
ratificado para cierta fecha límite. El otro indica que
el derecho al recuento de votos es una realidad. Como a menudo
sucede con los procesos legislativos, ninguno de los dos estatutos
ha sido bien formulado. Una de las misiones de la Corte es determinar
la manera en que instrucciones legislativas conflictivas pueden
reconciliarse.
La ley obliga al Secretario (a) de Estado a que use su discreción
al observar la fecha límite; es decir, a considerar todos
los factores antes de adherirse ciegamente a la fecha que dicta
el estatuto. La disputa se llevó ante la Corte Suprema
de la Florida, la cual denegó a la Secretaria de Estado,
declarando que cuestiones fundamentales de derechos democráticos
invalidaban la cuestión técnica de fechas límites.
La Corte Suprema de la Florida invocó la Declaración
de los Derechos de la Constitución de la Florida, la cual
proclama que el pueblo tiene derechos que el estado no puede violar.
Los jueces de la Corte Suprema de la Florida afirmaron que El
derecho al sufragio es el derecho primordial de la Declaración
de los Derechos, pues sin esta libertad fundamental todas las
otras quedarían disminuidas. Según la Corte,
la negativa de Harris en aplazar la legalización para permitir
un cuento adecuado de los votos en disputa representaba no sólo
el desempeño arbitrario de su discreción como funcionaria
del gobierno. Era también por tanto una violación
de la Constitución de la Florida.
Esta es la decisión que actualmente la Corte Suprema
de Los Estados Unidos está poniendo en tela de juicio.
Aunque un fallo a favor de Gore -es decir, que sostenga a la Corte
Suprema de la Florida no necesariamente ha de resultar en
su elección [como Presidente], es casi seguro que sí
le pondrá fin al proceso y Bush resultará victorioso.
Esta decisión de la corte ha de revelar hasta que
punto la clase gobernante estadounidense está lista para
romper con las normas constitucionales burgueso-democráticas
tradicionales. ¿Está preparada para autorizar el
fraude electoral y la supresión de votos con tal de poner
en la Casa Blanca a un candidato elegido a la presidencia por
medio de métodos flagrantemente ilícitos y anti
democráticos?
Un sector muy considerable de la burguesía, y aún
quizás la mayoría de la Corte Suprema de Los Estados
Unidos, se ha preparado para hacer exactamente lo mismo.
El apoyo que las elites gobernantes le han brindado a las formas
tradicionales de la democracia burguesa ha disminuido de forma
dramática.
Un periodista hizo un resumen de todo el cinismo hacia la democracia
que prevale en los ámbitos gobernantes al escribir: Es
probable que Gore haya recibido una mayoría de los votos,
pero, ¿a quién le importa? Gore fue atracado en
la Florida, pero poco le importa a la policía local.
¿Cuál es la índole
de la crisis?
No obstante la índole sin precedente de los acontecimientos
de las últimas tres semanas, ambos dirigentes políticos
y los medios de prensa continúan insistiendoen contradicción
absoluta a sus palabras y accionesque Los Estados Unidos
no se encuentra en medio de ninguna crisis constitucional. Es
decir, al público se le hace creer que la situación
del país es desesperada, pero no grave. La auto satisfacción
política sirve los intereses de la elite gobernante, la
cual busca poner en práctica su programa político
lo más posible detrás de las espaldas del pueblo.
Esta satisfacción con uno mismo encuentra reverbera
no sólo en lo que queda de la flácida prensa liberal,
sino también en los varios representantes del radicalismo
pequeño-burgués. Por ejemplo, Ralph Nader, que no
dicho casi nada acerca de la crisis postelectoral, comentó
de la manera menos seria que la disputa entre Gore y bush debería
resolverse con una moneda. Alexander Cockburn, el famoso cínico
izquierdista, ha anunciado que ha quedado muy satisfecho con los
resultados electorales. Nos dice que [la situación] no
es más grave que varios años de obstrucción
política en Washington. Unas palabras acerca de las
obstrucciones, escribió la semana pasada. Nos
gustan.
Y tenemos el comentario en las páginas de la [Liga}
Espartista. He tenido el privilegio de recibir un ejemplar de
su periódico. Su postura se puede resumir en el siguiente
renglón: La riña entre Gore y Bush es más
tempestad dentro de una tetera que crisis política de la
burguesía.
Y tenemos la sabiduría de la tendencia política
estadounidense llamada Workers'World Party [Partido Mundial de
los Trabajadores], la cual escribe que no existe ninguna
crisis socioeconómica implícita en el desastre político
de la actualidad.
Si tal es el caso, los acontecimientos en Los Estados Unidos
no tienen ninguna explicación.
Por primera vez durante el Siglo XX, ha sido imposibleen
Los Estados Unidos determinar el triunfador de las elecciones
presidenciales. El voto ha revelado un electorado completamente
polarizado. El empate entre Gore y Bush encuentra su reflejo en
la composición del Senado y de la Cámara de Diputados.
El mapa electoral se parece al que mostraba las divisiones entre
el Norte y el Sur durante la Guerra Civil.
Se ha mostrado lo imposible de lograr un fallo verdaderamente
democrático de los conflictos post electorales dentro del
marco de las estructuras constitucionales en existencia. ¡Pero
todavíanos asegura esta gente, quienes son los creyentes
más firmes en la estabilidad del capitalismo estadounidenseque
nada de esto se relaciona a ninguna crisis socioeconómica!
Este análisis es producto de la ignorancia histórica
y la ceguera política.
Lecciones de la historia
Desde un punto de vista formal, las únicas elecciones
que de alguna manera se parecen a las de hoy son las de 1876,
cuando hubo una división entre el voto popular y el Colegio
Electoral. El candidato Demócrata, Samuel Tilden, obtuvo
el voto popular. Es probable que triunfara en más estados
y que ganara la mayoría de los votos del Colegio Electoral,
pero prolongada batalla política, los Republicanos reclamaron
la Casa Blanca a cambio de ciertas concesiones políticas
drásticas a la vieja facción esclavista del Sur.
Fue así que el período de Reconstrucción
llegó a su fin.
Pero esta analogía es inadecuada para explicar el significado
de la crisis actual. Permítanme repetir el argumento de
los liberales y la izquierda pequeño-burguesa, quienes
nos aseguran que nada de gran significado ha transcurrido en Los
Estados Unidos. Dicen que no puede ser de tanta importancia, pues
no existe ninguna crisis socioeconómica fundamental en
Los Estados Unidos. La gente está perdiendo el genio, están
peleándose para ser elegidos. Todo el mundo quiere triunfar,
pero nada de eso tiene importancia.
Sospecho que si vieran obligados a responderle al WSWS, rechazarían
de absurdo nuestra insistencia en que existen contradicciones
socioeconómicas en Los Estados Unidos que podrían
terminar no sólo en una significante lucha política,
sino en guerra civil. Después de todo, el conflicto irreprimible
entre la esclavitud y la mano de obra libre existía antes
de los 1860. ¿Qué posibles conflictos sociales existen
hoy en Los Estados Unidosarguyen ellosque se podrían
comparar a los acontecimientos de aquella época?
Trataré de responder esa pregunta, pero me gustaría
tomar la oportunidad para repasar, aunque en breve, la manera
en que los conflictos políticos de los 1850 eventualmente
culminaron en guerra civil.
Es interesante que durante la última década ha
resurgido el interés en la Guerra Civil de Los Estados
Unidos. Se han filmado películas y escrito librosvarios
de ellos excelentesacerca de este extraordinario capítulo
de la historia humana.
La Guerra Civil [de nuestro país] fue de los acontecimientos
más importantes del Siglo XIX. Tuvo gran impacto sobre
el desarrollo de la clase obrera. Fue en todos sus aspectos uno
de los capítulos más heroicos de la historia humana.
El estudio de esa época nos revela como la intensificación
de contradicciones socialesengendradas por el conflicto
irreprimible entre la forma peculiar y arcaica del capitalismo
basada en la mano de obra esclavizada que prevalecía en
el Sur de la nación y la forma moderna y dinámica
del capitalismo basada en la mano de obra asalariada que existía
en el Nortecondujo a ruptura total del sistema político.
Durante los primeros 70 años de la historia de la república
estadounidense, este antagonismo entre dos sistemasuno esclavo,
el otro libreformaba la siniestra falla geológica
yacent bajo toda la estructura política, social, económica
y legal de Los estados Unidos. Muchas veces se buscó la
manera de contener, dentro de la estructura constitucional en
existencia que los Padres de la Patria habían fundado,
los antagonismos políticos generados por el conflicto social.
No obstante esta produnda contradicción social, existía
un deseo hondo de conservar la unión. Aun así, los
sucesos sociales, económicos y políticos continuaron
intensificando la contradicción social implícita
e hicieron imposible que se puediera llegar a un acuerdo sin recurrir
a la violencia.
Por ejemplo, en 1803, la adquisición del territorio
de Louisiana, que le añadió vastos terrenos a la
nueva república, causo que el equilibrio entre los estados
esclavistas y los libres se tambaleara. Los dirigentes originales
de Los Estados Unidos habían tratado de resolver este problema
con el Acuerdo de Missouri en 1820, el cual estableció
la frontera Mason- Dixon como línea divisioria entre los
estados libres y los esclavistas. Esto duró 30 años.
Pero la expansión adicional de Los Estados Unidos, especialmente
después de la Guerra Mexicana perpetrada a instigaciones
del Sur, amenazó con desestabilizar el equilibrio de poder
entre los estados.
Un diputado que representaba a Pennsylvania, David Wilmot,
presentó ante el Congreso en 1846 un proyecto de ley que
le prohibía a todo territorio adquirido por Los Estados
Unidos en de la Guerra Mexicana permitir la esclavitud. El Sur
se opuso con vehemencia. Entre los partidiarios del proyecto de
ley de Wilmot se encontraba un diputado de poca fama, Abraham
Lincoln, quiencreovotó por el proyecto cinco
veces durante su breve carrera congresista. Pero el Congreso,
que estaba dominado por los estados esclavistas, nunca aceptó
el proyecto.
Una batalla enorme acerca de California estalló entonces:
¿iba a ser ésta admitida a la Unión como
estado libre o esclavista? Eventualmente se llegó a un
acuerdo y California entró como estado libre. Sin embargo,
se hicieron concesiones importantes a los esclavistas, entre ellas
la Ley sobre de los esclavos fugitivos, la cual exigía
que todo esclavo que se escapara al Norte sería devuelto
a sus amos. El historiador James McPherson presenta un emocionante
relato de la ira que los alguaciles federales provocaban en el
Norte cuando entraban a ciudades como Bostonla cual tenía
fuertes sentimientos abolicionistasy atrapaban a los ex
esclavos para regresarlos a sus ex amos sureños.
En los 1850 existía el sentimiento estos conflictos
estaban desestabilizando todo el edificio político. No
obstante, para aquellos que se oponían a la esclavitud
y al creciente poder der Sur, era un período muy desagradable.
Luego de un término en el Congreso, Abraham Lincoln abandonó
la política para consagrarse exclusivamente al derecho.
Obtuvo bastante éxito y, para todo propósito, quedó
fuera de la política.
Sucedió entonces un acontecimiento que radicalizaría
la vida política estadounidense: La Ley Kansas-Nebraska
de 1854. Esta hizo posible que la esclavitud se expandiera a los
nuevos territorios norte de la frontera Mason-Dixon, profundamente
alterando así el carácter de la república
norteamericana. Este hecho no sólo socavó la situación
de la mano de obra libre desde el punto de vista económico,
sino que puso en duda el compromiso de Los Estados Unidos con
los ideales democráticos que la Revolución de 1776
había avanzado. La Ley Kansas-Nebraska declaró que
el voto popular de los colonizadores determinaría la índole
de los nuevos territorios admitidos a la Unión. Es decir,
los colonizadores de Kansas habían de votar sobre la nueva
constitución: ¿libre o esclavista? Ello determinaría
el tipo de estado que sería admitido a la Unión.
El padre del concepto de la soberanía popular fue Stephen
Douglas, dirigente del Partido. Douglas trató de asegurarle
al Norte que aun con esta Ley en vigencia, debido al clima y a
la geografía del Norte, no había mucha probabilidad
que el sistema esclavista, basado en el algodón, pudiera
expandirse hacia el norte. Aun así, había cierta
sensación que la Ley había abierto las compuertas
del dique para que la esclavitud se expandiera más allá
de la frontera Mason-Dixon. Efectivamente, el comportamiento de
los partidiarios sureños que emigraron a Kansas en grandes
cantidades comenzó a corroborar lo peor en aquellos que
temían la expansión de la exclavitud.
Gente llamada Rufianes de la Frontera comenzaron a invadir
el estado. Atacaron a colonizadores libres y usaron el terror
para intimidar a aquellos opuestos a la esclavitud. El clima político
del Norte se tornó más y más tenso. Todo
intento para contener el debate político dentro de los
buenos modales parlamentarios comenzó a estrellarse contra
la pared. En mayo, 1865, ocurrióse un incidente que horrorizó
al Norte. Mientras el Senador Charles Sumner, respetado abolicionista,
se sentaba durante una sesión del Senado, se le acercó
un diputado sureño, quien comenzó a pegarle con
un bastón hasta dejarlo hecho pulpa sangrienta, casi matándolo.
El Sur alabó el acto. Partidiarios sureños le enviaron
al perpetrador del ultraje bastones complementarios. El Norte
consideró el ataque como otra manifestación del
barbarismo del los estados esclavistas.
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