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Devaluaciones y Altas Tasas de Interés

Crisis en América Latina produce levantamientos sociales

Por Bill Vann
18 Septiembre 1998

La crisis económica mundial que se inicio con el colapso de los "Tigres" del Asia y que luego se trajera abajo a la economía rusa, ha llegado a latinoamérica. Las consecuencias de esta crisis son desvastadoras para el capitalismo mundial y la población de la región.

La semana se inició con una repentina alza de los mercados bursátiles de Sao Paulo, Buenos Aires, Ciudad de México y otras capitales de América Latina. Esta alza se produjo después que el presidente Clinton anunciara que buscaría la coordinación de los países del G7 para contrarrestar el deterioro de las economías de la región, en particular la de Brasil, el país con la economía más grande.

Sin embargo, el alza de los mercados bursátiles duró poco. Para el miércoles la bolsa de Sao Paulo estaba en caída nuevamente. Y en las primeras horas del jueves tuvo que cerrar temporalmente después de una caída repentina de 10%. Con el pasar de los días crece la amenaza de un recrudecimiento de la crisis, ante la ausencia de un plan convincente capaz de estabilizar la región,.

El pasado 15 de Septiembre el multimillonario George Soros afirmó ante el Comité Bancario de la Casa de Representantes en Washington, DC., que los eventos latinoamericanos conllevan el peligro de una "desintegración del sistema capitalista mundial."

Soros tiene cuantiosas inversiones en la región. Es el principal dueño de bienes raíces en la Argentina y tiene grandes inversiones en Brasil y otros países del continente. Soros afirmó que la actividad financiera especulativa amenazaba con traerse abajo las economías de ambos países. "Ya se inició la fuga de capitales en Brasil," dijo, "y si Brasil cae, pondría en peligro a la Argentina."

La fuga de capitales, iniciado por los eventos en Asia, la insolvencia de Rusia y el cierre de los mercados financieros de Malasia para inversores extranjeros, ha provocado un "pánico económico general" que ha envuelto a los países latinoamericanos, afirmó Soros. Según él esta tendencia rápidamente se está convirtiendo en un "bloqueo de crédito a nivel internacional" en contra de los países menos desarrollados.

Soros hizo énfasis del alza de tasas de interés del 50% en Brasil y del 35% en la Argentina. Manifestó que estas cifras eran el reflejo de una "situación calamitosa" que a largo plazo podría producir un "colapso" económico. Advirtió que de no confrontarse el problema económico de América Latina, la crisis podría llegar al "centro del sistema"-- los EE.UU. Luego añadió, "No creo que un rescate sea posible."

El gobierno brasileño del presidente Fernando Henrique Cardoso alabó las declaraciones de Clinton sobre la necesidad de una respuesta internacional coordinada para enfrentar la creciente crisis latinoamericana. Los funcionarios brasileños hablaron como si un paquete financiero ya estuviese listo.

Faltando apenas tres semanas para las elecciones presidenciales, el gobierno brasileño desesperadamente está tratando de ganar tiempo para evitar un colapso financiero y una explosión social. Lo que ninguno de estos funcionarios menciona es el costo que tendrían que pagar los pobres y los obreros brasileños para que se extiendan nuevos créditos al país.

Las agencias calificadoras Standard and Poor's y Moody's, y los principales bancos de inversión de Wall Street, han dejado en claro que el capital financiero mundial demandará, como pre-requisito para un rescate financiero, una escalada brutal en los ataques contra los estándares de vida y los derechos básicos de la población. Se tendría que eliminar lo que queda del sistema de seguridad social y leyes laborales. Sin embargo, cualquier medida para cortar el déficit sólo serviría para cubrir el mayor costo de la nueva deuda debido a las altísimas tasas de interés del país.

Durante el último mes y medio Brasil ha perdido más de $20 billones de sus reservas internacionales, de los cuales $6 billones se perdieron en la última semana. El fugaz optimismo generado por la declaración de Clinton sólo ha servido para reducir la hemorragia a medio billón de dólares por día aproximadamente.

Mientras tanto, el índice de la bolsa de valores de Sao Paulo, el centro financiero de América Latina, ha caído en 40% en el lapso de un mes.

Para la economía norteamericana el impacto de la crisis latinoamericana es mucho mayor que la de Rusia. Los bancos norteamericanos tienen $27.2 billones invertidos en la región, siendo el mayor Citicorp con $15.5 billones. Otro grande, Chase Manhattan, anunció a principio de año que había retirado de sus libros $2.6 billones de préstamos a América Latina, para reducir en 15% su riesgo en la región.

Los incrementos de 50% en tasas de interés y la ola de devaluaciones significan una enorme reducción en el gasto de los consumidores que eventualmente puede desencadenar una depresión económica para toda la región. Esto consumiría las ganancias que han sido un punto central atraer inversores norteamericanos a los "mercados emergentes."

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas emitió un comunicado el martes pasado en cual alerta de una "inestabilidad en los mercados capitales y tasas de cambio sin precedentes en la historia económica mundial," y advierte de una posible "recesión global."

Refiriéndose a las nuevos programas de austeridad y medidas de emergencia tomados para estabilizar la región, la Comisión de las Naciones Unidas dice, "las medidas que ha sido necesario adoptar son mucho más severas de lo que se podría justificar desde el punto de vista de cada economía, dado que responden fundamentalmente a fenómenos especulativos de origen externo. El contagio financiero tendrá, por lo tanto, costos importantes para los países latinoamericanos, que no se justifican desde el punto de vista interno, por lo que son económica y socialmente ineficientes.

En otras palabras, las medidas impuestas durante las últimas dos décadas a nombre de reformas de libre-mercado y liberalismo económico tenían como único propósito asegurar a los especuladores extranjeros la habilidad de realizar sus ganancias a costa de la clase media, campesina y obrera de América Latina. A pesar que ninguno de los programas anteriores sirvió para resolver una catástrofe financiera, ahora se propone una nueva ronda de medidas de austeridad.

Una reciente encuesta de las economías de la región conducida por la mencionada Comisión de las Naciones Unidas, ya predice que la crisis asiática produciría una desaceleración en el crecimiento de América Latina y una ola inflacionaria, que pulverizarían las modestas mejoras de empleos y salarios registrados en 1997.

A inicios del mes, Colombia tuvo que devaluar su moneda al fracasar en su intento de contener la venta de acciones y la venta del Bolivar, a pesar de haber incrementado sus tasas de interés al 30%. A Colombia le siguió Ecuador, el cual devaluó el Sucre en un 15% a mediados de mes.

Poco después, el presidente ecuatoriano Jamil Mahuad, que asumió el poder apenas hace un mes prometiendo no tomar medidas que afectaran las condiciones de vida de la población, anunció el fin de los subsidios en el sector energía. Esta medida produjo un aumento del 500% del precio del gas natural, 200% de la electricidad, y un drástico aumento del precio de la gasolina. El presidente también dijo que despediría a un gran número de servidores públicos.

Las medidas adoptadas por Jamil Mahuad produjeron grandes protestas por parte de la población. La principal federación sindical, el Frente Unido de Trabajadores, FUT, amenazó con una huelga general a nivel nacional, y emitió una declaración advirtiendo que el gobierno está provocando una "explosión social."

Por otro lado, en Venezuela las tasas de interés han llegado al 70%, debido al doble impacto del contagio finanaciero de la crisis de Asia y Rusia y el colapso de los precios del petróleo, que representa el 80% de sus exportaciones.

A su vez, la fuga de capitales se vio intensificada por las próximas elecciones nacionales donde el candidato favorito es Hugo Chávez, un ex-teniente coronel que hace seis años dirigió un frustado golpe de estado. Chávez ha basado su campaña en una plataforma populista que incluye el congelamiento del pago de la deuda y moderación en la privatización de las compañías estatales.

Otro indicio de la creciente tensión social en América Latina fue el enfrentamiento entre obreros y jóvenes chilenos con las fuerzas de seguridad el viernes pasado, al cumplirse 25 años del golpe de estado apoyado por el imperialismo yanqui y que dio lugar a décadas de dictadura y represión.

Dos manifestantes fueron heridos de muerte por los carabineros, Cristián Varela, 47 años y líder comunal afiliado al partido Comunista, y Claudia Alejandra López Beraiges, 25 años y bailarina de ballet. Más de 200 fueron arrestados.

En los barrios obreros del sur de Santiago los enfrentamientos callejeros se iniciaron en la mañana y duraron hasta pasada la media noche. Se levantaron barricadas en muchos lugares y obreros atacaron estaciones policiales pequeñas.

Un punto focal de la manifestación fue el Estadio Nacional, donde miles de obreros y estudiantes fueron arrestados, torturados y ejecutados durante el golpe.

Después de varios años que Washington ha proclamado una nueva era de democracia y reformas de libre-mercado, la crisis financiera de la región pone en primer plano el resurgimiento de las condiciones de guerra civil que prevalecían hace una cuarto de siglo.

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